CÁPITULO 49: "No esperes por siempre"

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p.o.v Charles.

Habíamos pasado por mi casa de principio con Joyce, saludando a mi mamá y a mis hermanos que se encontraban allí almorzando, todos me felicitaron con un fuerte abrazo, los cuales correspondí y se sentían muy cálidos. Aproveché a dejar mis pertenencias y finalmente seguí camino con Joyce en el coche.

Le di un corto abrazo a Vittoria, estábamos llegando con Joyce a su casa, allí estaba la nonna también. Le di un corto abrazo junto a dos besos, separándome de ella y sentándome a su lado.

-¿Cómo te fue? –me cuestionó ella.

-Bien nonna, gracias –dije con una sonrisa de lado.

-Te lo mereces mucho, sé que ganaste allá –su mano tomó la mía y le dio un beso. Aquella familia se había convertido en la mía poco a poco.

-Está en el patio Charles –alcé la mirada a Vittoria y asentí. Me puse de pie soltando un suspiro, pasando el ventanal y mirando hacia aquel banco.

Empecé a caminar de forma lenta, Maisy estaba en sus brazos y al parecer acababa de darle de comer.

-Hola –dije con una sonrisa de lado, sentándome a un costado de ella en aquel banco.- Hola mi amor –murmuré hacia Maisy, estirando mi mano y acariciándola con suavidad.

Ella no dijo nada, nuevamente, solo tenía la mirada clavada en algún punto del pasto mientras acomodaba de vez en cuando a Maisy en sus brazos. Jamás había dejado de cuidar de su hija a pesar de todo.

-Estuve en Miami –comienzo a contarle. Me levanto y me siento en el pasto frente a ella, no me miraba pero yo sí.- Gané la carrera, estuvo muy bien –comenté con naturalidad.- ¿Me permites cargar a Maisy? La extrañé mucho.

Apenas hizo un movimiento con su cabeza y estiré mis brazos, tomando a Maisy.

-Hola mi vida –murmuro con una sonrisa. Dejo varios besitos sobre su mejilla, sentándola en una de mis piernas.

Suelto un suspiro quedándome en silencio, subiendo la mirada hacia Ivy, seguía sin mirarme y aunque lo hiciera, era como si no me viera.

-Isabela me dijo que te mandaba saludos y que pronto vendrá a visitarte –dije viendo hacia ella, pero claramente no tuve ninguna respuesta.

Y así habían sido mis tardes y mis días desde aquel día. Ivy tenía un shock postraumático, solía ir a terapia dos veces por semana. La doctora no veía avances al respecto y nos decía que en realidad no había un tiempo exacto para la cura de aquello. Recordaba sus crueles palabras "no esperes por siempre", o quizás para mí eran crueles, para ella solo era una realidad.

Pero yo me negaba y nunca dejaría de venir y conversar con ella, contarle mi día, preguntarle cómo estaba a pesar de que ella no me hablaba, no me miraba, pareciera que solo su cuerpo estaba allí.

Otro doctor nos había dicho que actuáramos con naturalidad, a pesar de que ella no reaccionara, siempre nos estaba escuchando. Nos dijo que le contáramos y conversáramos con ella como siempre y eso hacía yo.

Tenía dos semanas ahora hasta el siguiente premio, era en Italia, en Imola. Por supuesto yo venía cada día a verla, Gina también, Pierre igual, a veces nos sentábamos todos junto a ella y conversábamos.

Ivy nunca había dejado de mantener a Maisy en sus brazos cuando la colocábamos ahí, le daba pecho, a veces acomodaba su ropa pero tampoco la miraba mucho y creo que mi hija muchas veces extrañaba los brazos de su madre. Ivy estaba viviendo con su papá y su mamá, todos habían dejado sus casas para venir con ella y así hacerle compañía, el doctor también había recomendado que siempre estuviera acompañada y que aunque nosotros no lo notáramos, eso era bueno de forma interna para ella.

Si vuelvo a verte │Charles Leclerc│Where stories live. Discover now