Capitulo Siete

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Observo todo aquel gran campo de color amarillo que está frente a la casa, lo observo cuidadosamente, ¿por qué siempre es amarillo?¿jamás se pone verde? Esas preguntas hacían que aquel campo de espigas color amarillas fuera misterioso, contra las ...

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Observo todo aquel gran campo de color amarillo que está frente a la casa, lo observo cuidadosamente, ¿por qué siempre es amarillo?¿jamás se pone verde? Esas preguntas hacían que aquel campo de espigas color amarillas fuera misterioso, contra las reglas, era hermoso, y no necesitaba tener un color verde para resaltar tanto.

En ese momento escucho el crujir de la puerta que se produce cuando se abre. Escucho unos pasos dirigiéndose hacia mí, y al voltear hacia atrás veo a Luca parado frente a mí.

—¿Tu no estabas en el jardín? — Me pregunta, haciendo referencia a que ahora estoy en el frente de la casa, sentado en el porche.

—Me cansé de ver las flores.

—¿Y te viniste a ver las del frente?

—No tiene lógica, cierto, pero básicamente sí.

Luca se echa a reír. Después de un silencio vuelve a hablar —¿Aun recuerdas todo lo que vivimos entre aquellas espigas?

En ese momento un hermoso recuerdo viene a mi cabeza, de la nada me golpea fuerte, ¿Cómo te puede golpear tan duro un recuerdo? Fácil, ese recuerdo ha sido el más bello que jamás haya tenido y experimentado.

Fue en aquel viaje cuando solo teníamos 5 años, un sábado por la tarde decidimos ir a inspeccionar aquel campo de espigas, estaban bastante crecidas, pero era muy divertido estar ahí. Esa tarde decidimos jugar "atrapadas", en el momento que el juego inició corrimos para diferentes direcciones para así perdernos entre la hierba y que fuera más complicado encontrarnos mutuamente. Me recuerdo escondido entre las plantas, acostado en el suelo, esperando ver a Luca por ahí y atacarlo de sorpresa. Me recuerdo cuando logré ver a Luca a lo lejos, en ese momento corrí lo más rápido que pude, Luca se dio cuenta y corrió hacia otra dirección, corrí a un lado de él, separados por unos cuantos pocos metros, extendiendo mi mano para intentar tomarlo de la ropa a la vez que sus piernas empezaban a acelerar. Sentir el viento en la cara mientras corríamos intentando hacer perder al otro, correr con el viento, correr como el viento, nuestras piernas eran ligeras, nuestros cuerpos no eran pesados, nuestra sonrisa era real. Aun recuerdo claramente las palabras de Luca gritándome "A que no me atrapas" mientras se burlaba de mi por mis pequeños brazos que por mas que lo intentaban no podían lograr tomarlo.

Aún recuerdo cayendo al suelo gracias a una piedra que estaba en el medio de todo, la hierba amortiguó el golpe por lo que no fue doloroso, caí al suelo y al hacerlo Luca dejó de correr y se dirigió hacia mí. Recuerdo esa cara de preocupación al verme tirado en el suelo, solo me soltaba riendo por lo graciosa que fue la caída, Luca se soltó riendo también. Recuerdo como se acostó junto a mí, aun riéndose, al parar me miró y me dijo — ¿Podemos ser mejores amigos hasta la muerte? —  Puso su mano junto a mi y levanto el meñique, con mi dedo rodee el suyo y le dije: Sí, lo seremos.

En ese momento mi mente volvió al presente, miré hacia donde estaba Luca y con mi cabeza asentí, lo recordaba perfectamente.

—¿Podemos recrear ese momento? — Me preguntó mientras me miraba fijamente y su rostro se iluminaba.

Hasta Que La Muerte Nos Una [Mensajeros De La Muerte I] (LGBT+)Where stories live. Discover now