Capitulo Once

1.3K 100 21
                                    

Era la hora del receso cuando nos juntamos todos en la cafetería de la escuela para pasar el rato

Deze afbeelding leeft onze inhoudsrichtlijnen niet na. Verwijder de afbeelding of upload een andere om verder te gaan met publiceren.

Era la hora del receso cuando nos juntamos todos en la cafetería de la escuela para pasar el rato. Hace mucho no estábamos todos, Luca, Angie, Farah estaban ahí, incluso Cindy, parece que después de esa conversación en el baño las dos se volvieron amigas inseparables a partir de ese momento.

Mientras todos tratábamos de animar a Farah haciendo chistes tontos sobre lo estúpido que era Ben, parecía que el mundo triste y solitario que Farah había creado a su alrededor la noche anterior, esta vez iba desapareciendo.

—En fin, hombres. — Dijo Luca (Un hombre "hetero"). Tal vez de ahí venía la magia de Luca, esa magia que le permitía hablar sin algo que lo callara y sin prejuicios.

Después de haber dicho eso soltó una risa y dirigió su mirada hacia mí, con una sonrisa en su rostro sus ojos se iluminaron. Aquella mirada, aunque solo hayan sido unos milisegundos, se sintió eterna, se sintió mágica, se sintió tan bien.

Aquella mirada fue interrumpida por Angie en el momento que soltó un chiste más. Gracioso, sí, pero justo en el peor momento. Luca también se rio de su chiste así que el momento fue arruinado por completo. No sabía si reírme junto con el o llorar por no seguir viéndolo a los ojos. ¿Ya mencioné que su mirada era hermosa?

Cada mirada que ese maldito hombre me lanzaba se sentía eterna, como si dos corazones se conectaran con solo unos segundos al mirarnos. Como si pudiera abrazarlo y besarlo con la mirada. Yo pienso que el verdadero primer beso es con nuestros ojos, ya que besar nuestro corazón es más real que besar nuestros labios.

Pero ¿por qué me mira así? ¿por qué lo hace? No lo entiendo, los amigos no se miran así, los amigos no se enamoran, los amigos no pueden estar juntos. Y cuando me deja de mirar me siento tan solitario.

Solitario. Esa es la palabra, mi mente es solitaria, pero él está llenándola de amor, me da compañía y ni siquiera la merezco. Dos corazones solitarios mirándose demuestran más amor que cualquier cosa. Eso no debería pasar.

Mi mirada se quedó paralizada en el vacío sin ningún punto fijo mientras sobre pensaba todo eso.

—¿Sigues ahí? —Preguntó Luca mientras chasqueaba sus dedos frente a mi rostro. Rápidamente reaccioné.

—Si, tal parece que aun sigo aquí.

—Es que te acabas de pegar un viaje astral tremendo. ¿En qué pensabas tanto?

—No hace falta decírtelo, aun no quieres saberlo.

—Ah, así que estas pensando en un chico.

—¿Pero de qué hablas? —Me puse color tomate.

—Es que pegaste muchas sonrisas y te pusiste rojo mientras te dabas ese viaje mental.

—Ah si, bueno, no me ví. — Agarré mi mochila y comencé a caminar hacia el salón lo más rápido posible. La hora del almuerzo había terminado y yo estaba intentando evitar toda pregunta de Luca.

Hasta Que La Muerte Nos Una [Mensajeros De La Muerte I] (LGBT+)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu