ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ ᴇɪɢʜᴛʏ ᴇɪɢʜᴛ.

233 56 564
                                    

—... Te quiero aquí en una hora, hoy tienes entrenamiento.

—Pero, papá...

Una hora. No me importa qué estás haciendo o en dónde, aquí en una hora.

YoonGi suspiró en el momento en el que el tono severo de su papá lo hizo quedarse con la boca cerrada.

Con una mano dentro de su chaqueta caminó en círculos frente a esa puerta de ese departamento; el de JiMin, por supuesto. Lleva más de media hora esperándolo y no se iba a ir de ahí hasta que pudiera verlo.

Y si eso significaba tener problemas con su papá, se arriesgaría a ello. Pero de que habla con JiMin, habla.

—Está bien —dijo al final, con un tic nervioso en el pie que no dejaba al piso en paz—. Estaré ahí dentro de una hora.

—Listo... Te amo, mi reysu papá le dijo con la voz, ahora, cansada; por eso de que estaba enfermo.

Yo también te amo, papá —sonrió, aliviando su mal genio.

¿Sabes que tú y tu tío es todo por lo que amo vivir? —le dijo su papá a través del celular—. Más allá de tu mamá, me temo.

Lo sé, papi —asintió totalmente inquieto, hasta sudoroso—. A-adiós.

Al cortar la llamada de manera un tanto desesperada, el ascensor de ese piso se escuchó. Él lo miró abrir sus puertas y sacar a JiMin de adentro. Sin embargo, cuando esté notó que él estaba ahí, de inmediato buscó irse regresándose al ascensor, pues había dado unos pasos lejos.

Él entonces corrió enseguida hasta JiMin y no le dio dicha oportunidad de huir como últimamente quiere hacer. Lo agarró del cabello y lo jaló hacia él, quizá un poco grosero, hasta que lo metió entre sus brazos.

Escuchó los quejidos de JiMin por su salvajeza, mas no le dio importancia y, más bien, se dispuso a besarle la mejilla mientras lo apreta contra él, apapachándolo.

Llevó una de sus manos a uno de los muslos gruesos de JiMin, para acariciarlo con amor y deseo, tanto que provocó en JiMin temblores que no pudo disimular. Lo hizo sonreír de lado y plantarle un beso fogoso en la comisura de los labios.

—Te extrañé, mi cachetitos con patas —susurró con su nariz enterrada entre la mejilla de JiMin—. Mgh~, me encantas.

—Suéltame —JiMin exigió serio, forcejeando con él con una sola mano—, ¡suéltame!

—¿Qué te pasó en la mano, dulzura? —quiso saber tras poner los ojos en la mano de JiMin y notar el vendaje que la cubría.

—Nada que te importe —le gruñó JiMin en lo que le ensarta el codo en las costillas para liberarse—. Bastardo, infeliz.

El codazo que le metió a YoonGi fue algo que éste no se esperó, por lo tanto, pudo obtener su libertad y correr hasta su departamento con el fin de encerrarse.

—Ven aquí.

Aunque YoonGi logró alcanzarlo y cogerlo nuevamente del cabello, pero la puerta sí pudo ser abierta y entonces YoonGi lo metió, básicamente, a la fuerza.

Él realizó incontables gestos de incomodidad y soltó varios gemidos de dolor. Fue aventado al sofá, él se protegió la mano abrazándola contra su pecho en lo que ve a YoonGi posicionarse de pie frente a él.

—¿Qué te pasó en la mano? — YoonGi volvió a preguntar, observándolo serio—. ¡Habla!

—¡Intentaron asaltarme, ¿bien?! —respondió a voz elevada—. ¿Eso querías saber? Pues ahora vete con esa satisfacción.

Mαη's Ƭσxıc ༝ 「ʏᴏᴏɴᴍɪn」Where stories live. Discover now