ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ ɴɪɴᴇᴛʏ ᴛʜʀᴇᴇ.

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—JiMin..., ya tienes que entregar la rosa, corazón.

《¡Mira! Este libro era mi favorito durante mis años de universidad —YajaTzael rió mirando aquel libro de anatomía con un brillo en sus ojos avellanos—. Te lo regalo, te servirá mucho a ti también, enano》

《Tíooooo, no te metas con mi altura》 —se quejó JiMin, haciendo un pequeño mohín con sus labios, sentado con los pies cruzados al lado de su tío.

《¿Cuál? —YajaTzael lo molestó antes de echarse a reír por recibir un manotazo suave en el hombro—. Es broma, enano》

《Yo no tengo culpa de que tú seas un poste traga aviones, ¿eh?》 —Frunció el ceño mientras picotea las costillas de su tío.

《Oh, el enano se defiende —rió de nuevo YajaTzael, volteándolo a ver para jalar una de sus mejillas como juego—. Son bromas, sabes que te quiero de aquí a un lugar que no existe》

《¿Sí?》 —ladeó la cabeza, aceptando el libro de anatomía.

《Le das sentido a la vida, enano..., a mi vida —sonrió YajaTzael en lo que lo mira con un extraño brillo en los ojos. Parece amor y cariño—. Gracias por existir》

JiMin se cubrió la boca inclinándose sobre el ataúd en el que yacía su tío adentro. Llorando sin saber cómo parar puso, con su mano temblorosa, una rosa roja sobre ella.

Posteriormente, fue acogido por unos reconfortantes brazos delgados que le brindaron consuelo. Se aferró a un pecho cálido para dejar tranquilo el ataúd de su tío, pues ya era tiempo de meterlo a la tumba.

—Lo siento mucho, corazón, mucho —le dijo Jorge mientras lo abraza apretado, para brindarle todo el apoyo y el consuelo que necesitaba.

—¿Por qué? —fue lo único que él pudo soltar, llorando a voz quebrada sin temor a ser escuchado, con una protuberancia en la garganta que lo desgarra tanto como el dolor a su corazón—. Era mi tío, mi tío.

—Lo sé, amor —murmuró Jorge, acariciando su cabello con el ojo puesto en su hermano, que estaba al otro lado del ataúd—. Pero los ángeles van al cielo.

—No..., él tenía preferencia por Satanás —susurró. Está clavando sus uñas en la espalda de Jorge por simple impotencia.

Jorge asintió comprendiendo lo que estaba diciendo. Éste siguió brindándole todo el consuelo que le permitiese, dándole un lugar entre sus brazos y una almohada para llorar sobre su pecho. Jorge siguió acariciando su cabello con adoración, apoyándole el mentón a la coronilla para tenerlo más cerca.

Mientras tanto, Zael, que estaba al otro lado del ataúd, estaba siendo consolado por YoonGi. Zael estaba callado, había unas gafas de sol que cubrían sus ojos, pero se podía nota fácilmente cómo veía el ataúd con fijeza.

YoonGi lo estaba abrazando y él simplemente permanecía callado, rígido. Una que otra lágrima falsa descendía por sus mejillas y entonces convencía a todos en el entierro que realmente estaba sufriendo. Después de todo, el que estaba en esa caja era su adorado esposo.

Mαη's Ƭσxıc ༝ 「ʏᴏᴏɴᴍɪn」Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz