Capitulo Treinta y Cinco

852 75 23
                                    

Si pudiera entender lo que me pasaba por la mente en esos momentos, jamás hubiera actuado.

Luego de pasar toda la tarde buscando una historia que retratar en papel, el tiempo pasó volando.

6 de la tarde, mi padre y mi hermano por fin se irán de casa. Mierda, mi hermano, me había olvidado de ese maldito traidor.

La puerta se abre y mi hermano entra sin aviso a mi habitación. Me quedo mirándolo, intentando buscar una explicación para su aparición. Mira hacia abajo y me indica que su maleta está junto a mis pies. Digo "oh" y me hago a un lado.

El ambiente se queda en silencio mientras Bruno toma su maleta del suelo. Al levantarla simplemente me mira y camina hacia la puerta de una manera apresurada.

-¿Qué haces Bruno? -Lo detengo con una pregunta.

-¿De qué hablas? -Se voltea hacia mí y me mira confundido.

Farah entra por la puerta y aparta a Bruno a la vez que le recuerda que mi padre lo espera abajo. Pero no se va, decide quedarse al ver que estaba por enfrentar a mi hermano.

-Hablo de que parece que estas jugando a un inmaduro juego para ver quien traiciona a quien de la peor manera. Y parece que estas ganando.-Le reclamo a Bruno.

Bruno se echa a reír.

-Sigo sin entender de que hablas.

-Del video, Bruno, ¡del maldito video!

Bruno se echa hacia atrás, ya no está riendo.

-¿De dónde sacaste eso? -Preguntó.

-Eso que importa, ¿lo hiciste o no? -Interviene Farah.

-Solo buscaba lo mejor para ti, donita. -Excusó.

-¿Lo mejor para mí? Maldita sea, arruinaste mi vida, arruinaste mi reputación, arruinaste todo. No hiciste nada por mi bien. Pusiste a mi familia en mi contra, hiciste que mi padre me corriera de casa, que me golpeara y que me humillara, ¿y eso es lo mejor para mí? Me obligaste a salir del closet y ahora soy la mira de todos en la escuela. -Descargué hasta la última gota de coraje en mis palabras. - ¿Por qué? Se suponía que eras mi hermano. Meda asco tener la misma sangre que una persona tan traicionera como tú.

-Ya te lo dije, estabas tan perdido creyendo que esa estupidez era más que una tonta etapa. Mi padre te lo dijo bien, y te lo repito: Estás mal de la cabeza. -Me dijo.

Bien, eso fue suficiente para que me dieran ganas de asesinarlo. Cerrando mi puño me acerque a su lindo rostro de mierda. De pronto tenía su cara junto a mi puño, golpeándolo con una fuerza grandísima que ni siquiera yo entiendo de donde salió. La sangre que salió de su labio inferior manchó mis dedos. Sabía que yo tenía un límite. Ya lo había cruzado.

Me di cuenta de lo que había hecho, pero para cuando lo hice Bruno me sujetó de la playera y me levantó. Farah entró en pánico e intentó quitarme a Bruno de encima. El rostro de Bruno estaba sangrando, así que es una reacción normal la que estaba teniendo hacia mí.

Dentro de unos instantes, mamá entró a la habitación y a base de gritos y regaños me quitó a Bruno de encima.

-¿Pero que les sucede? -Preguntó agitada mi madre. Mirando la escena dedujo todo y actuó. -Sal de la habitación-Dijo dirigiéndose a Bruno. Al ver que este seguía dentro no se detuvo. -Bruno, sal ahora de la habitación. Es más, tú también hazlo. -Señaló a mi padre. -Salgan de la casa, ya me cansé de que quieran venir e imponer sus estúpidas ideas en un respetable hogar que estaba perfecto antes de que ustedes llegaran. Bruno, sé que eres mi hijo, pero llegaste demasiado lejos. -Procedió a señalar a mi padre. Luego caminó hacia ellos haciéndolos retroceder poco a poco hasta llegar a las escaleras. -Y tú, eres su padre, pero te hiciste ideas erróneas sobre lo que significa la paternidad. Así que por favor váyanse de aquí ahora y dejen a mis hijos y a mí en paz.

Hasta Que La Muerte Nos Una [Mensajeros De La Muerte I] (LGBT+)Where stories live. Discover now