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—Hyuuuung, ¿con quién mensajeas tanto?

Hablando literalmente, JiMin se dejó caer sobre el pequeño sofá en el que YoonGi se encontraba sentado bastante ido en el celular.
JiMin hizo un mohín por la poca atención que estaba recibiendo y, como estaba hasta el culo de borracho, arrugó su entrecejo; molesto.

Estaban en un club para niños riquillos en el que sólo se entra con una tarjeta negra. Pero para especificar, ellos estaban en la zona VIP, en la tercera planta del club, en donde nadie más podía estar porque YoonGi lo rentó por esa noche.

A YoonGi le gustaba la privacidad y hacer sentir cómodo a JiMin que, por su timidez, estar rodeado de tanta gente lo pone nervioso.
Además, YoonGi era inteligente, por supuesto; si renta una planta sólo para ellos dos, es una forma sutil de que nadie esté cerca de JiMin.

Pero al mismo tiempo, logra que JiMin se sienta bien estando en un lugar con música alegre, buenos tragos y buen ambiente, siempre con él y únicamente con él. Sin que haya un jodido hombre o mujer cerca que le eche el ojo o le regale bebidas como cortejo.

Este método de suma posesión, por cierto, se lo enseñó su papá. Asimismo, el implementar un poco de manipulación mental para conseguir que JiMin no note que está siendo posesivo.

—YoonGi-Ah, ¿quién es él?

¡En fin!, regresando al principio, en donde JiMin se estuvo sintiendo ciertamente molesto por el hecho de que YoonGi lleva un buen rato anclado al celular; JiMin se sorbió la nariz con el ceño bien arrugado.

YoonGi no le estaba prestando un mínimo de atención por estar tecleando sin parar con una persona que le responde al segundo.
Éste parecía que hasta los oídos se le cerraron, pues simplemente hacía caso omiso a sus llamados.

Él entonces se cruzó de brazos con una expresión claramente ceñuda. Puso la vista al frente y se acomodó en el sofá de forma en que dejó un espacio entre ambos.

Había pretendido aplicar la ley del hielo y mantenerse de brazos cruzados durante toda la maldita noche. Sin embargo, ha de admitir que la curiosidad llegó a ganarle cuando la risa de YoonGi se dio a escuchar.

No una risa cualquiera, se debe comentar. No era esa típica risa ronca que suele mostrar, para nada. Era una más dulzona y suelta, considerablemente tierna; bella.

—¡YoonGi-Ah, ¿con quién tanto mensajeas?! —Explotó finalmente tras no soportar el hecho de que su Hyung esté riendo sin él.

—Cachetoncito con patas, es mi papi —YoonGi le comentó despegando la mirada del celular para ponerla en él—. Tengo que estar al pendiente de él, ¿recuerdas?

—¡Ajá! Y si es tu ❝papi❞, ¿por qué te ríes tanto? —interrogó con el ceño marcado—. ¡Estás mintiéndome!

—Dulzura borracha, ¿ya te llegó tanto cóctel? —inquirió YoonGi en voz baja mientras le toca la mejilla para cerciorarse de que esté bien.

Mαη's Ƭσxıc ༝ 「ʏᴏᴏɴᴍɪn」Where stories live. Discover now