EPÍOLOGO.

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Charles.

Solté un suspiro viendo hacia aquel box y el coche con el 16 al frente. Estaba tan nervioso que mis manos temblaran, pero eso tenía que parar, debía de concentrarme hoy más que nunca.

Todos estaban algo nerviosos, pero estábamos organizados y todo estaba saliendo bien. Era un domingo, había una carrera y no era cualquier carrera, esta carrera definiría si me coronaba finalmente campeón del mundo.

-Mi amor –me di la vuelta sonriendo ampliamente al ver a Ivy con nuestra pequeña Maisy en brazos quien ahora estiraba sus brazos hacia mi.- Quería verte y yo también.

Me senté un momento allí dejando a Maisy sentada en mis piernas, ella tocaba con atención mi traje.

-¿Te gusta? Usarás el tuyo en un tiempo –dije soltando una risa y besando su frente.

-¿Estás nervioso? –Preguntó Ivy a mi lado.- No importa que pase ahí, nunca olvides que siempre serás nuestro campeón. -Voltee a verla con una sonrisa y me incliné hacia ella dándole un suave beso en sus labios.

Definitivamente estaba allí con el amor de mi vida, mi hija y tantas personas que me querían y me apoyaban, pero las más importantes lo hacían y eso era suficiente siempre para mí.

Daría todo en aquel circuito y dejaría mi alma entera, porque tenía a alguien viéndome desde el cielo y sabía que sin importar qué, él estaría orgulloso de mí. Porque un día me dijo "sin importar el resultado, si lo hiciste con el alma siempre habrá valido la pena".

Abracé a mi mamá, a mis hermanos, a mi hija y a Ivy tan fuerte como podía. Vittoria me dio un gran abrazo y Joyce también. Él también estaba nervioso, sería mi ingeniero claramente, pero siendo sincero, no podría haber tenido otro mejor.

Me subí a aquel coche y miré a Ivy que se apoyaba en el halo sonriéndome con algunas lágrimas sensibles en sus ojos.

-Te amo Leclerc, te irá increíble en ese circuito, confía en ti, eres increíble.

Me quedé con aquellas palabras que sin dudas las mantendría a lo largo de trescientos kilómetros de carrera. Ya posicionado segundo en la parrilla, las luces empezaron a encenderse, todas las personas en aquellas gradas se pusieron de pie y finalmente se apagaron, aceleré y así lo haría hasta el final de aquella carrera, porque mi corazón estaba ahí y en todas las personas que me esperaban en la línea de meta.

-Tienes a Max delante y a Hamilton –dijo Joyce por la radio.- Intenta pasar a Hamilton en la próxima recta, puedes abrir drs, vamos Charles.

Eso hice, mi alerón se abrió y mi velocidad aumentó, vi el coche del británico quedar detrás del mío y ahora solo me faltaba uno. No era fácil, ni un poco pero la carrera seguía y mientras eso sucediera, yo podía seguir siendo el primero.

Drs en la próxima, mi última oportunidad de pasar a Max y eso intenté. Mi auto y el suyo iban igualados, venía una curva al frente y temía que si bajaba la velocidad, perdiera el puesto. Ambos tuvimos que reducirla, pero cuando pasé aquella curva, volví a pisarlo y vi el auto de Red Bull quedar más atrás y cada vez más.

-¡Vamos, carajo! –grité riendo y sin despegar la mirada del frente.

-¡Ultima vuelta Charles, ultima!

Mis ojos no se despegaban del frente, mi corazón latía con fuerza. La línea de meta estaba cada vez más cerca.

Vi el auto de Max de reojo cerca del mío, pero no podía pasarme, ahora no, había logrado lo más difícil. Esto era mío.

Si vuelvo a verte │Charles Leclerc│Where stories live. Discover now