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❰❰Ese tipo con el que te llenas la boca diciendo que es perfecto, no es conocido sólo por ser hijo de un narco ni porque vende drogas en los baños de la universidad. También es conocido porque le encanta follarse a cuanta persona se le ponga en frente para, al final, hacer como que no las conoce y mandarlas a la mierda❱❱

Una lágrima se deslizó por el ojo de JiMin..., bueno, no una solamente. Lo cierto es que, a medida en que se veía a través del espejo, más lágrimas se deslizaban por sus ojos de tonalidad castaña.

Eran lágrimas de desolación y de tristeza, incluso de ansiedad; por sentir en su pecho un vacío enorme que lo consumía como un agujero negro consumía al universo.

Tenía la sensación de que su cuerpo echaba a alguien de menos. Tenía la sensación de frío achinando su piel, pues no estaba siendo tocada por las dulces manos de su amor. De hecho, se sentía desprotegido totalmente; expuesto, como si fuese la primera vez que salía a la luz luego de vivir media vida escondido entre las penumbras.

Se analizó en el espejo. Se miró a sí mismo parado frente a este gran trozo de cristal siendo un chico tembloroso y sensible, derramando lágrimas mientras hace su intento por mantener la postura. De vez en cuando pasaba saliva dificultosamente y se podía notar.

Vestía una holgada y larga camiseta blanca con las iniciales FG estampada en el centro de ella. Le llegaba un poco más arriba de las rodillas y el cuello se resbalaba por uno de sus hombros, permitiéndose así ver la increíble cantidad de marcas en su piel; chupetones y mordiscos esparcidos por doquier.

Sus labios yacían hinchados y tan rojos como una manzana en su mejor punto; jugosa. Se les veía más carnosos. Sus ojos castaños también se encontraban ciertamente hinchaditos de tantas lágrimas que continuaba derramando. Sus mejillas se convirtieron en un par de rocetas de arrebol y su cabello dorado se mostraba libre de ataduras; desordenado, pero tan bonito todavía.

Sus piernas largas y atractivas seguían flaqueando como cuando se hallaba en la cama sintiendo a YoonGi entero. Sentía una enorme y molesta incomodidad en su espalda baja. Sus caderas dolían. Tenía que mantenerse sujetado de un mueble para poder equilibrarse y no caer en abrupto.

Bañarse fue una total pesadilla y levantarse de la cama fue vivir una película de terror. El cincuenta por ciento de sus lágrimas se debía a esto, porque el dolor en cada rincón de su cuerpo era simplemente insoportable. Más algunas partes en específico, como sus hombros; de cuando YoonGi le mantuvo las manos presas en la espalda.

Tenía el sentimiento de ser un bebé que apenas estaba dando sus primeros pasos, que caía y tambaleaba. No sabía siquiera cómo iba a regresar a casa y actuar normal o meter una mentira creíble sobre por qué su extraña forma de caminar.

❛Aunque debo admitir que lo valió; valió cada segundo de espera y cada segundo después de ella❜, pensó con sus labios hechos una sonrisa tímida y feliz, de pómulos marcados y sonrojados, ojos brillantes y expresivos.

Otra razón por la que se veía con tanto afán en el espejo, es porque le había entrado el deseo de apreciar los estragos que dejó el mejor momento de su vida, que fue aquel largo y precioso proceso de su desvirginación. El momento en que se entregó puro y casto a la persona con la que fantaseó entregarse desde que la conoció.

Y ahora que pensaba más claramente, sin distracciones de por medio, se le hacía difícil de creer lo hermoso que terminó siendo aquel momento. Resultó ser mucho mejor de lo que él alguna vez pudo haberse imaginado.

YoonGi lo cuidó tan bonito, se mostró tan paciente y dedicado a sobreexplicarle cada paso y cada detelle; cada movimiento y posición. Se mostró tan responsable y ciertamente temeroso a dañarlo inconscientemente. Le parecía increíble la manera en que dejó sus tentaciones y locura de lado para mantener a fuerza el autocontrol y continuar cuidando de él.

Mαη's Ƭσxıc ༝ 「ʏᴏᴏɴᴍɪn」Where stories live. Discover now