ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ sᴇᴠᴇɴᴛʏ.

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HakYung bajó el libro, que ha estado leyendo, hasta la almohada que estaba sobre su regazo, totalmente fastidiada.

Con el entrecejo fruncido volteó a ver hacia la cómoda que está al lado de donde Jorge duerme porque, precisamente, el celular de Jorge no ha dejado de sonar desde hace ya unos minutos.

A ella le parece extraño porque no era el celular que Jorge usa para cuestiones laborales, más bien era el personal. Así que no comprendía quién debía de estarle enviando tantos mensajes.

A menos que fuera el bastardo de Zael.

—Lo pondré en vibrador —dijo decidida moviéndose al lado contrario, que es donde duerme Jorge.

Cogió el celular sobre la cómoda sólo para ponerlo en vibrador y que así el ruido de los mensajes no le moleste más. Lo encendió y bajó la barra de estado.

Pero fue aquí cuando no pudo evitar ver los mensajes, ya que el nombre no lo ocupaba Zael.

Bien, no era una persona que se la pasa revisándole el celular a su pareja. Ella nunca lo ha hecho, ni siquiera teniendo las contraseñas de Jorge en cada red social.

Sin embargo, debe decir que siente curiosidad por los tantos mensajes y entonces se vio a sí misma desbloqueando el celular y entrando a los mensajes para leerlos.

—"Ten buena noche" "Espero de corazón que puedas conciliar el sueño y descansar" "Gracias por el helado. Mi hija quedó encantada contigo y ahora me pregunta cuándo volveremos a salir juntos" —leyó con el ceño fruncido, consternada—. "Hablamos mañana. Te dejo descansar" "Buenas noches, bello hombre"

Muchos emoticones y frases motivadoras, muchos corazones y mucha confianza. ¿Qué era toda esa mierda?

No lo sabía, pero lo iba a averiguar.

Se levantó furiosa de la cama con el celular en la mano para dirigirse directamente hasta el baño, que es ahí donde Jorge estaba terminando de sepillarse los dientes.

—¡¿Qué puta es esta mierda, Jorge?! —le reclamó alterada al estamparle el celular en el pecho desnudo—. ¡¿Quién es esa mujer y por qué te habla con tanta confianza?!

Jorge se mostró confundido acerca de su comportamiento histérico y sus gritos, hasta que observó los mensajes de la doctora SuGein y lo comprendió todo.

Puso la mirada sobre HakYung apagando el celular y metiéndoselo a la bolsa de su pantalón de pijama color blanco hueso.

—Es la doctora SuGein —respondió—. Somos amigos.

—¡¿Amigos?! ¡¿Me estás diciendo que esa mierda detrás del celular es tu amiga?! ¡¿Qué putas te pasa, Jorge?! —ella le gritó furiosa—. ¡Más que tu amiga, parece tu amante! ¡Eso es lo que es, ¿no?! ¡Tu amante!

—Qué dices. Jamás me atrevería a serte infiel —él aseguró caminando hacia fuera del baño con HakYung detrás suyo—. Ya dije que somos amigos. No veo el problema.

—¡Yo te diré cuál es el problema!

HakYung se le apareció adelante de él poniéndole las manos en el pecho para frenar su caminata. Él se detuvo bajando la vista para observarla.

—El problema es que si fuera al revés, tú ya estarías retorciéndote del coraje y me exigirías que deje esa amistad. ¡Ese es el problema! —HakYung espetó—. ¡Así que te exijo que me respetes y dejes de hablar con una mujer lanzada que se quiere meter entre tus piernas!

—Ella no es así —dijo tranquilo para evitar más discusiones—. No la ofendas, porque no la conoces.

—Oh, y tú sí me supongo —habló HakYung con ironía, soltándolo—. ¿Ya la has visto desnuda para conocerla o cómo?

Mαη's Ƭσxıc ༝ 「ʏᴏᴏɴᴍɪn」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora