cнapτer seѵeη.

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—¿No se te hace que la noche está muy gélida como para no llevar abrigo, dulzura?

JiMin se sobresaltó estrepitosamente ante la voz ronca y suave que YoonGi hizo escuchar en su oído cuando había estado tan distraído observando el paisaje nocturno, semireclinado en la moto de YoonGi en espera de que éste apareciera.

YoonGi se había devuelto hacia dentro de la residencia diciéndole que se olvidó de algo y que iba por ello, por lo que él se quedó a esperarlo a las afueras de los portones y aprovechar para contemplar el cielo estrellado que tan precioso estaba esa noche en especial.

Fue más tarde entonces cuando YoonGi le apareció de repente por atrás y le habló tan cerca cuando estaba distraído observando el cielo.

—Se me olvidó en la sala y no quise regresar por él —respondió al darle la cara al mayor—, pero puedo sobrevivir. Busan es una ciudad fría.

Él acabó encogiéndose de hombros intentando fingir que el frío de la noche no lo estaba afectando cuando, para ser honestos, sentía que le calaba hasta los huesos que no sabía que tenía. Pero es que solamente no quería regresar por su abrigo y seguir perdiendo más el tiempo, no cuando estaba súper ansioso por iniciar esa (cita) salida con YoonGi.

Ya eran más de las ocho de la noche y temía que a la cafetería a la que iban se le diera por cerrar más temprano esa noche. En serio estaba rogando para que nada ni nadie arruinara ese momento a solas con YoonGi, es por eso por lo que también decidió dejar su celular en casa, ya que sabía que JungKook podría llamarlo para continuar insistiendo en que fuera a la fiesta.

Él ya no quería ir a esa fiesta, él ahora quería ir con YoonGi a esa cafetería y estar los dos únicamente, sin tanta gente alrededor arruinándolo. Él quería conocer más de YoonGi y que YoonGi conociera más de él.

—Por cierto, antes de irnos quiero darte algo. —comentó el mayor.

—¿Sí? —murmuró con las mejillas sonrosadas por el frío.

—Sí. Yo necesito mi casco de regreso, así que...

El mayor sacó sus manos de detrás de la espalda, pero no estaban vacías. En las manos tenía un casco para moto, uno que no era el suyo, pues el suyo colgaba del manubrio de la moto.

Con una gran sonrisa el mayor le tendió el casco y él, enmudecido y totalmente sorprendido, lo aceptó entre las manos para observarlo con un brillo en los ojos y el fantasma de una sonrisa en los labios.

—Por lo que te he logrado notar, no tienes un color favorito específico, así que pedí los colores más atractivos posibles —explicó YoonGi—. Y lo mejor es que tu nombre está plasmado ahí, con el ❝de Min❞ más abajo. Oye, si tenía la oportunidad de hacer algo así, ¿por qué no aprovecharla?

El rubio soltó una risa al vacío con los ojos brillantes y cristalinos por sus repentinas ganas de llorar, llorar de felicidad y regocijo por tan precioso regalo. Sus manos temblaban con el casco entre ellas y no conseguía apartar la mirada de él, pues todavía le costaba creer que YoonGi se tomó la molestia de darle a hacer un casco solamente para él.

¿No era eso hermoso? ¿A caso no era hermoso el sólo hecho de que YoonGi pensó en él?

Nunca nadie había hecho algo así por él. Nunca nadie se había tomado la molestia de darle un obsequio con tanta dedicación como el que YoonGi le hubo dado, tomándose esa molestia de ponerle hasta su nombre y personalizarlo de manera en que el resultado fuera simplemente espectacular.

Como YoonGi dijo, él no tiene un color favorito específico, pues para él todos los colores tienen su toque y le parecen lindos a su modo. Pero puede que de ahora en adelante le gusten los colores neones, como los que tenía el casco.

Mαη's Ƭσxıc ༝ 「ʏᴏᴏɴᴍɪn」Where stories live. Discover now