A Sky Full Of Stars | +18 | L1

Capítulo 30

El roce del aire contra mi piel se siente tan refrescante mientras me dirijo hacia mi destino. Aunque mi cuerpo duele con cada paso que doy, ni siquiera sé si es masoquista el querer matarme en el gimnasio para así poder caer rendida en el segundo en que mi cuerpo sienta la suavidad de mi cama, creo que es la única forma de no sobre pensar las cosas en la noche.

Ajusto la correa de mi bolsa, me quedo inmóvil dificultando el paso de las demás personas al sentir una punzada en el centro de mi pecho. ¡Okey es mala idea respirar! Controlo mi respiración con lentitud tratando de hacer el menor movimiento ante el dolor que se acentúa un poco más.

Suelto un resoplido cuando lo controlo mientras retomo el caminar. La música en este momento me ayudaría, pero a veces solo necesito un poco de silencio. La gente me mirara raro, pero el usar audífonos con aislamiento de sonido me ayudan, creo que olvide porque es que empecé a usarlos.

Llegue un momento en que la gente es muy ruidosa y eso llega a estresarme por lo que necesito aislarme, el sonido de las aglomeraciones de las personas no es mucho de mi agrado. «Trabajas en un restaurante y un bar» Es un buen punto, solo que ahí la música es un poco más alta callando así la voz de las personas.

«Tal vez solo odio a veces a las personas»

Niego mientras pienso que es tonto responderle las interrogantes a la voz de mi cabeza. Cruzo la calle hacia el edificio mientras noto el carro de Casey en el estacionamiento, sonrío cuando la veo dar vueltas mientras habla solo gesticulando con sus manos. Está tan concentrada que nunca nota cuando me acerco, acerco mi boca a su oído para soplar cuando esta de espaldas a mí.

― ¡Mierda! ―salta hacia adelante mientras se aleja unos metros de mí para voltear a verme.

Suelto a reír al ver su cara de asustada pero también una parte de mí se siente mal por haberla asustado pero es algo que me gusta de ella. Me señala con el dedo mientras se acerca a mí para pegarme en el abdomen mientras río haciendo algunas muecas por el dolor del cuerpo. Bajo mis auriculares para poder escucharla.

― Eres mala ―salto hacia atrás cuando empieza hacerme cosquillas.

― Tú eres una distraída, si prestaras atención me hubieras visto al otro lado de la calle.

― Estaba pensando ―dice con indiferencia, entonces me doy cuenta que es de noche y ella no debería de estar aquí.

― ¿Paso algo? ―me acerco a ella ― Me hace feliz verte de nuevo, pero ya es noche y tú deberías de estar durmiendo, mañana toca clases.

― Ahí está la cosa ―levanto una ceja al verla hacer una mueca ― ¿Puedo quedarme contigo hoy, mañana y el fin de semana?

Me sonríe mostrando todos sus dientes y me rio porque se ve tan tonta, asiento mientras la jalo para abrazarla. Sé que algo paso porque desde el lunes que la vi en la Universidad se miraba rara y distraída, así que asumo que lo que sea que esté pasando la tiene de esa forma.

Toma su bolso mientras caminamos hacia la entrada, el señor López nos saluda mientras ella se sonroja ante la mirada del señor a nuestras manos unidas. Es algo normal en ella, cuando siente la mirada de las personas sobre nosotras se sonroja y aunque no suelta mi mano, se pone tímida lo que me da ternura.

Subimos en el ascensor en completo silencio cuando la puerta está por cerrarse alguien mete la mano y entra mi querido vecino. Ni siquiera nos ve, yo deje de saludarlo cuando me miraba molesto, así que para saludarlo. Me pego con Casey mientras bostezo porque ya me siento cansada.

Cada segundo dentro es un resoplido del señor este. Sé que no lo conozco pero es que porque hace eso, solo hace que me caiga mal. Cuando las puertas se abren sale como si lo persiguiera el mismo demonio porque sale corriendo haciendo que suelte a reír ante su actitud.