A Sky Full Of Stars | +18 | L1

Capítulo 35

Despertar se sintió como cuando te matas haciendo una rutina en el gimnasio hasta que el entrenador te dice que eso fue suficiente. ¡Suficiente! Dejas el alma en cada rutina para después sentir ese dolor en cada extremidad y parte de tu cuerpo. Esa misma sensación sentía pero multiplicada por mil.

El dolor de cabeza era signo de la llorada que me di en la madrugada. Incluso sentía algo inflamados mis ojos, por las lágrimas y el otro por el golpe que recibió. Mi corazón se sentía como si un tsunami hubiera pasado arrasando con todo dejando solo un desastre que ni siquiera sabía cómo arreglar.

Sentí movimiento en la cama en algún momento pero no tenía aun la fuerza para abrir mis ojos así que volví a dormir. Lo próximo que mi oídos lograron captar eran voces lejanas pero las pastillas para el dolor eran demasiado fuertes lo que me hizo volver a caer en un sueño profundo.

― Tienes que levantarte ―se escucha la voz de ella a través de le niebla del sueño.

― No quiero ―cuando trato de voltearme lo replanteo no moverme mucho ― Me duele todo.

― Tienes que comer algo ―abro un ojo y la veo sentada a mi lado ― Porque si no, no te daré más pastillas.

― Dejarías que tu mejor amiga sufriera ―me mira con ojos entrecerrados.

― Si tengo que darte la comida en la boca, lo haré. Pero vas a comer ―deja un beso en mi mejilla para saltar cayendo parada en el suelo ― Ya vuelvo.

Acerco mi mano para sobar mi frente pero literal la mitad de mi rostro duele, ni siquiera tengo el valor aun de verme en el espejo. ¡Oh mierda! Si esta como lo siento, esta horrible. Creo que faltare a clases esta semana aunque de una u otra forma tendré que hablar con París sobre el trabajo.

Cuando trato de levantarme ejerzo fuerza en la parte izquierda de mi cuerpo y suelto un chillido por que la fuerza realizada da directo a mi costado. Okey esta es mala idea, maniobro mi cuerpo de una manera extraña hasta lograr encontrar la forma de levantarme.

Me siento en la cama algo mareada porque no he comido nada. Veo el celular en la mesa de Isa y aunque desee tomarlo para ver si tengo algun mensaje de ella, no lo hago. Me levanto con cuidado porque enserio tengo miedo de caerme, suficiente dolor tengo como para agregar el de la caída.

Salgo de la habitación, y es más notable mi cojera al caminar más lento. Pongo mi mano en mi costado izquierdo donde fueron los golpes y se siente como si algo muy pesado hiciera presión conforme respiro. Al llegar al salón veo que la sala está vacía y al caminar los pocos pasos hacia la cocina la veo de espaldas.

La encimera está llena de verduras y pollo, sonrío porque creo saber qué es lo que cocina. Tiene el cabello recogido en un moño con las mangas de la camisa arremangadas a los codos. Cuando se voltea me mira con sorpresa para que luego una sonrisa adorne su rostro.

― Auh ―suelto cuando sonrío de lado.

Porque los golpes fueron en la parte izquierda de mi rostro y da la casualidad que a veces sonrío de medio lado, y la comisura de mis labios se estira a ese lado. Yaya decía que era mi sonrisa que haría a varios caer y yo era una niña que no entendía que significaba esas palabras.

― ¿Quieres algo? ―se acerca.

― No, solo me daré un baño y me cambiare de ropa.

― Esta bien ―me sonríe mostrando sus dientes ― Hice la sopa de mi madre, ya sabes es buena para cualquier dolor.

Trato de no sonreír pero es que con ella, es inevitable no hacerlo. Deja un beso en mi mejilla para volver a lo suyo. Camino hacia mi habitación y veo en la mesa algunas cosas que no se ni que son. Al llegar al closet busco la ropa más cómoda que tenga.