CÁPITULO 37

2K 112 1
                                    



Tecleo en mi computadora observando algunos documentos a mi lado, soltando un suspiro y agarrando una lapicera finalmente anotando algunos cálculos en las planillas.

-¿Qué sucede, amor? –Le digo a Maisy quien se removía algo inquieta en su coche, soltando pequeños lloriqueos.- Ya comiste, ¿qué pasa?

Muevo el coche suavemente con mi pie, con todo lo de la carrera se me había atrasado algo de mi trabajo y debía de entregarlo hoy antes de la noche sí o sí.

La puerta del apartamento sonó y miré a ella algo extrañada, finalmente me levanto abriéndola y encontrándome a Charles, quien me sonríe al verme.

-Hola Charles –dije saludándolo con un beso en cada mejilla y finalmente lo dejo pasar.

-Hola Ivy, perdón si estabas ocupada –dijo él adentrándose, buscando algo con la mirada aunque sabía lo que era.- Amor mío –dijo acercándose hasta el coche con una gran sonrisa, dándole un suave beso en su frente.

-No sé qué le sucede, está inquieta –digo sentándome donde antes. Maisy en ese momento comenzó a llorar un poco más.

-¿Qué pasa? –Charles la saca del coche de forma lenta y cuidadosa, aun le costaba un poco acomodar sus brazos pero cada vez lo hacía mejor.

Apoya a Maisy en su pecho, apoyando su mano en su nuca y es que casi le cubría todo. El llanto de Maisy se calmó al instante en que su papá comenzó a caminar con ella de forma lenta de un lado a otro, dándole pequeños besos y hablándole en tono bajo.

-Bueno, creo que solo te extrañaba –dije con una sonrisa en mi rostro, apoyando mi mentón sobre la palma de mi mano observándolos en silencio.

-¿Tú crees? –cuestiona el volteándose a mí, con una gran sonrisa haciendo que sus hoyuelos se marcaran a la perfección.

-Tienes la prueba, Leclerc –mi mirada fue hasta la pantalla nuevamente, por otros minutos.

-Traje algo para ella –dijo luego de algunos minutos, caminando hasta una bolsa que había dejado sobre un sofá, sacando otra más pequeña y desde adentro de esa una pequeña caja de color negro.

Me pongo de pie, acercándome para ver qué era aquello, él toma asiento en el sofá a un costado del ventanal y yo también lo hago a su lado.

-Tenla un momento.

Agarré a Maisy con cuidado en mis brazos, dejando un pequeño beso en su frente. Charles abrió la caja y mis labios se entreabrieron, me traía recuerdos ver aquello pero sobretodo, me recordaba a los mejores días con él cuando un día me dijo que sus hijos tendrían una cadena con la inicial de su nombre

Y allí estaba, la pequeña cadena con una "M" colgando, era delicada, era simplemente hermosa.

-Es hermosa –dije acariciándola delicadamente con mis dedos- Esto hacía yo cada vez con tu collar –murmuré sintiendo su mirada contra mi perfil- Tantas veces me dormí con él en la mano porque me daba tranquilidad.

-¿De verdad? –preguntó el, volteo a él, quedándome en silencio mientras mis ojos estaban puestos en los suyos, sus pupilas se hacían grandes levemente y me preguntaba si las mías también.

-De verdad –asiento sonriendo apenas.

-Lo cuidaste como si fuera tuyo.

-De hecho sentía como si fuera algo mío.

-Tal vez todo tenía un por qué –dijo Charles, sin dejar de observarme.- Tal vez era lo que al final nos dijo que éramos nosotros.

Me quedo en silencio, pasando saliva, sentía su rostro demasiado cerca del mío, me ponía nerviosa y las mismas cosas que sentí la primera vez que nos besamos estaban allí.

Si vuelvo a verte │Charles Leclerc│Where stories live. Discover now