Capitulo Cuarenta

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El jueves, al entrar por la puerta del colegio, todo mundo me miró como un bicho raro

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El jueves, al entrar por la puerta del colegio, todo mundo me miró como un bicho raro. Pensé en mil cosas, ¿supieron que Ross me encontró? ¿siguen sorprendidos por lo de Luca? ¿Me veo muy gay hoy? (En realidad esa ultima pregunta me la hago a diario.)

Rápidamente me acerqué a Tomás para pedirle contexto., pero solo levantó su dedo y lo apuntó hacia el tablón de anuncios. Me acerqué y la lista de ganadores del concurso de historias estaba pegada ahí...Mi historia estaba en el primer lugar.

¿QUÉ MIADOS?

—Felicidades Félix. Fue una gran historia. —Dijo la profesora Roxanne detrás de mí.

—Pues gracias, pero no entiendo, ¿Cómo sucedió? —Pregunté.

—Creo que los jueces buscaban la historia mas inspiradora posible. Tomaste un tema actual y un tema de tu propia vida y lo convertiste en esto. Creo que de esto se trataba, y lo lograste. Felicidades.

Aquella historia la escribí en el momento más profundo y oscuro de mi vida. Tomé cada hecho de mi vida y escribí una historia que enseñara a ser tu mismo sin tener miedo. Creo que en las peores tormentas vienen las mejores inspiraciones.

—Por cierto, todos los profesores leyeron tu historia, y decidimos iniciar una campaña LGBTQ+ en la escuela, y eres el icono perfecto. —Me propuso Roxanne.

Si dar esperanza a mucha gente en este pueblo es lo ultimo que haré en vida, entonces es la manera perfecta de dejar mi huella.

—Yo-yo- no se que decir, estoy muy alagado, pero ¿exactamente que es lo que quieren de mí? —Pregunté.

—Simplemente queremos que sigas transmitiendo tanta luz como hasta ahora lo haz hecho. Tal vez piensas que durante todos estos años haz estado estancado, pero ahora eres un ejemplo a seguir en la escuela. Y creo que aun hay mucha gente escondida en un armario viviendo con miedo. Mi esposa y yo creemos que esta es la oportunidad para que se haga un cambio en el pensamiento de mínimo los estudiantes. —Me dijo amablemente Roxanne, y su sinceridad simplemente hizo que aceptara ayudar con la campaña. —Empezaras dando una platica sobre los derechos LGBT este lunes, ya tenemos gente confirmando, esta es tu oportunidad.

¿Así que así es? Sin pensarlo, sin decidirlo, sin procesarlo, vives una vida y tomas decisiones, y de pronto dejas huella.

**

Pasaron las clases y claramente yo no dejaba de pensar en todo lo que estaba sucediéndome. Pero no era el único.

—Félix, se que este no es el momento y todo, pero debo hacer una pregunta. —Dijo Farah mientras la acompañaba hacia la cafetería.

—Pues solo hazla, no es tan difícil. —Respondí de manera burlona.

—Tu que eres gay y todo ese rollo. —Esto ya me sonaba raro. —¿Qué mierda hago si me gusta una chica?

Abrí mi boca de la sorpresa como si jamás me hubiera imaginado esta situación (En realidad esperé esa pregunta de Farah por muchos meses, gay radar.)

—No puede ser. —Dije sorprendido. —¡TENGO UNA HERMANA LESBIANA! —Grité.

Farah levantó sus manos en pánico y me tapó la boca de un golpazo.

—¿Estas loco o qué? No lo grites estúpido. —Me regañó.

—Perdón, tengo una hermana lesbiana. —Susurré.

—Bueno ya respóndeme mi pregunta. —Recalcó medio encabronada.

—No hay pregunta, sucedió, te gusta Cindy...

—¿CINDY? —Me interrumpió de golpe. —Por favor no seas imbécil.

—Como si jamás hubiera visto como se tratan entre las dos, por favor, eso no hacen ni las mejores amigas Farah.

—Bueno a quien le importa, sigue hablando.

—Es que es así, te gustó una chica y listo, adiós heterosexualidad. La gente que es hetero no se enamora jamás de su mismo sexo.

—Pero es que jamás había sentido esto. No es normal en mí. —Dijo ella.

—Es normal, solo que no habías encontrado a esa chica que te revolviera tanto los sentimientos como para hacerte sentir esto.

—Pero entonces, ¿Qué soy?

—No te apresures, existe la bisexualidad, existen los pansexuales, existe de todo. Algún día entenderás que y quién eres. Y mientras eso pase, Cindy te seguirá revolviendo el estómago con mariposas.

—Cállate, si sigues así el día de mi boda ni siquiera te voy a invitar.

¿El día de su boda? Tenia el mal presentimiento de que Farah no sabia nada acerca de mi muerte... No por favor, no quiero pasar lo mismo de nuevo.

Me quedé parado pensando aquello cuando de repente alguien chocó contra mi y me interrumpió. Los libros que llevaba en la mano cayeron al suelo, y al agacharme vi aquellos ojos tan profundos y hermosos que me enamoraron una vez. Era Luca.

Hasta Que La Muerte Nos Una [Mensajeros De La Muerte I] (LGBT+)Where stories live. Discover now