Mαη's Ƭσxıc ༝ 「ʏᴏᴏɴᴍɪn」

cнapтer тнırтy σηe.

En el centro de esa barra interior o bien bar de casa se encontraba una mesa cuadrada de madera en color negro, en la que alrededor de ella estaba Jorge, HakYung y YoonGi. Sobre la mesa había varias botellas vacías y llenas de un vodka elaborado en Polonia, que cuenta con el récord de ser la bebida con mayor graduación alcohólica en el mundo. Era vodka Spirytus.

Asimismo, sobre la mesa había diversas botanas para acompañar el vodka, desde pepinos salados encurtidos en barril, carne caliente para eliminar el regusto desagradable en la boca después de beber vodka, hasta adobos de verdura que sirve para preparar el cuerpo para una nueva toma de vodka.

Por supuesto, los cigarros y el cenicero no podían faltar en esa mesa. Esta pequeña familia era amante fiel a la marca de cigarros Marlboro, más aquellos que son saborizados porque hace que fumar sea más agradable. Por ende, optaron por el sabor sandía, frutos verdes y cítricos.

Había muchas cajetillas vacías y más de un cenicero lleno.

Y está de más comentar que tanto HakYung y Jorge como YoonGi ya estaban hasta el culo de borrachos. Este último porque estaba tomando algo más fuerte de lo que comúnmente toma, que suelen ser bebidas coloridas o tragos de ron nada más. Pero como se hubo mencionado en un principio, el vodka que estaban tomando era el que más alcohol tenía en el mundo.

Además, dicen que tomar con despecho hace que el alcohol se filtre más rápido en el sistema y él, que está siendo del amor un ave estancada, ya se encontraba con los nervios superiores del cerebro deprimidos. En otras palabras; veía, pero no enfocaba.

—...Y e-esa es mi triste y-y desafortunada... historia de amor fallido con... con un cachetón de mierda. —Terminó de relatar con la vista puesta sobre el cigarro entre sus dedos.

Se sorbió la nariz aparentemente distraído, ido de la realidad, como queriendo enfocar el humo que salía de su cigarro con sabor a sandía. De este modo, ya estaba a nada de caer desparramado de su silla, pues estaba sentado sin imponer fuerza para mantener su equilibrio. Esto era un claro signo de su embriaguez.

Jorge, por su parte, continuó en silencio desde que su hijo comenzó a relatar absolutamente todo sobre el chico que le gustaba. Así de tranquilo se encontraba acariciando el pie de su esposa, pues en cuanto tomaron asiento frente a esa mesa, él cogió el tobillo de su esposa y le subió la pierna a su regazo. Así la iba a sentir cerca aunque la estuviera viendo y la tuviera en frente.

Le desencajó el tacón y de paso se dispuso a masajearle los dedos teniendo en cuenta de que a ella se le era cansado pasar con zapatos altos durante todo el día.

En cuanto a HakYung, ella se acomodó la gabardina negra de su esposo que cubría todo su pecho y abdomen por eso de que su vestido era de escote, y el intenso aire acondicionado provocaba que sus pezones se erecten. Lo que sucede porque usar sostén le produce sarpullido, y no siempre se pone parches.

En fin, este par de esposos se volteó a mirar con complicidad, como una forma de entablar un debate mental con sus miradas y llegar así a un acuerdo sobre la trágica historia de amor fallido de su pequeño (más por el tamaño que por la edad) con aquel chico rubio y cachetón.

Y para llegar a una conclusión primero debían recopilar toda la información, que es la siguiente: mientras ellos se encontraban fuera de la ciudad su hijo conoció al sobrino del esposo de su tío que llegó a vivir a la misma casa para poder asistir a la universidad. Resulta que desde el primer día su hijo se le pegó como chicle y de ahí creció una amistad.

Todos los días comían juntos en el desayuno, se iban juntos a la universidad, en algunas ocasiones se veían en el recreo y en otras regresaban juntos a casa. Fue cuestión de casi todas las noches salir juntos. Es así como entonces, después de más de dos semanas (ya tres) es que su hijo logró comprender que lo que sentía por el rubio cachetón no era solamente una amistad.