Drev: El Cazador de Fuego.

Capítulo 54:"Magia de sacrificio"

Los oídos aún le zumbaban cuando recobró el sentido. La boca le sabía a sangre, y sus ojos no enfocaban bien el cielo azul que brillaba en lo más alto. Notaba su cuerpo ligero, y la cabeza pesada y de cristal. Al mirar hacia abajo pudo ver que le faltaban las dos piernas y un brazo, y que estaba atada a  una especie de camilla improvisada con ramas y hojas. Intentó forcejear con las cuerdas, pero se quedó en el intento:

-Tu regeneración es asombrosa. Los adeptos de la naturaleza son increíbles al fin y al cabo -. 

Kaedra comía una manzana al lado mientras caminaban por un sendero de tierra junto a un río. Josef, que cargaba el extremo delantero de la camilla improvisada giró la cabeza al ver que ya estaba consciente:

-No esperaba que despertase en solo tres días, ¿qué hacemos con ella? -.

Bon, que tiraba de la camilla por detrás la miró con indiferencia:

-Podemos torturarla para extraer información de las tropas enemigas. Con su poder, debe de ser un general como poco -. 

Elizabeth iba a hablar, pero un tentáculo de agua le tapó la boca en un instante. Kaedra tiró la manzana a un lado y se limpió la boca con la manga:

-Escoge bien tus palabras. Si veo que una rama, una raíz, o una simple mota de polen se mueve hacia  nosotros de forma extraña date por muerta. ¿Me he explicado? -. 

Elizabeth asintió despacio, sin quitar la vista de Kaedra. Esta retiró el tentáculo de agua de su boca para dejarle hablar:

-Sólo te haré una pregunta. ¿Conoces a Drev Awlic? -. 

Kaedra se detuvo y levantó la mano para que Josef y Bon se detuviesen también. La mirada de Kaedra se clavó en la de Elizabeth:

-Ahora si que tienes que preocuparte por tus palabras. ¿Qué sabes de él?¿Cómo sabes que tiene relación conmigo? -. 

Elizabeth sonrió:

-Porque tienes su aroma pegado a ti con fuerza, en tus manos... En tus labios... -.

Kaedra se llevó la mano a sus labios y los tocó con suavidad, recordando el último beso de despedida que Drev le dio en Kramos hacia unas semanas, antes del ataque masivo de Lival:

-Veo que no me equivocaba. Os contaré todo lo que se acerca de Lival, no debo temer por que seáis enemigos -.

Un tentáculo de agua tomó a Elizabeth por el cuello, apretando con fuerza:

-Volveré a repetir la pregunta por última vez, ¿qué sabes de él? -. 

Elizabeth dijo con voz ahogada:

-Conocí a Martins personalmente... También conocí a Drev cuando era un niño... Hace unas semanas estuvo en Kelga y tuve un encuentro con él... Lo ayudé a recuperar su fuego -. 

Kaedra la soltó de inmediato:

-Fuiste tú quien... ¿Cómo? -.

Elizabeth se guardó los detalles y alteró el método para no herir los sentimientos de Kaedra. Le contó la visita de Lianne y Drev al bosque de Kelga, le habló de los planes de Lival, de lo poco que sabía, de su accidente y de cómo había acabado flotando en mitad del río. Todo lo dijo con voz sincera, y Kaedra se percató de esto, puesto que ordenó que la liberasen:

-Bon puede cargar contigo -. 

Elizabeth rechazó la oferta:

-No será necesario, tan solo tenderme junto a un árbol -.

 Bon miró con dudas a Kaedra:

-Podría estar mintiendo, ¿vamos a dejar que reponga fuerzas? -.