Si vuelvo a verte │Charles Leclerc│

CÁPUTULO 6

Despegar de Maranello me había dejado extremadamente triste, sentía que dejaba algo importante, me dolía.

-Uf, que caras largas –dice mi tío con una sonrisa divertida, pero yo solo logro hacer una mueca. Llevaba puesta la gorra en mi cabeza, por alguna razón me hacía sentir cerca, aparte de que tenía un aroma particular. Si, el perfume de Charles de tanto tiempo dentro de su coche.

-La gorra 16 era la mía –dice Magda, rodando sus ojos luego de verme de mala forma.

-¿Me la quieres robar también? Siempre todo tiene que ser tuyo, por encima de cualquier cosa. –escupo soltando un bufido finalmente.

-¿Qué sucede? –pregunta mi tío volteándose a nosotras.- ¿Por qué se hablan así?

-Es una envidiosa y no acepta las cosas.

-Claro que no soy una envidiosa pero tu siempre quieres todo para ti incluso cuando no te pertenece.

-Mejor admite que te gusta Charles y te lo quieres llevar a la cama.

Levanto mi cabeza del asiento y me levanto del mismo, empujándola.

-Sabes bien que no, es que tú te llevaste el crédito de algo que no hiciste.

-¡Basta ya! –grita mi tío, se le notaba enojado.

-No te atrevas a insultar a mi hija otra vez, la provocas y luego te haces la resentida si te dice algo que te duele –miro a mi tía pasando saliva. Claramente en esta familia siempre saldría perdiendo.

-Pídele disculpas a Magdalena, Ivy.

Entreabro mis labios con sorpresa, pasando la mirada por todos allí. Ella me hacía daño y yo debía de disculparme.

-Perdón. –digo con recelo, sentándome nuevamente en mi asiento.

-Magdalena, pídele disculpas a Ivy.

-Por favor Joyce, no debe de hacerlo.

-Wanda, debe de hacerlo también,

Y de pronto, se pone a llorar. No podía creer y es que antes que modelo, debería de ser actriz.

Por supuesto, las disculpas nunca llegaron.

-No me gusta que peleen de esa forma, Ivy. Siempre digo que deben de ser unidas, no tienen que decirse cosas hirientes, por favor –me dice mi tio mientras caminábamos por el aeropuerto de Mónaco.

-No sucederá otra vez.

-Eso espero –deja un beso encima de mi sien y yo sonrío levemente. Tenía ganas de ir a ver a mi nonna y quizás eso haría en lo que quedaba de tarde.

Ella se puso feliz al verme y había llevado unos bocadillos para comer en el patio de la clínica.

-¿Cómo te fue? –me pregunta, llevándose a la boca un trozo de bocadillo.

-Bien, nonna. –encojo mis hombros.

-Mmh, me parece un poco extraño eso. Cuéntame que pasó, te conozco bastante.

Decido contarle algunas cosas, le cuento lo del collar y me sentía bien quitando todo lo que sentía aunque quizás no debía de hacerlo con ella.

-¿No buscaste a ese chico para decirle la verdad? Ivy, debiste hacerlo. –su mano se posa en mi hombro y yo volteo a verla- Quizás si le contabas la verdadera historia, todo tendría un sentido diferente. Siempre te quedaste callada ante las injusticias Ivy, siempre fueron injustos contigo, siempre quedaste un paso detrás por temor, por rabia.