ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ sɪxᴛʏ ғᴏᴜʀ.

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JiMin se metió las manos a los bolsillos de su chamarra. Suspiró decaído luego de guardarse el celular en modo avión para no recibir ni llamadas ni mensajes.

Desde que regresó a la residencia de su tío, siente un ambiente frívolo e incómodo que no había en casa de los padres de YoonGi. O tal vez se acostumbró demasiado rápido a ese lugar y regresar a esa casa le resulta incómodo.

Más que todo, por la presencia del esposo de su tío. Dios, ese hombre sí que lograba darle un miedo inexplicable con su sola mirada, porque es como si quisiera hacerle saber que no lo quiere ahí y que no acepta su relación con YoonGi.

—Prometiste que no ibas a sobrepensar y ya estás llorando como un tonto —se dijo a sí mismo cuando se detuvo cerca de la alberca, con la voz temblorosa y los ojos aguados—. No es la gran cosa. Es el primo de YoonGi y él nunca..., ¿verdad?

Pero ¿entonces por qué ese tal TaeHyung trata a YoonGi tan acarameladamente? Porque TaeHyung ve a YoonGi de una forma que logra incomodar a JiMin.

Y él no sabe si sucede sólo porque se siente inseguro de que un chico lindo esté cerca de YoonGi, pero de verdad mantiene la sensación de que TaeHyung ve a YoonGi como más que a un simple primo.

Es que la manera en que lo ve y lo recorre con la mirada, o le sonríe con esa picardía o le habla con un tono súper meloso. JiMin no lo sabía, no era normal.

—No importa —asintió riendo, pero queriendo llorar—. YoonGi-Hyung te qui-quiere mucho y-y...

—¡Cuidado ahí, cariño!

Había mantenido los ojos cerrados para mentalizarse y guardarse las ganas de llorar por sus sobrepensamientos, pero en cuanto escuchó la voz de Zael cerca de él, los abrió enseguida.

Todo para llevarse el grandísimo susto de su vida.

Levantó la cabeza hacia el segundo piso de la mansión, en donde Zael se encontraba pegado a los barandales de vidrio templado. Y lo único que logró notar a tiempo fue que tenía la ropa manchada de rojo, esto fue antes de que sus ojos captaran un cuerpo humano cayendo por los aires desde ese segundo piso.

El cuerpo cayó abruptamente a sus pies con un perturbador sonido, la sangre le salpicó tanto la cara como el cuerpo y al segundo, que cometió el grave error de abrir los ojos y ver el cuerpo a sus pies, se puso a gritar horrorizado.

El cuerpo no portaba con la cabeza y estaba completamente desnudo, lo que sí o sí lo hizo ver cómo todos los intestinos yacían salidos tras la violenta caída. Todo manchado de sangre.

Él quedó tan perturbado que, en su intento por huir, retrocedió y acabó cayendo a la alberca entre gritos desgarradores. Tragó muchos litros de agua y casi pierde el conocimiento de nadar por el mismo horror.

Pero consiguió hacerlo y nadar al otro extremo de la alberca, de donde salió con el cuerpo tiritando por el agua tan helada de la alberca. Continuó gritando entre lágrimas, totalmente congelado del terror, sin poder moverse para irse o, al menos, para cerrar los ojos.

—Ay, cariño, te dije que tuvieras cuidado.

Pegó un semejante brinco tras aquella repentina voz que se hizo escuchar en su oído. Temblando cual gelatina se dio la vuelta, sufriendo de espasmos por su llanto atacado.

Miró a Zael con sus ojos asustados. Éste tenía una sonrisa supuestamente comprensiva en los labios, viéndose atractivo pese a la cantidad de sangre que tenía salpicada en la cara.

—Está bien, cariño, yo lo resuelvo —le prometió a JiMin—. Sólo sosténme esto y yo me encargo.

JiMin no dijo nada. ¿Cómo abrir la boca si había perdido el habla del pánico que estaba sufriendo?

Mαη's Ƭσxıc ༝ 「ʏᴏᴏɴᴍɪn」Where stories live. Discover now