Capitulo Treinta Y Cuatro

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No pude dormir gracias a los pensamientos que recorrían mi mente una y otra vez

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No pude dormir gracias a los pensamientos que recorrían mi mente una y otra vez.

7:31 de la mañana, a punto de entrar de nuevo a la escuela. Llegaría tarde otra vez. El ciclo se empezaba a repetir.

La vida no eran pájaros cantando en mi ventana, o los últimos colores que el verano había dejado en su paisaje. Era un día nublado, todo era gris, o tal vez mi mente lo hacía ver así.

En la escuela todos miraban sus teléfonos, ¿Qué miraban? El chisme del momento, la gran salida del closet, el beso.

Todos se burlaban de mí, me miraban con cara de asco, dios mío, todos me juzgaban. ¿Hey, están bien?

Tenia una gran duda, ¿Cómo había llegado ese video a la pantalla de todos? Pronto esa duda sería respondida cuando Aaron me tomó de la playera y me jaló hacia un locker.

—Oye déjame decirte que eso se vio muy gay. —Bromeé con bastante sarcasmo.

—Déjate de bromas idiota. —Me dijo él encabronadisimo. —¿Te gustó tu sorpresita?

—¿De que carajos hablas? —Pregunté confundido.

—Del video, ¿de que más? —Confesó él. Mierda, debí suponerlo.

Él estuvo aquella noche en el karaoke, yo sabía que no había buenas intenciones.

—Así que fuiste tú...—Dije cuando obtuve esa respuesta que buscaba.

—Bueno, si y no, tal vez le mandé a alguien especial ese video, y pum, viral. Eres viral amigo, saliste del closet, todos te tienen asco, ¿no querías eso?

—Eres un asco de persona Aaron. —Lo empujé y me separé de él para seguir con mi camino.

Me preocupaba el hecho de no saber quién había hecho llegar el video a mis padres. ¿Quién me había hecho eso? En mi mente se desplegó una larga lista de nombres, pero poco a poco mi mente descartaba la mayoría de ellos.

Y mientras cruzaba aquel pasillo pensando en cualquier posibilidad, Luca se cruzó en mi camino. Pero en un intento de evadirnos al mismo tiempo, nuestros cuerpos se inclinaron hacia el mismo lado provocando un choque repentino. Mierda esto estaba siendo demasiado incomodo. Pero a la vez lo sentía necesario, solo que antes de que yo pudiera hablar Luca me esquivó y siguió su camino.

Que insoportable era que toda la escuela hablara de nosotros, y ni siquiera seguíamos juntos.

El día se volvió pesado, como si yo estuviera cargando un peso inmenso sobre mi cada que daba un paso en aquella escuela. No hablaré delo tediosas que fueron las clases de cada profesor. Dios mío, esas personas tienen el poder de convertir un tema interesante en la bobada más aburrida que pueda haber.

Las cosas se calmaron un poco al llegar a las clases de la maestra Roxanne. Ella por lo menos sabia dar clases. Tampoco hablaré de como nos explicó detalladamente las simbologías usadas en un aburrido libro que parecía tener una historia de por medio, para luego proceder a hablar de sus historias de amor fallidas sobre sus matrimonios pasados. El verdadero giro de la clase para mi vino al final, cuando sacó varias hojas sobre lo que parecía un nuevo concurso escolar.

—Bien chicos, tengo lo que parece ser una convocatoria hacia todos los alumnos para un concurso de historias "inspiradoras" —Empezó a explicar. —Todos ustedes de manera obligatoria tendrán que escribir una historia con un tema inspirador, sus historias serán mandadas el día miércoles a los jueces.

De pronto varios empezaron a quejarse demasiado, pero a mí me parecía bastante interesante la propuesta.

—A ver chicos, que yo no puedo hacer nada, es obligatorio. Se que tienen la creatividad suficiente para mañana traerme una buena historia que mandar. Y no Santiago, tu vida sexual no es inspiradora. —Bromeó la profesora.

Empezaron a reír todos.

Jamás me he atrevido a escribir una buena historia, digo, una vez en primaria hubo un concurso de estos y gané, pero no significa que tenga un talento oculto con la escritura. Soy bueno pensando, pero ¿escribiendo? Lo dudo mucho.

Todo el receso estuve pensando una buena historia que plasmar, tenía que ser algo fuerte, sobre lo que estaba sintiendo en estos momentos. Hasta que Farah me gritó en la cara para que le hiciera caso a lo que se supone que me estaba hablando.

—¿Qué te sucede? Estas en otro mundo. Se que tiene sentido, pero por lo menos ponme atención. —Me regañó.

—Perdona. —Retomé la realidad de mi alrededor y le puse atención. O lo intenté.

—Félix creo que yo sé quién les mostró tu video a nuestros padres.

—¿Quién? —Dije rápidamente, estaba interesado en saberlo.

—La pregunta ofende, es tan claro, mierda. Bruno, fue Bruno, no hay más. —Confesó, pero mi mente no quiso aceptarlo, aunque tuviera todo el sentido del mundo.

—¿Qué? ¿Por qué lo dices? —Dije muy confundido, pero más que nada sorprendido.

—Se que Bruno antes de irse de aquí llegó a tener contacto con Ross, pero en especial con Aaron, y a mi eso ya me deja bastante segura de que tiene la culpa de todo.

—No, no eso no puede ser cierto. —Empecé a negar la realidad.

—Bruno era el único que estaba en la sala cuando mis padres vieron el video. —Seguía dándome pruebas, pero no las quería ver. —¿Por qué no quieres aceptarlo?

—¡PORQUE ES MI HERMANO!

—Pues eso no le importó a él.

Tenia razón, era Bruno, y no podía cambiar eso. Pero me dolía demasiado, de todas las personas que podían traicionarme lo hizo mi propio hermano. Pero ¿por qué? ¿por qué él?

Hasta Que La Muerte Nos Una [Mensajeros De La Muerte I] (LGBT+)Where stories live. Discover now