A Sky Full Of Stars | +18 | L1

Epílogo.

Tres meses después.

Cambios. La única palabra que describía mi vida en lo que he vivido en casi un año desde que aparecieron ellas en mi vida. Regresar a casa de mis padres fue algo que no quería, pero me sentí mal al saber que los mantuve en la sombre con todo lo que me paso. Tuvimos una charla larga, con gritos, llanto y disculpas de parte de mis padres. Tan solo quince días pude estar con ellos, sentía que la sobreprotección que me daban, me asfixiaba a tal manera que no podía salir fuera de casa, así que decidí volver al departamento.

Recuerdo preguntar por Taylor, la extrañaba y espere verla de nuevo. ¿Se supone que estaría para mí? Nunca se presentó, y aunque la contacte su número no funciono. Creo que dolió eso, desapareció sin un mensaje. Desee buscar a su padre pero fue en vano, viajo con Liana sin previo aviso a los días en que desperté. Así que nadie tenía una respuesta sobre ella.

Supe por Isabella que Anielle y Casey, ambas estuvieron ahí. Pero al despertar no había nadie. Recordé sus promesas, ambas se alejarían y aunque yo fui la de la idea, pensé que estarían ahí. Fue una de las razones por las que regrese con mis padres para evitar hacer una idiotez. 

«Isabella Coleman»

La mujer que hizo lo que nunca pensé, después que desperté paso lo hubiera querido que pasara mucho antes. Aunque ella sabía mi respuesta, se negó a escucharla la sabía. Los próximos días fueron un caos, ella me ignoro por unos días a mi llegada. Era como el inicio, y no quería que se alejara pero también comprendía que necesitaba espacio. Una noche de noviembre, estaba en el departamento sin nada que hacer. Cuando llego, afuera había una tempestad y verla por complejo mojada por la lluvia me alerto. 

Claro que lo que vino después no estaba en mis planes, todo lo que dijo, lo que hicimos solo hizo que nuestra vida cambiara para siempre, luego ella se fue. Una simple carta fue la despedida. Un libro con una carta dentro que descubrí hace unas semanas, ahora dos cartas están resguardadas en mi mochila, cada una de ellas con sentimientos y dolor plasmado en cada uno de sus párrafos. Y aunque deseo una tercera, no llegara. ¿Por qué debería de llegar cuando le dije que la quería lejos?

La carta de Casey, me rompió de maneras inimaginables. Tanto que no pude terminar de leerla. Han pasado unos días y aun no me atrevo a seguir. Un carraspeo detrás me saca de mis pensamientos, para ver a una señora señalar para ver que es mi turno documentar mi equipaje. Le sonrió a la policía para verme fijamente, y le devuelvo la mirada.

Tomando mi tarjeta de embarque sigo a la persona delante de mí para ir a migración. Recibo el mismo trato que la policía, ni siquiera trato de sonreír porque siento que me vería más sospechosa. ¡Dios Santo! Parezco un angelito y dudan de mis intenciones para viajar. Paso por el escáner mientras pasan mi equipaje en uno de ellos. Un chico se acerca para llevar mi maleta grande mientras me quedo con la pequeña y mi bolso.

Camino por el lugar viendo por las vitrinas algun libro que llame mi atención, pero esta difícil elegir uno en específico. Compro un diario para documentar mis viajes, casi como una bitácora de viaje. Una cámara que compre hace unos días me acompaña para poder fotografiar las cosas que más me gusten.

Mi teléfono vibra con mensajes de mis padres al saber cómo estoy. Es incluso un poco tedioso, pero los entiendo. Saber que estuve a punto de morir los vuelve súper protectores, pero fue suficiente para que cambiaran de opinión. Ahora su lema era que fuera feliz, claro que no estuvieron muy contentos cuando les dije que deseaba viajar.

― ¿Puedes acompañarme? Necesito revisar tu equipaje en otra sala ―volteo a ver a la misma policía que no quitaba su mirada de mí. 

« ¿Me veré peligrosa? »