Capitulo Veinte

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Ahí estaba, recostado sobre el pecho de Luca, mirando el cielo mientras las hojas de cerezo caían sobre nosotros decorando el pasto

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Ahí estaba, recostado sobre el pecho de Luca, mirando el cielo mientras las hojas de cerezo caían sobre nosotros decorando el pasto.

—¿Cómo fue que te enamoraste de mí? —Pregunté.

—Bueno, a veces las personas buscan tanto el amor en los demás que no se dan cuenta de que el verdadero amor siempre lo tuvieron enfrente. Llegó un punto en el que me di cuenta que siempre dabas todo por mí que terminé enamorándome de todo sobre ti. Tu forma de actuar, de pensar, de vivir. Quiero vivir contigo. Quiero sentirme vivo a tu lado.

—Me encanta todo de ti, como me haces sentir. Es que de verdad que me enamoré. Pero jamás pensé en atreverme a dar un paso más. Pensé que viviría toda la vida ocultándolo por miedo a que dejaras de quererme si te lo contaba. Pero ahora que veo que fui correspondido...Todo ha cambiado.

Luca me tomó la mano y me miró. El momento fue arruinado gracias al celular de Luca que justo sonó en el mejor momento. Vaya, que oportuno que fue eso eh.

Luca se puso de pie para contestar, era su madre.

—¿Hola? —Hubo silencio. Luego su cara cambió a una de sorpresa. —¿Hablas en serio? ... No puede ser...Es que es una excelente noticia...Wow...Está bien, te hablo luego.

Se voltea hacia mí y corre a abrazarme con lágrimas en sus ojos.

—Se logró Félix, las investigaciones sobre el caso de Alya se reanudaron. Por fin se descubrirá la verdad sobre mi hermana.

Me emocioné junto con él y pude ver su felicidad en su rostro. Yo sabía la importancia que Alya tiene en su vida, y si para él es importante, para mí también lo es.

Después de unos minutos festejando, se sienta junto al árbol, yo me siento junto con él.

—¿Crees que se resuelva algo?

—Bueno, el tiempo lo decidirá. —Le contesté.

—Tengo miedo. —Apretó mi mano. —Tengo miedo de que descubran algo que no quiero saber, algo que me aterre, algo que no me guste. ¿Y si ella no vuelve a aparecer jamás? Nunca me pude despedir. Ese 23 de septiembre llegó de sorpresa y jamás la volví a ver. Tengo miedo a que la policía descubra algo que no quiero saber.

—Tranquilo, todo lo que descubran ayudará para que tengas más paz. La desaparición de Alya es algo que se debe resolver. Aunque los resultados sean malos, por lo menos la incertidumbre se irá.

—Tienes razón. Aun así, aún tengo la esperanza de verla una última vez.

Lo abracé, haciéndole sentir que todo estaría bien. Eso pasaría, todo estaría muy bien.

**

Luca me llevó a casa a las 7:31 de la tarde, para ser exactos. Farah me abrió la puerta y me miró con una sonrisa de oreja a oreja como si supiera cosas. Después de quedarnos viendo un buen rato entré y puse mi saco junto a la puerta. Farah no me quitaba la mirada de encima.

Hasta Que La Muerte Nos Una [Mensajeros De La Muerte I] (LGBT+)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ