Capítulo 38

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Durante el paso de generaciones en generaciones muchas cosas han cambiado. Unas para bien y otras para mal, pero siento que la forma de enamorar debería de ser eterna. Para mí lo más romántico seria escribirle una carta a la chica que me gusta y regalarle flores, pequeños detalles que le demuestren que uno se esmera en prestar atención a todo lo que dice.

La única que pudo inculcarme esa forma de amor fue yaya y Alba. No le quito el mérito a mi padre al ver cuán detallista era con mi madre pero después de unos años, lo seguía siendo pero ya no tan regular. Una de las razones por las que llegue anhelar el amor era porque quería un amor así.

Escribir cartas, recitar poemas, cantar canciones, regalar flores, detalles y más. Soy mala para escribir por lo que las cartas serian difícil pero algun día terminaría una carta o me regalaran una carta a mí. Al momento de que los pensamientos aparecer con las más bellas y asertivas palabras, tomaba un papel y las escribía pero al leerlas en voz alta no se escuchaban como en mi mente.

Recitar poemas es algo que si haría, pero no había ningún poema que me lograra transmitir todo el amor genera en mí. Era como si aún no existiera ese poema y yo fuera la indicada para hacerlo, pero era mala escribiendo. Detalles, flores y chocolates es algo que amo darle a ella.

Claro que a veces me toca recorrer floristerías para encontrar sus flores preferidas pero las encontraba. Cada cosa nueva que aprendía de ella, era como si las guardara en mi mente en una sección específicamente solo de ella. Los chocolates kínder nunca faltaron en mi bolsón al momento de estudiar.

Ella ya sabía dónde estaba porque los sacaba y lo compartía conmigo. Claro que así como muchas veces la sorprendí. Ella lo hacía conmigo, siempre en cada obsequio que me regalaba venia una mini nota con alguna frase, su letra en cursiva era algo que amaba.

Tenía una pequeña caja en la mesita de noche donde guardaba las notitas. Muchas veces la descubría viéndome y se sonrojaba, no sé si era porque venía a su mente los recuerdos de aquella noche. Yo amaba molestarla, susurrarle cosas al oído y poner mi mano en su muslo cuando estábamos sentadas.



Marley, ya dice con las mejillas sonrojadas y la miraba con inocencia porque no siempre lo hacía con dobles intenciones.



La mañana siguiente después de... como decirlo. De su despertar y mi despertar, fue como si el rojo en sus mejillas perdurara para siempre. Incluso llegue a pensar que tenía fiebre, y no fui la única ya que también las chicas se lo hicieron notar aumentando así su sonrojo.

― Ahí están señorita ―la voz del señor me trae de vuelta.

Tome le ramo de flores, para después salir de la floristería. Al ver la hora en el reloj me di cuenta que iba temprano así que todo iba bien. Había un calor del demonio pero tenía un maldito chupón en el cuello y no iba a ser el blanco de las burlas de los chicos.

¡Me las pagaras Casandra! Estiro el cuello para no sentirme tan sofocada con la camisa cuello largo. Combinaba con mi outfit completo que era lo importante y asumiendo que los demás irían con vestidos o medio formales yo estaría casi formal a excepción de la camisa. Dentro del auto conduzco hacia la casa de Nath. ¡Joder! Tengo que pasar por las chicas

Después del viaje me desconecte de todo, para mí todo era la ojiazul por lo que recibir esa llamada de Dean me tomo por sorpresa. Y al revisar mi calendario estaba la notificación de que el 18 sería el cumpleaños 22 de Casandra. Mi idea era secuestrarla solo para mí.

A Sky Full Of Stars | +18 | L1Where stories live. Discover now