CÁPITULO 28

1.5K 98 10
                                    


Jueves.

Finalmente había llegado el día del Gran Gremio de Emilia Romagna. El viaje había sido corto y nos estábamos quedando en un hotel todos juntos, estaba bastante cerca del circuito, para mi suerte. Nunca había estado en esta parte de Italia y la verdad era muy agradable, aunque no cambiaba por nada del mundo la ciudad donde yo estaba actualmente, con sus playas, sus casas llenas de colores y las hermosas vistas que tenía, tampoco cambiaba mi pequeño apartamento por este hotel.

Esta vez mi acreditación era reducida, ya no era vip, solo era una para entrar al paddock a trabajar, que acreditaba que era una trabajadora de aquel lugar. Solo eso.

Mi tío sabía que estaba aquí y por supuesto no dudaría en acercarse a mí en algún momento para saludarme, teníamos cuatro días para vernos.

Suelto un suspiro terminando de ordenar algunas mesas, afuera de la cafetería. Mentía si dijera que no tenía nervios y algo de miedo, sabía lo que ocurría en un paddock y sabía también que los pilotos andaban por todas partes dando entrevistas, tomándose fotos.

Nuestro uniforme para estos días era un pantalón ajustado y negro, junto a una camisa blanca por dentro, el logo de la empresa, una coleta y un maquillaje sencillo.

-Mira nada más –escuché a alguien decir detrás de mí, me levanto de lo que estaba haciendo, que básicamente era terminar de ordenar las sillas de las mesas de afuera.- Estás aquí de sirvienta.

-Buenas tardes Wanda, ¿estás feliz? –cuestiono, deslizando un pequeño paño por encima de la mesa y terminando de poner el centro de mesa.

-Sí, la verdad es que es bastante satisfactorio no tenerte en la casa, siempre molestaste.

-Genial –digo intentando restarle importancia a aquello.

-Mi hija está feliz y anda por aquí, por supuesto. Están muy cercanos con Charles, siempre va a cenar a la casa, salen juntos por las noches...

Pasó saliva, quedándome en silencio y mirando un punto fijo, pero rápidamente continúo con mi trabajo, quería verme destruida y mal, llorando a sus pies. No lo lograría.

-Oh, de hecho allá están –mi mirada rápidamente va hacia donde ella dice, no podía evitar mirar aunque no quisiera y definitivamente hubiera sido mejor no haberlo hecho.

Charles con una camiseta negra, de jeans y de la mano con Magdalena. Aprieto con fuerza el paño que traía en mi mano, volteándome hacia Wanda, quien observaba con una sonrisa.

-Bueno cariño, te dejo trabajar, es al único lugar donde perteneces en un paddock, limpiando y sirviendo. 

Cuánto la detestaba justo ahora, por haberme hecho daño otra vez y cuánto me detestaba a mi misma por estar mirando hacia aquella escena. Veo como Charles le suelta la mano en determinado momento para adentrarse a una de las oficinas de Ferrari. No sabía que significaba aquella acción pero justo ahora me dolía mucho el corazón.

Quizás me tocaba perder otra vez.

Entro a la cafetería, pasando por un costado de Alessandra y caminando al baño, entrando al mismo y apoyándome en la puerta.

Me dolía porque Charles sabía todo el daño que había causado ella en mí, incluso en nosotros, sentía que esto no justificaba el hecho de que estuviera dolido.

Mis manos se apoyan sobre mi vientre, mordiendo mi labio inferior acariciándolo de forma lenta.

-Estaremos bien –susurro apenas- Ya no sé si tu papá merece saber de ti.

Si vuelvo a verte │Charles Leclerc│Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ