cнapтer тнırтy sıx.

491 74 441
                                    

Refunfuñó. YoonGi gruñó bajo una oleada de calor, como si tal se hallara dentro de una hoguera y no dentro de una habitación con aire acondicionado.

Se acomodó el celular en la oreja mientras acaricia con sus dedos la pulserita de perlas plásticas que yacía en su muñeca, esperando con total impaciencia a que su papá respondiera su llamada. Así mismo, le dio una rápida miradita a la puerta del baño con el fin de cerciorarse de que JiMin no le apareciera de sorpresa.

La petición que le tenía a su papá no era apta para ser escuchada por aquel rubio dentro del baño. Por ende, debía tener mucho cuidado en hablar bajo y realizar una llamada corta para, cuando este rubio saliera, él estuviera a su completa disposición.

—Jeon JungKook, voy a practicar contigo lo que aprendí en ❛Coraline y la puerta secreta❜ y voy a ponerte botones en los ojos por haberlos puesto sobre lo que es mío —habló entredientes, pero a voz baja, esperando por que su papá respondiese su llamada—. Voy a coserte también la boca, para que nunca más vuelvas atreverte a mencionar mi nombre.

—¿Qué pasó, mi amor? ¿Todo bien, gatito? —su papá dijo tras la línea telefónica.

—Papi, ¿me das el permiso de matar a alguien? —preguntó pelando sus pequeños y blanquecinos dientes—. Prometo que será una muerte sencillita; un navajazo en la yugular.

Cariño, en ti nunca ha surgido el deseo de asesinar a una persona —le respondió su papá al instante—. Mejor yo me encargo, mi amor. Dame dirección y nombre.

—No, papi, esto ya es algo personal. ¿Me comprendes? Esto ya es entre él y yo —comentó saliendo de la cama de un sólo salto—. Este tipo es el que te conté, el que era un intensito de mierda que se creía con el derecho de manejar al cachetón con patas.

—¿Y ese niño ha vuelto a hablar mal de ti? Si repentinamente quieres hacerle algo es porque él te ha hecho algo más también —su papá dedujo—. Amor, sólo dame su dirección, ¿quieres? Yo me encargo de él sin problema. Puedo matarlo a punta de torturas.

No es lo que quiero. Papi, ¿por qué no quieres entender? —cuestionó de ceño fruncido—. ¿Por qué no quieres que yo me haga cargo?

—Yo no te lo diré, te lo dirá tu jefe, ¿bien? Tu jefe no te da el maldito permiso de que adelantes y jodas tu entrenamiento por un mocoso estúpido —espetó Jorge sin pelos en la lengua, hablando con tono severo—. Yo sé que te falta aún bastante para ser jefe, pero ya debes de ir aprendiendo que no siempre es necesario deshacerte de alguien para vengarte.

¿Y cómo entonces, eh? —chistó—. ¿Qué me sugiere el jefe?

A mí no me hables en ese tono, YoonGi —Jorge le gruñó tras la línea—. A mí me respetas, cabroncito.

—No le hables así. ¿Qué te pasa? —Escuchó la voz de su madre apareciendo en la llamada.

—Silencio, señora. Él está hablando con el jefe, no con su papá. ¿Sí captas? —Fue lo que respondió Jorge.

En cuanto a YoonGi, él acabó sentándose en la orilla de la cama mientras echa un suspiro frustrado, pasándose los dedos por sus largas hebras negras en tanto escucha la pequeña discusión que había surgido entre sus padres.

Reposó el mentón en el dorso de su mano y su codo en su rodilla. Quedó encorvado y pensativo, muy pensativo.

No hace mucho que JiMin le comentó la tremenda imbecilidad que JungKook hizo y todas las mierdas que le dijo, sobre un beso sin consentimiento y una confesión de amor que llevó a la ruina una amistad que desde un inicio fue falsa. Él siempre lo supo, por supuesto que sí. Desde un principio ese comportamiento de JungKook le dio mala espina, una mala vibra.

Mαη's Ƭσxıc ༝ 「ʏᴏᴏɴᴍɪn」Where stories live. Discover now