El Epilogo

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LUCA:

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LUCA:

Una vez me contaste que querías ser un ave, ahora cada mañana que su canto me despierta, no logro dejar de pensar en ti y en tu ausencia. Ha pasado un mes, y las cosas son un torbellino de emociones que no me dejan dormir. No he logrado superarte, claro que no lo haré, dejaste una marca tan grande en mi corazón que me es imposible borrarla. Pero en tu memoria lucho cada día por salir adelante, y se que a partir de ahora cada logro y cada momento feliz en mi vida te lo dedicaré a ti. Pero me es difícil cuando en cada momento de esperanza que logro tener me vienen tus recuerdos, y me alegra recordarte, pero el recuerdo en el que te fuiste me sigue destruyendo cada segundo.

El simple hecho de escuchar a la ambulancia llegar, y saber que venían por ti, me rompió. Luego de un mes, aun no logro recoger todos los pedazos que se partieron en mi al escuchar las palabras: "Félix Miller falleció".

Antes de eso, recuerdo tener tu cuerpo sin alma en mis brazos, mientras Ross se quedaba petrificado y Tony intentaba huir. Varias situaciones criticas ocurrieron a mi alrededor en ese momento: Tony fue alcanzado por las autoridades, pero todos pensaron que Ross te asesinó. Y mientras todo eso ocurría solo tuve ojos para ti y oídos para tus ultimas palabras.

Cuando abriste los ojos de nuevo pensé que de verdad te quedarías conmigo para siempre, pero simplemente alimentó mi tristeza al ser yo quien cerrara tus ojos luego de que me hablaras por ultima vez.

Todos salieron, y luego todos te vieron. Farah se acercó y te miró, pasó su mano por tu pelo, y luego... su felicidad murió junto contigo.

Aquella noche todos derramaron lagrimas, dejaste huella en todos.

La tarde de tu entierro fue dolorosa, la lluvia empapó todo lo que pudo, pero no logró tapar las evidentes lagrimas que todos derramamos. Me acerqué a tu ataúd y te miré una ultima vez, te veías tan lindo en ese traje, parecías vivir aun en la muerte. Pero al verte no pude evitar llorar de dolor de saber que no puedo volver a besar tus labios, ni tocar tu rostro, acariciar tu pelo, tomarte de la mano, o recostarme en tu pecho y sentir los latidos de tu corazón de nuevo.

Luego tu madre se acercó, y pude sentir su corazón romperse al verte en ese ataúd y llamarte «Mi pequeño» por ultima vez. Alguien tuvo que ir a consolarla porque no te podía dejar ir.

Farah no dejó de llorar en ningún momento, Cindy no dejaba de abrazarla y consolarla.
Angie, Cindy y Tomás te agradecieron tu amistad entre lagrimas.
Todos te extrañamos.

Tu hermano y tu padre se presentaron ahí, tu madre solo los miró acercarse al ataúd, y mientras tu padre solo lloraba, tu hermano te gritaba perdón de rodillas ante el ataúd.
Escucharlo fue desgarrador.

Cuando fuiste enterrado, muchas flores cayeron sobre el cajón, y una vez que la tierra estaba sobre él, entendí que te perdí.

Un mes después sigo llevando tu recuerdo a todos lados. Cuando visito a Farah y la veo tan feliz al lado de Cindy, y recuerdo las bromas que hacíamos sobre ellas dos. Cuando estamos en la escuela y de pronto empezamos a reír y siento que estas ahí, riendo con nosotros. Te recuerdo cuando escucho a Taylor Swift y me enamoro de sus letras como lo hice de ti. Te recuerdo en cada uno de tus pasatiempos que ahora hago yo para sentirte cerca. Te recuerdo en cada película feliz, en cada película triste y en cada película romántica. Te recuerdo en cada canción de amor. Te recuerdo en el paisaje, en la naturaleza, en las calles, en el cielo y en las aves que vuelan en él. Te recuerdo una y otra vez, día tras día. Y antes de dormir vuelvo a leer tu carta y recuerdo todas las razones por las que te amé y te sigo amando.

Visité el pueblo de tus abuelos, ellos también te recuerdan siempre. Volví al campo de espigas, nuestro lugar. Recreé el momento que nos unió, y bajo la luz del sol corrí entre las espigas. Sentí el viento en mi piel mientras mi cabello se despeinaba. Las aves volaban a mi alrededor, y entonces te sentí a ti, y no pude evitar sonreír. Miré hacia uno de los lados y te imaginé corriendo conmigo, con tu cabello despeinado, con tu sonrisa tan hermosa, con tus ojos tan divinos, con tu cuerpo tan perfecto, con tus labios tan deseables y con tu felicidad tan abundante. Te imaginé riendo a mi lado, y mi imaginación fue tan profunda que ni siquiera miré el camino por donde corría. 

Una vez más caí con una piedra. Me dolió un poco, pero no pude evitar reír a carcajadas. En el suelo miré hacia el cielo y vi de nuevo las aves volando. Y luego te volví a sentir a mi lado, y pensé: «Si tan solo él estuviera aquí...» Pero se que estás en un lugar mejor, y eso también me pone feliz, porque sé que te encuentras sintiéndote tan libre como un ave, esperándome a mi, esperándonos a todos hasta que la muerte nos vuelva a unir.

Es entonces cuando decido hacer una ultima promesa en ese campo de espigas: Prometo vivir cada momento de mi vida como tu me enseñaste a vivirlos. Pero también prometo que nada ni nadie me hará dejarte de amar, porque somos tan fuertes que ni siquiera la muerte es capaz de destruirnos.

Hasta Que La Muerte Nos Una [Mensajeros De La Muerte I] (LGBT+)Where stories live. Discover now