CÁPITULO 41.1

1.2K 69 1
                                    


p.o.v: Charles.

-¿Te respondió? –cuestiono a Joyce, viéndolo un momento.

-No, quizás está durmiendo aun, no te desesperes.

Miré el reloj de mi muñeca, acelerando el coche en cuanto el semáforo cambia a verde nuevamente.

-A esta hora Maisy siempre se despierta a tomar leche, anoche tampoco me respondió a última hora, es extraño.

Habíamos llegado a Mónaco hace apenas un rato y ahora estaba de camino a la casa de Joyce para dejarlo allí e irme a casa con Ivy y mi hija. Cuanto las extrañaba. Nuestro viaje se había adelantado un día así que llegaría antes de lo que pensaba, además también quería acompañar a Ivy a su reunión que era hoy en la noche, sabía que le iría increíblemente bien.

-Te aviso que tal está todo cuando llegue –me despido de Joyce dejándolo en su casa y ayudándole a bajar sus cosas, finalmente yendo a la mía que tampoco quedaba extremadamente lejos.

Agarro el control remoto abriendo el portón desde allí. Me emocionaba volver a casa, estaba deseando abrazarlas a ambas, contarles qué tal fue todo y compartir un día entero con ellas.

-¿Aloh? –digo con una sonrisa, en cuanto abro la puerta, viendo como Ivy se levanta rápidamente del sofá en que estaba, cubriendo a Maisy con sus brazos.- ¿Qué sucede? –cuestiono extrañado, dejando las llaves a un costado, acercándome a Ivy.

Tenía un aspecto muy extraño, sus ojeras estaban marcadas, estaba en pijama aún.

-¿Amor, qué pasa? –digo acercándome a su cuerpo pero ella se aleja.

-Todo está bien Charles, simplemente no te esperaba.

Me quedo en silencio, sin saber exactamente qué decir, sus ojos no me miraban y su actitud se sentía algo mal. ¿No me había extrañado?

Agarro a Maisy entre mis brazos, dándole besos sobre sus mejillas y recostándola sobre mi pecho.

-Te extrañe mucho, mi amor –digo con una sonrisa, meciéndola suavemente, acariciando suave su rostro. No me cansaba de admirarla- A ti también te extrañé mucho –le digo a Ivy, acercándome a su rostro para darle un beso pero ella pone una mano en mi pecho alejándome. Me doy la vuelta caminando hasta la habitación, dejando a Maisy en su cuna.- Ya vengo.

Salgo de allí caminando otra vez hacia Ivy, parándome frente a ella.

-¿Por qué estás así conmigo? Explícame, ¿estás molesta por algo? Podemos hablarlo.

Ella cruzó los brazos sobre su pecho, alejándose unos pasos de mí. Esa indiferencia me estaba doliendo bastante, no la entendía, yo solo quería estar cerca y ella se alejaba.

-Esto no está funcionando Charles, no está funcionando nada –dijo sin mirarme, sentía su voz extraña como si estuviera a punto de llorar.

-¿De qué hablas Ivy? Estábamos bien, estábamos rehaciendo todo otra vez, podemos hablar si hay algo que te tiene incomoda... -pero ella no me dejó terminar de hablar, simplemente me observó con sus ojos llenos de lágrimas.

-¡No! –exclamó- No podemos, no quiero, ya no estaremos más juntos –se volteó otra vez de espaldas a mí, pero voltee su cuerpo tomando uno de sus brazos.

-No, ¿te dijeron algo? Dime si dijeron algo para alejarte.

-No me dijeron nada, pero aquí lo dejaremos –se zafó con fuerza de mi agarre, empezando a caminar.

Pero obviamente eso no acabaría ahí, camino rápidamente detrás de ella tomando una vez más su brazo y poniéndome frente a su cuerpo.

-Explícame ya mismo que mierda está pasando Ivy, no pienses que esto quedará así –me sentía alterado, nervioso y asustado, mi corazón iba rápido y solo deseaba que fuera una broma.

-¡Maldita sea, que ya no te amo, que en realidad jamás lo hice! –exclamó y varias de las lágrimas que había contenida se deslizaron justo en ese instante.

Solté su brazo, retrocediendo dos pasos hacia atrás, sin poder responder exactamente y simplemente negando con mi cabeza.

-No, claro que sí lo haces, ¿por qué estás llorando entonces mientras me lo dices?

-Por todo el maldito tiempo perdido en algo que jamás debió haber sido.

Mi cabeza negó varias veces y mis oídos también, no quería aceptar que eso había salido de sus labios y tampoco entendía quién era aquella Ivy que estaba frente a mí, no la conocía.

-Dime que es broma todo esto –murmuré, sintiendo como mi garganta ardía.- No puedes hacer esto Ivy, nosotros...

-¿Nosotros? No existe Charles, simplemente olvídalo.

-Esta no eres tú, dime la verdad –vuelvo a acercarme a su cuerpo.

-Te engañé –me dijo pasando fuertemente una de sus manos por sus mejillas, pero era inútil, seguían cayendo.

Me doy la vuelta, apoyando mis manos sobre una mesa de allí, sintiendo como empezaba a ver borroso. Escuché un sollozo detrás de mí y ahora mismo sentía que se me desgarraba el alma una vez más. Una parte de mi no creía que aquello fuera verdad o quizás siendo sincero no creía creerlo, porque la persona que hace pocos días me decía que era el amor de su vida, no era esta.

Una vez más estaba sintiendo un dolor incomparable, otra vez en mi vida estaba siendo lastimado de la peor forma.

-Ya me lo habían hecho antes –dije asintiendo, dejando que algunas lágrimas cayeran.- Pero daba mi vida por ti y ponía mis manos en el fuego jurando que jamás me traicionarías de alguna forma.

Me incorporo dándome la vuelta, ella negaba y ahora sí lloraba en silencio. Mi corazón enamorado quería seguir pensando que la razón era otra pero su silencio me lastimaba una y otra vez confirmando que quizás sus lágrimas solo eran culpa por lo que había hecho.

Pasé por su lado y por un momento sentí su impulso de agarrarme, pero no sucedió nada. Entré a la habitación donde estaba Maisy y mi nudo en la garganta se hizo aún más fuerte.

La observé con detenimiento y las imágenes de cuando la conocí se vinieron a mi cabeza, todo el amor que sentí por ella al instante y la forma en que se había convertido en mi vida. Nada de eso cambiaria pasara lo que pasara y siempre lo supe.

Estiré mi mano y acaricié suavemente su mejilla, inclinándome y dejando un beso en su frente, susurrando un te amo.

Volteo la mirada a Ivy cuando finalmente voy otra vez a la sala, estaba sentada en una de las sillas de la mesa, con la mirada perdida y ni siquiera me había mirado. Parecía pensar tanto y pareciera que ni siquiera estaba aquí.

-Mañana vendrá mi mamá por Maisy para que pase el día conmigo.

Agarré mis llaves y las cosas que había dejado allí. Ella solo se quedó en silencio pero cuando la volví a mirar solo asintió.

Caminé a la puerta y antes de abrirla me di la vuelta, no sé qué esperaba porque todo estaba bastante claro, pero lo esperaba.

No hubo nada.

Solo silencio, de esos que duelen tanto que sientes hasta que llegan al alma. Un silencio que rompe y que te dice que hay cosas que jamás volverán a ser iguales, un silencio que grita por favor clemencia y un corazón tan roto que probablemente absolutamente nada podrá arreglarlo.

Cerré la puerta detrás de mi bastante fuerte. Sentía tanta rabia y tanto enojo que cuando subí al auto lo único que pude hacer era gritar y golpear tan fuerte el volante como mi cuerpo lo permitía. Pero sobretodo me dolía y lo siguiente que pude hacer fue llorar contra aquel volante.

Arranqué el coche sin saber exactamente a donde ir, pero solo quería alejarme de allí. Mis manos agarraban con fuerza y pisaba el acelerador como si de eso dependiera mi vida. No sabía a donde iba o quizás sí, pero necesitaba llegar. Estaba confundido y otra vez más me encontraba en este revuelto de sentimientos que sinceramente, no quería haber vuelto a sentir. Esta vez eran más fuertes, más intensos porque siempre duele más si viene de alguien que amas y que solo esperabas a cambio el mismo amor. 

Si vuelvo a verte │Charles Leclerc│Donde viven las historias. Descúbrelo ahora