Hasta Que La Muerte Nos Una [Mensajeros De La Muerte I] (LGBT+)

Capitulo Treinta y Seis

(Narrado por Ross)

Ese momento en el que despiertas y sientes que tu existencia completa es una mierda, ese es el peor sentimiento. Y más cuando desperdiciaste todo tu tiempo haciendo mierda a los demás para olvidarte de que tu sentías lo mismo.

Ese pensamiento «Le destrozaste la nariz a un tipo simplemente por conveniencia» o «humillaste a alguien solo para sentir superioridad» me hacen saber minuto tras minuto que soy una porquería andante.

Miro a mi padre, y es una mierda igual que yo. Oculta cosas. Me humilla. Pero es mi padre, y todo mundo habla mal de él.

Desde hace unos días se mueve de aquí para allá, nervioso. Lo miro en el sótano y le pregunto: ¿qué me ocultas? Pero él no responde. O no lo hizo al instante.

—Te echaron de la escuela, me despidieron de mi trabajo, y cada día estamos peor, ¿y me preguntas ese tipo de cosas? —Me dijo, culpándome claramente.

—Bueno, todo sería más fácil si mi madre estuviera aquí. —Le respondí.

—Eso que importa, tu madre no está y jamás lo estuvo, solo me tienes a mí, y mientras estes en esta casa me vas a respetar y vas a respetar mi privacidad.

—Pero tu privacidad me aterra. ¿Sabes lo que hablan de ti ahí afuera?

—Hijo eso jamás importó. —Me contestó de manera desinteresada.

—Si lo hace, porque por ti destrocé a alguien. Por tanto tiempo intenté llamar tu atención, conocerte, hacer algo por los dos, pero jamás aportaste nada. Busque tu atención en otros lados.

—Bien, ahora tienes mi atención, ¿Qué quieres saber? —Y esa pregunta abrió un mar de posibilidades. —¿Algo sobre tu madre? ¿algo sobre mi vida pasada? ¿Qué quieres saber?

—Papá, ¿Quién eres realmente? – Dije, mientras levantaba un calendario. La pieza de un gran rompecabezas. Uno que se resolvería inmediatamente.

Papá guardó silencio. Tranquilos, yo tampoco supe por qué. El diablo estaba en mi propio hogar. Y pronto todos lo sabrían.