「ɪɴᴛʀᴏ」༝

2K 161 452
                                    

Oops! Questa immagine non segue le nostre linee guida sui contenuti. Per continuare la pubblicazione, provare a rimuoverlo o caricare un altro.




YoonGi bajó el libro que había estado leyendo desde hace un rato bien desparramado en una cama que no era suya. Dejó abierto el libro y reposándose sobre su pecho para prestarle toda su atención a JiMin, sobrino del esposo de su tío y su futuro novio de por vida (sólo que JiMin se hace el difícil y no lo quiere aceptar).

Habría amado seguir con la lectura mientras disfruta de estar cerca de JiMin cual garrapata, pero le llamó bastante la atención sentir en el aire esa loción que JiMin usa en ocasiones especiales, como cuando sale con sus mejores amigos o sus padres lo visitan cada fin de mes..., pero no es fin de mes.

—¿A dónde vas tan arregladito, bonito y perfumadito, eh? —reclamó al cruzarse de brazos sobre el libro en su pecho.

—Voy a salir con los chicos —JiMin le respondió totalmente distraído en dar vueltas de un lado al otro por toda la habitación—. ¿Y tú? ¿No tienes otro plan que no sea agriarme la vida?

—¿Y por qué vas a salir? ¿Con qué permiso y por qué a esta hora? —él volvió a reclamarle.

—En primera: no tengo por qué pedirte permiso de nada —le aclaró JiMin poniéndose frente a la cama con los brazos cruzados y su típica ceja alzada—. En segunda: son las seis de la tarde.

—Pues mi reloj me está dando otros datos —aseguró tras bajar la vista hacia su reloj de muñeca.

—Pues tu reloj está tan loco y desequilibrado como tú —comentó el rubio antes de perderse el baño.

Por su parte, aún tendido en la cama, YoonGi torció los labios enteramente inquieto. Dobló la pierna sobre las colchas, lo suficiente para tamborear su pie y enmudecido miró a JiMin salir del baño con un pequeño bolso de cosméticos.

Ese maldito bolsito al que acude cuando de verdad quiere verse más bonito que de costumbre, lo que significaba una sola cosa...: alguien lo invitó a salir.

—Así que... —murmuró mientras se escudriña las uñas—, ¿no me vas a invitar a esa supuesta salidita?

—No, y no lo haría por dos cosas —dijo el rubio, tomando asiento frente al espejo de patas de león—: porque pareces perro marcando territorio cuando una insignificante mosca se me acerca y porque JungKook sigue odiándote.

—Y a mí qué me importa ese espermatozoide con patas. A mí sólo me importas tú —él se sinceró.

Observó a JiMin quedarse en silencio e ignorándolo por estarse poniendo los zapatos converse de plataformas con tanto esmero, ya casi listo para salir de fiesta con sus amigos mientras él se queda ahí preocupado y ansioso por lo que pueda pasarle.

¿Ese que ese rubio de ojos bonitos y labios seductores no terminaba de darse cuenta de que él debía cuidarlo porque sino cualquier imbécil podría robárselo?

Mαη's Ƭσxıc ༝ 「ʏᴏᴏɴᴍɪn」Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora