FLORES DE CEREZO

CAPÍTULO 42. EL REGALO DEL ESPADACHÍN

El halcón gerifalte en las manos de Liu Rugong era muy hermoso. Con sus hombros encogidos y su cola tensa, su cabeza tallada y su espalda de cisne, era una belleza estándar. Lin Bianyu también había criado un halcón gerifalte de plumas verdes llamado Qingluan. Lin Rufei creció observándolo, por lo que tenía cierta comprensión de este hermoso pájaro.

Al ver que Lin Rufei estaba bastante interesado en su pájaro, Liu Rugong lo presentó: "Se llama Liaoshan, solo tiene un año este año, es una niña, pero no tiene muy buen temperamento."

Todas las cosas se parecían a su dueño. Este Liaoshan levantó ligeramente el cuello mostrando una mirada orgullosa y era bastante similar a Liu Rugong. Sin embargo, Liu Rugong aparentemente no se dio cuenta. Frotó la cabeza de Liaoshan con cariño y miró a Lin Rufei: "Lin gongzi, ¿quieres intentarlo?"

Lin Rufei sonrió y se negó: "No, gracias".

Jugar con un águila era un asunto bastante privado y, en general, a los propietarios no les gustaba que otras personas tocaran su propia águila. Liu Rugong solo intercambió algunas palabras de cortesía con él, por lo que también lo sabía mejor.

Los dos caminaron y hablaron mientras paseaban por la calle. Muchas personas además de la calle miraron con cautela a los dos y la mayoría de estas miradas eran de miedo. Parecía que en la ciudad de Gusu, este Liu Rugong tenía mucha autoridad.

Liu Rugong no estaba al tanto de esto y llevó a Lin Rufei hasta el final. Estaba diciendo que el vino de este lugar era bastante bueno y que la seda dorada de esta tienda era única. Si tuviera la oportunidad, recuerde comprar uno o dos; a las mujeres de la casa sin duda les gustaría. Lin Rufei escuchó con interés y no fue hasta que recorrieron casi la mitad de la ciudad de Gusu que este Liu Rugong finalmente comenzó a hablar de negocios. Miró a Lin Rufei con ojos ardientes, como si estuviera tratando de hacer un agujero en su cuerpo: "Lin gongzi".

Lin Rufei se sorprendió por su expresión, "¿Hm?"

Liu Rugong dijo: "¿Escuché que tuviste una competencia de espadas con alguien en la montaña Kunlun?"

Lin Rufei dudó por un momento, pero asintió suavemente de todos modos.

"¿Ese espadachín se llama Wang Teng?" preguntó Liu Rugong.

No esperaba que estuviera tan bien informado. No solo sabía que Lin Rufei tenía una competencia de espadas con alguien, sino que incluso sabía el nombre del espadachín. Lin Rufei preguntó: "¿Lo conoces?"

Liu Rugong asintió, "Sí". Agitó la mano y Liaoshan, que había estado descansando en su brazo, agitó las alas y levantó un fuerte viento antes de volar, "Lo conocí una vez en la ciudad de Gusu."

Probablemente estaba camino a Kunlun, Wang Teng había descansado por la noche en la ciudad. Trajo una jarra de vino y se sentó en la parte superior del pabellón más alto mientras miraba hacia la ciudad Gusu iluminada.

Liu Rugong se topó con él y con una mirada, reconoció la espada larga llamada Qing Ji que colgaba del costado de la cintura de Wang Teng. No pudo apartar la mirada hasta que Wang Teng le lanzó una mirada desagradable a través de su sombrero de bambú. La espada de un espadachín que se mira de una manera tan grosera sería desagradable para cualquier otra persona, y mucho más para Wang Teng, cuyo temperamento no era bueno en primer lugar.

"Tu espada es buena". Liu Rugong se acercó a Wang Teng y se sentó. Extendió la mano hacia la jarra de vino de Wang Teng, con ganas de pedir un sorbo. Quién sabía que Wang Teng no le dio ninguna cara al hijo más irrazonable de la familia Liu en la ciudad de Gusu e ignoró directamente a Liu Rugong, quien pidió vino. La mirada fría, incluso a través del velo del sombrero, envió escalofríos por la columna vertebral. Si se tratara de una persona común, habría retrocedido, pero ¿quién era Liu Rugong? Fue el segundo joven maestro de la familia Liu. Era el más capaz de atormentar a los demás, por lo que la indiferencia de Wang Teng no lo conmovió en absoluto. En cambio, solo estaba más interesado.