CÁPITULO 23

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Día tres.

-Bueno, entonces ya estamos –dice Pierre, caminando hacia el todoterreno con Gina, aunque parecía más un jeep. Estaban bien hermosos.

Estábamos en el medio de la isla, parecía selva alrededor y había un circuito por la misma donde debíamos de pasar con el todoterreno, incluido barro, subidas y bajadas que probablemente nos harían dar saltos.

-Siento que mi vida corre peligro –subo al asiento de copiloto, dejando que Charles me ayudara a abrocharme los cinturones.

-Claro que no, estarás perfectamente –soltó una risa y estiró su cuerpo dándome un pequeño beso en sus labios.

Él se acomoda en el asiento de piloto, abrochándose los cinturones también. Levantándole el dedo pulgar a Pierre para luego finalmente ponerse a su lado, veo a mi mejor amiga desde mi lugar, exagerando mis expresiones de susto.

-¿Cuál era el premio para el ganador? –cuestiona Charles.

-Debía de pagar las siguientes dos cenas a partir de hoy. –dice Pierre riendo.

-¡Esto no era lo que habíamos acordado, no era una carrera! –grita Gina desde su lugar pero ni tiempo de responder me dio, ya que ambos aceleraron.

No estaba asustada, pero me daba mucha adrenalina y emoción. Confiaba en Charles aunque no creía que manejar un todoterreno era parecido a manejar un auto de fórmula 1, pero la experiencia era lo que contaba, ¿o no?

-¡El árbol! –grito en cuanto veo un tronco gigante, pero claramente Charles se desvía a un lado, riendo y haciéndome mover el cuerpo hacia todos lados y ahora entendía la importancia de los cinturones de seguridad.

Me tomo de un hierro que estaba a un lado de mi cuerpo, observando a Charles un momento, estaba riendo y sonriendo mientras sus manos se movían sobre el volante, metía cambios o los quitaba. Pensaba en lo sexy que se veía pero justo damos un gran salto, metiéndonos por una parte llena de barro y sentía como salpicaba en mi cara, ya sentía que acabaríamos llenos de tierra y comiendo barro de cena.

-¡Carajo! –suelto una risa sintiendo como saltaba mi cuerpo del lugar, el todoterreno de mi amiga, iba casi que a un lado del nuestro y rogaba porque no pasaran al frente o en serio quedaríamos marrones en barro.

-¡Pero está mejor que las carreras! –dice Charles levantando uno de sus brazos.

-¡No quites las manos Leclerc, por dios! –exclamo haciéndolo reír a carcajadas otra vez a lo que a mi también se me contagió.

Suelto un suspiro cuando llegamos a la "meta" y el coche se detiene. Me inclino un poco para observar a mi amiga, alzándole las cejas y asintiendo. Comienzo a desabrocharme los cinturones al mismo tiempo que ella y claramente ambas lo habíamos planeado desde antes.

-Bájate Leclerc –digo abriendo mi puerta.

-Pero...-lo escucho decir sin entender mucho, estaba segura que Pierre a esta altura estaba en la misma situación aunque veía a Gina agarrándolo del brazo y bajándolo.

-Súbete en mi lugar y abróchate los cinturones, es mi turno de manejar.

-Ay no, sinceramente creo que no sea buena id...

-Ay por dios Leclerc, ¿acaso tienes miedo? –cuestiono empujándolo hacia mi lugar, empezando a abrocharle los cinturones de forma algo brusca.

-¡Auch! –se queja llevándose la mano al muslo- Me pellizcaste, bruta –lo veo hacer un puchero y claramente no me aguanto y le doy un beso en sus labios. Suelto una risa cerrando la puerta y subiéndome de piloto ahora, abrochando mis cinturones y volteando a ver a mi mejor amiga con una sonrisa divertida.

Si vuelvo a verte │Charles Leclerc│Donde viven las historias. Descúbrelo ahora