Capitulo Veintiseis

837 74 8
                                    

—No puedo creer que tu cumpleaños esté a la vuelta ya

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—No puedo creer que tu cumpleaños esté a la vuelta ya. —Me dijo Luca, entusiasmado.

—Bueno, no creo que esta vez esté muy entusiasmado.

— ¿Pero de qué hablas? Cumplirás 18 años, serás un adulto ya.

—Que asco ser un adulto.

Mi cumpleaños número 18 se acercaba con paso lento, parecía tenerme aterrado, pero, en realidad me importaba una mierda. Con o sin 18 años, igual me meterán en un ataúd.

—Bueno, créeme que haré que este cumpleaños sea más único que nunca. —Luca, parecía que su única tarea en su vida era hacerme sentir bien, eso me encantaba. Parecía no tener maldad, ni secretos, ni nada que me hiciera cambiar mi opinión sobre él. Cada vez más parecía sacado de un libro de romanceen donde es el puto príncipe azul perfecto. ¿Eso debería asustarme?

Decidí levantarme del lugar donde estábamos sentados. Mientras me acomodaba la mochila en mi espalda, un fuerte mareo sacudió toda mi mirada. Sentí algo fuerte en el pecho que me hizo querer caer. Todo daba vueltas. Estos mareos ya eran bastante recurrentes, pero parecían ser cada vez más intensos.

— ¿Estás bien? —Preguntó Luca, preocupado, mientras me tomaba del brazo.

—Sí, creo, estoy bien. —Dije mientras intentaba calmar un poco el mareo.

—Te has mareado, últimamente te ocurre demasiado.

—Son solo estúpidos mareos, tal vez me levanté demasiado rápido.

—Félix, opino que deberías ver eso con un doctor.

—No iré a una clínica y diré «Disculpe, es que me he mareado» Es estúpido.

—Aún así, me preocupas.

—No te preocupes, estaré demasiado bien.

No lo estaré, definitivamente no, cada día que pasa siento que estoy más harto de fingir que tengo un futuro por delante, cuando en menos de un mes todos dejaran de verme. Tal vez era el momento de confesar la verdad sobre mi muerte, pero algo me decía que era el momento de contarles a todos, pero por otra parte no quería sentir que todos me amarían más por el hecho de que moriré.

Decidí esconderme en un rincón alejado para poder hablar con Robin, quien se apareció en una nube roja con ropa extravagante. Siempre me sacaba una sonrisa cada que aparecía, era como un rey de la moda ya muerto.

—Vaya, hasta que me llamas. —Menciona, decepcionado de que en varios días no lo había pensado.}

—Perdón, han pasado demasiadas cosas estos últimos días.

— ¿Buenas o malas?

—Depende de la que estemos hablando. A ver, primero que nada mi situación con Ross es cada vez más intensa, anoche se dio a golpes con su mejor amigo para defenderme.

—Espera, ¿Ross te defendió?

—Eso parece, luego habló conmigo y me reclamó por eso.

—Es imposible entender a Ross.

—Lo es, pero siento que está aprendiendo una buena lección. En fin, no te hable para charlas sobre Ross y sus peleas en fiestas. Necesito un consejo.

— ¿Ah sí? Exactamente sobre qué

—Creo que ya es momento de contarles a todos la verdad sobre mi muerte.

— ¿De verdad estas decidido a cargar ese peso en estos momentos?

—No lo sé, y por eso en estos necesito de tu ayuda.

—Bueno, la fecha se acerca, la semana avanza muy rápido, luego llegará la próxima semana y será la última que tendrás. Suena súper fuerte pero es así, si estas decidido a que todos lo sepan, adelante, solo piensa en lo que podría llegar a ocurrir si alguien sabe sobre tu muerte. Félix, corres mucho peligro en estas semanas.

—Ni siquiera sé cómo moriré. Tal vez todos estos mareos están relacionados con mi muerte.

—¿Estas decidido a seguir ocultando tu muerte bajo la vida? —Fue la pregunta que me dejó pensando.

—Yo —Empecé a darle una respuesta. —No lo sé.

Robin no me dijo nada, se me hizo raro, pero más aún cuando empezó a dar unos pasos hacia atrás y me señaló con su dedo que mirara detrás de mí. Y ahí estaba ella, Angie, parada frente a mí, con la boca abierta, intentando procesar todo. Mierda.

—Angie. —Le hablé, intentando empezar a explicarle todo. —Yo...

Ella me interrumpió.

—¿Con quién hablabas?

—Con nadie. —Le mentí.

—Te escuché claramente. ¿Hablabas contigo mismo? ¿qué sucede?

—Angie, tenemos que hablar. —La tomé del hombro, pero ella empezó a llorar.

—Dime que todo lo que acabo de escuchar es falso. —Volteó su mirada hacia mí. —Dímelo ahora.

—Angie, yo...

—¿Qué esta sucediendo? Félix, ¿hay un mensajero? —Me preguntó, y me sorprendió que mencionara a un mensajero.

—¿Qué?

—¿Vas a morir? —Y empezaba a llorar más y más, pero no sollozaba.

—Vayamos a otro lugar. —Intentaba alejarnos de ahí, era el momento de enfrentarme a esa situación que solo me había imaginado en mi cabeza mientras me duchaba. Explicarle a alguien que pronto moriré.

Fuimos a un salón que estaba solo, el mismo donde Angie le confesaba unas semanas atrás sus sentimientos a Luca.

—Así que morirás. —Comenzó a decir, tratando de retener sus lágrimas. —Así de rápido, así de simple.

—Angie, por favor prométeme algo.

—¿Qué quieres que haga?

—No lamentes mi perdida, ahora que la sabes.

—Pides demasiado.

—No pido mucho.

—Félix, morirás, mi mejor amigo morirá, tengo que empezar a acostumbrarme al hecho de que jamás te volveré a ver, ¿y me pides que haga eso?¿me pides que no me lamente? —Empezaba a ponerse un poco enojada por el asunto, pero opino que era más tristeza que furia. — ¿Quiénes lo saben?

—Nadie. —Le respondí.

—Nadie. —Dijo mientras suspiraba y se calmaba, aunque las lágrimas parecían volver a brotar. —Félix, no puedo, no puedo soportar esto. Es demasiado.

—Hazlo por mí, Angie, soporta por mí. —La tome de los brazos y la mire a los ojos.

—No se si pueda hacerlo. —Dijo mientras las lágrimas seguían brotando.

—Solo quiero que aprendas a vivir sin mí.

—Eso es imposible.

—No lo es.

Nos quedamos en silencio, abrazándola, consolándola.

—Te extrañaré demasiado. —Me dijo, entre lágrimas y sonrisas.

—Siempre estaré aquí. —Levante mi dedo y toqué su cabeza. —En tus memorias. Y en tu corazón. Ya logré dejar marca en ti, ahora, ¿Quién la borrará?

Hasta Que La Muerte Nos Una [Mensajeros De La Muerte I] (LGBT+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora