Finalmente salimos a una de las tantas rutas de Mónaco, empezando a conducir por la misma y ni siquiera me daba cuenta cuando subía la velocidad cada vez más.
-¿Esta emoción sientes tú al conducir? –cuestiono soltando una carcajada, sin dejar de ver al frente. El atardecer estaba cayendo y las carreteras no estaban tan transitadas.
-No sé qué estas sintiendo ahora mismo, pero necesito mantenerme vivo Ivy, tenemos una hija, por dios –dijo agarrándose de cualquier lugar exageradamente.
Reí fuerte observando hacia el tablero frente a mí, marcaba 150km/h, jamás había conducido a tal velocidad, pero se sentía bien, me sentía con adrenalina y emoción.
-Ya, no quiero que el piloto más codiciado de Ferrari muera de un infarto –digo descendiendo la velocidad poco a poco, hasta estar a una normal y de paseo.
Charles rió y apoyó su mano sobre mi muslo golpeando allí.
-Conduces muy bien, mi amor –dijo haciéndome sonreír y no exactamente por haber halagado mi forma de conducir.- además te ves muy sexy conduciendo.
Voltee a verlo un momento, alzando una de mis cejas.
-¿Si, Leclerc?
-Sí, Laurent. Me dan muchísimas ganas de cosa para nada decentes.
Entreabro mis labios volteando hacia el nuevamente. Sintiendo un cosquilleo en mí estómago.
-Mira Charles Leclerc, diciéndome esas cosas sí harás que no lleguemos a casa, me desconcentras.
Ambos reímos y me desvié a un camino que llevaba hasta una playa, por lo general siempre estaba vacía. Estaciono el auto viendo hacia allí, efectivamente no había nadie. Aún hacia algo de frio y el atardecer estaba allí aun, pronto se haría de noche.
Bajo del coche junto a Charles y pareciera que por inercia ambos queríamos hacer lo mismo.
Subí mi pantalón hasta donde podía, quitándome los zapatos y dejándolos todos a un lado, finalmente bajando a la arena junto a Charles quien observaba hacia el atardecer.
Su mano tomó la mía entrelazando nuestros dedos y voltee la mirada a él. Sonreí observando cómo los últimos rayos de sol golpeaban contra su rostro y lo bien que se veía.
Volteo a verme y también sonrió.
-¿Algún día te dije que jamás había amado a alguien como te amo a ti? –preguntó, poniéndose de frente a mí, llevando su mano libre hasta mi mejilla, acariciando tan suave que aquella caricia llegó a mi alma.
Una ola en mis pies me hizo volver a la realidad, mi corazón latía con fuerza pero estaba segura que tenía una enorme sonrisa de tonta sobre mi rostro.
-Nunca me lo habías dicho –dije sonriendo acercándome a su rostro, acariciando su nariz con la mía.
-Ahora ya lo sabes, te prometo que nada va a distanciarnos y todo esto tendrá solución, estaremos juntos.
Y le creí, porque sus ojos me observaban de una forma en que nunca lo habían hecho y sus manos me acariciaban transmitiéndome cada palabra que acababa de decir.
-Te amo –susurré justo casi que encima de sus labios, pasando mis brazos alrededor de su cuello.
-Te amo –dijo de igual forma hasta que mis labios y los suyos se besaron de forma delicada y suave, moviéndolos de una forma que me erizaba la piel y me enamoraba cada vez más.
Me separé abrazando su cuerpo con el mío y apoyé mi rostro sobre su hombro, observando hacia el atardecer. Sentía su mejilla sobre mi cabello, sus manos trazar caricias en mi espalda y las olas que llegaban de vez en cuando hasta nuestros pies.
YOU ARE READING
Si vuelvo a verte │Charles Leclerc│
RomanceCharles e Ivy se conocen de una forma peculiar en una fría noche de Mónaco, envueltos en tristezas pasadas y heridas que nunca pudieron cerrar. Se reencuentran tiempo después y quizás son la prueba viva de que si el destino quiere algo, llegará. El...