CÁPITULO 12

2.1K 176 15
                                    


Los días se habían pasado bastante lentos hasta el viernes. Había ido todos los días a visitar a mi abuela, se había puesto contenta por mi trabajo y me pregunto muchas veces por Charlie, me había regañado cuando le dije que no le había dicho la verdad y es que ya no tenía ni sentido hacerlo.

Algunos días fuimos con Gina a ver a mi abuela, ella también la quería muchísimo y mi nonna a ella. Gina me había contado que ella viajaría a partir del viernes a Jeddah, la próxima carrera ya era el viernes próximo a hoy, o mejor dicho, el proximo fin de semana ya era fin de semana de carrera. Yo aún no sabía si ir o no, pero la idea de que Gina estuviera allá me emocionaba y lo hacía diferente. Según mi calendario de eventos, no había ninguno la próxima semana así que perfectamente podría ir.

-Buenas tardes –saludo al entrar al local con una sonrisa, Pascale andaba allí dando algunas indicaciones, al parecer el evento era importante y ella estaba muy contenta.

-Hola cariño, tienes tu uniforme en la sala de descanso en un bolso.

Le agradezco caminando al lugar y tomando el bolso que, efectivamente, allí estaba. Entro al baño empezando a sacar la ropa. Era una camisa roja y un pantalón blanco, era una bonita combinación de colores pero me traía recuerdos. Me coloco algo de maquillaje y decido llevar mis labios de rojo matte para hacer juego.

Me pongo la ropa, metiendo la camisa por debajo del pantalón, arreglando mi ropa. La camisa tenía el logo del local a un lado en el pecho.

-Hoy todos somos rojos –dice una de mis compañeras riendo en cuanto pasa Pascale, la cual levanta sus brazos como en un festejo.

Empiezo a ordenar y meter ciertos elementos y cosas que utilizaríamos dentro de algunas cajas mientras otros chicos venían a buscarlas y cargarlas en la camioneta para trasladarlas al lugar que aún no sabía dónde sería.

-¿Dónde es la fiesta?

-En un yate, en el puerto.

Asiento entreabriendo mis labios y continúo realizando mi trabajo, guardando algunas botellas de champagne con cuidado en una caja.

Finalmente nosotros también somos trasladados al lugar, llegando al puerto y donde habían un motón de yates estacionados como siempre. Al pie de uno de ellos, había un hombre parado así que suponía que allí era.

-Buenas tardes –saludo amablemente y paso por encima del pequeño puente que unía el yate con el piso firme.

Era hermoso, bastante lujoso, cómodo y grande, tenia luces tenues, aunque aún era de día. Presentía que de noche se vería muchísimo mejor.

Armamos una mesa de madera allí y empezamos a acomodar algunas copas encima, platillos y servilletas. Por suerte tenía unas buenas compañeras que me ayudaban a cómo hacerlo, me enseñaban y me tenían paciencia. 

-Así que el uniforme será siempre este. –digo pasándole los primeros bocadillos a Bianca, mi compañera, mientras ella iba acomodándolos en la mesa de una bonita y coqueta forma.

-No –ella soltó una risa.- siempre es pantalón blanco y camisa fucsia, pero hoy es especial.

-¿Por qué? –cuestiono alzando una ceja.

-Porque es por Ferrari, la victoria en Bahrain.

Me doy la vuelta chocándome de frente con otra de mis compañeras a la cual casi se le cae todo de las manos.

-Dios mío perdón, no te vi. –digo rápido y con un nerviosismo creciente en mi cuerpo.

-Tranquila, es normal en el primer día Ivy.

Si vuelvo a verte │Charles Leclerc│Where stories live. Discover now