Capitulo Trece

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—¿Es buena idea? — Escuché en la mañana del 8 de agosto

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—¿Es buena idea? — Escuché en la mañana del 8 de agosto. En ese momento mis ojos estaban sobre el cielo, contemplando la majestuosidad del azul que colorea lo que está sobre nosotros. Mi mente estaba sobre alguna otra cosa, o sobre alguien. Miré de nuevo hacia un lado y vi que era Angie quien me hablaba.

—¿Qué? —Pregunté super desubicado.

—El mensaje.

—¿Qué mensaje?

—Ni siquiera lo viste.

—Perdón me he quedado sin batería y esta mañana se me olvidó cargar el teléfono.

—Que idiota eres, pero, en fin, a lo que me refiero es: Quiero escribirle una carta a Luca. — Eso definitivamente me sorprendió.

—¿Qué?! ¿Estás segura?

—¿Por qué no estarlo?

—¿No crees que es muy pronto?

—En un mes me iré del pueblo, si no lo hago ahora, no lo haré nunca. Además ¿qué es lo peor que puede pasar?

—El hecho de que te rechacen. —Dije sin pensarlo, pensé que había sido muy directo, pero es lo más probable que pasé. A Luca definitivamente no le gusta alguien, no alguien como ella, pero, ¿cómo decírselo a ella? Está tan enamorada que no se da cuenta. Este es el verdadero "Amiga, date cuenta".

—¿Quién puede rechazar a este amor? — Dijo mientras empezaba a caminar hacia el salón, dejándome a mi solo, con miles de preguntas, dudas, temores y un sentimiento que solo me hacía pensar: ¿Qué mierda va a pasara hora?

Al rato pude ver que me había llegado un mensaje al celular(el cual jamás se me había descargado) que decía: "Demasiado tarde, la carta ya fue entregada"

Luca llegó por detrás mío, pegándome un susto que casi me saca los intestinos del grito.

—AAAH mis oídos. — Gritó al escuchar mi grito.

—Exagerado.

—Exagerado tú, ¿quién se asusta con esta cara tan hermosa?

—Amanecimos con el ego alto eh.

—Siempre. — Yo estaba a punto de decirle lo bien que se veía hoy, cuando él cambió el tema drásticamente antes de dejarme hablar. —¿Qué clase nos toca?

—No sé. —Dije encogiéndome de hombros.

—Nunca sabes nada.

—¿Soy el único que no sabe nada?

—Está bien, yo también estoy un poco imbécil por llevar bastante tiempo en la escuela y no saberme mi propio horario.

—Poco imbécil si estás.

—Amanecimos groseros hoy eh.

—Siempre. — Empecé a caminar hacia el frente, tratando de ver donde mierda se había metido Angie porque yo ni siquiera recordaba mi propio horario.

Hasta Que La Muerte Nos Una [Mensajeros De La Muerte I] (LGBT+)Onde histórias criam vida. Descubra agora