CÁPITULO 27

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Mi mirada se fija en mi abuela, quien me miraba de vez en cuando, la sentía algo nerviosa y sin saber qué decirme exactamente.

-Mereces saber la verdad, tu más que nadie.

-¿Qué verdad? –pregunto acomodándome en aquel banco.

-Nunca he estado enferma, se muy bien las cosas, recuerdo absolutamente todo.

Arrugo mi entrecejo, separando mi cuerpo hacia atrás. Entreabro mis labios observándola, sin entender absolutamente nada.

-A Wanda le convenía esto, le convenía que yo esté encerrada en un lugar aislado donde no pudiera decir nada y yo nunca dije nada porque al final del día era mi hija y me dolía sentir que la traicionaba si sacaba todos los secretos a la luz.

-Pero nonna, ¿cómo hizo ella para internarte? Se necesitan exámenes médicos.

-Si, por supuesto, supongo que el dinero tiene mucho poder –soltó un suspiro y yo me dejé caer hacia atrás en el banco, pensando todo, sin poder creer hasta donde había llegado mi tía.

-¿Por qué mi tía querría hacerle esto a su mamá?

-Quizás porque siempre defendí a Vittoria y me duele decirlo, pero Wanda siempre le tuvo envidia, además que por muchas cosas, ella la odia y a ti también. No me preguntes sobre esto, aun no puedes saber absolutamente toda la verdad. –su mano tomó la mía y dejó un beso allí.

-¿Dónde está mi mamá? –cuestiono sintiendo un nudo en la garganta.

-No puedo decirte exactamente donde está, pero créeme que probablemente pronto podrás verla.

-No quiero verla, me abandonó y he estado sola durante toda mi vida necesitando a una madre.

-No digas eso Ivy, no tienes ni idea de las cosas por las que tuvo que pasar tu mamá, entonces te pido que cuando llegue el día, la escuches y la entiendas. Todos en algún momento merecemos que nos entiendan.

Me quedo en silencio, deslizando mis manos por mi rostro, ¿mi mamá estaba cerca? Tenía tantas preguntas y me sentía tan confundida. Aunque siendo sincera me ponía feliz que al final mi abuela estuviera completamente bien, ella merecía estar libre, merecía estar con personas que la amaban, tuvo que fingir por proteger a una hija que parecía que ni la quería, definitivamente no me arrepentía de haber venido a Italia.

-¿No hay ninguna posibilidad de que yo pueda sacarte de aquí si demuestro que en realidad estás bien de salud?

-Cariño, Wanda es mi tutora, ella decide lo que hacer conmigo y no es tan fácil desmentir algo médico.

-¿Y mi mamá? Ella podría hacer algo por sacarte entonces, nonna.

-Tú mamá no puede hacer mucho por ahora, no la tiene nada fácil, Ivy. Ella siempre se ha preocupado por mí, créeme. Pero quiero que me cuentes todo lo que sucedió en Mónaco, sin perderme ningún detalle.

Finalmente empiezo a contar todo, incluido todo lo que pasó con Charles y lo que sucedió cuando llegué a mi casa.

-Lia fue como un ángel, abuela –dije dejando que mi abuela me abrazara, acariciando mi cabello. Sus brazos eran siempre mi lugar seguro.- de hecho me entregó su apartamento aquí y fue quien te encontró y me dio la dirección. También me dio contactos con posibles trabajos.

-Lia –dijo mi abuela con una sonrisa en su rostro, acariciando mi mejilla- tienes una mirada triste, ¿lo amabas?

Asiento, bajando la mirada a mis manos. Sí, lo amaba. Lo amo y no pude decírselo.

Si vuelvo a verte │Charles Leclerc│Where stories live. Discover now