Drev: El Cazador de Fuego.

Capítulo 30:"Las 12 sombras"

"Hijo mio, estoy orgulloso de ti y de tus hazañas. Se que siempre irás un paso más lejos, no importa cual sea el peligro. Se que caminarás al frente de tu pueblo y serás el estandarte de sus voces. Y se que serás un gran rey el día de tu nombramiento como dueño y señor de todas estas tierras" 

Drev abrió los ojos después de un extraño sueño. Era la primera vez que dormía en días y sentía el cuerpo pesado y dolorido. La luz de las antorchas se colaba por la ventana, y un rayo de luz advirtió de la presencia de la pequeña bruja, que yacía sentada junto a la puerta:

-Realmente tienes unos sueños fascinantes -.

Drev se frotó la cara para despejarse:

-¿Cuánto tiempo he dormido? -.

Lianne calculó con los dedos:

-Creo que con este es el cuarto día -.

Drev no podía creérselo. Había dormido durante cuatro días en mitad de una guerra. Se frotó la cara de nuevo y se sentó al borde de la cama:

-¿Me he perdido algo estos últimos días? -.

-Nada interesante. Esos aburridos del consejo de guerra me llaman siempre que tengo un rato libre y gritan durante horas para no llegar a ningún acuerdo -.

-Ya veo... ¿Estás molesta porque te propuse como miembro? -.

Lianne negó con la cabeza:

-No podré ser una buena esposa si no soy de ayuda alguna -.

Drev se levantó de la cama y se vistió. Se ajustó las botas y buscó en su despensa. Vivía en una habitación de piedra en el gran pilar. No era muy grande, pero tenía todo lo que alguien podía necesitar. Agua, comida, una cama para descansar, y una bruja. Drev abrió la despensa y buscó a tientas hasta sacar un bote con especias:

-¿Estofado de hierbas? -.

Lianne sonrió:

-Para que recuperes las fuerzas -.

Drev se resignó:

-No soy un caballo -.

Sacó un recipiente de metal y añadió agua fresca de un barril. Seguidamente introdujo hierbas, patatas, carne, y las especias. Cogió unos leños y los colocó en una chimenea de piedra. Con un chasquear de dedos, las llamas prendieron en la chimenea y colocó el estofado encima para que hirviera:

-Por cierto, ¿qué se sabe de Sirwell? -.

Lianne se encogió de hombros:

-Turra insistió en preguntarle personalmente. Pero por lo que se sabe aún no ha dicho nada -.

-No quiero que sufra daños. Podría ser una carta importante en el futuro -.

El estofado no tardó en estar listo. Drev devoró el plato con ganas. Tenía más hambre de la que se esperaba y en un abrir y cerrar de ojos su plato lucía vacío. Se puso en pie y salió por la puerta. 

En lo más alto del gran pilar se encontraba Kaedra. Su gran habitación llena de libros y unas vistas a todo Kramos hacían que se apreciara un paisaje hermoso. Drev tocó en la puerta:

-¿Interrumpo algo? -.

Kaedra, que estaba sentada en una gran mesa cuadrada de madera levantó la vista de unos papeles que tenía delante:

-¿Qué tal estás, bella durmiente? -.

-Cansado pero vivo, ¿de qué querías hablar? -.

Kaedra invitó a Drev a sentarse a su lado: