Capítulo 41:"Algo está cambiando"

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-Lo sabía... -.

Drev caminaba con la piel de un jabalí a modo de capa encima para taparse el torso.Cargaba a Lianne en la espalda y de su cintura colgaba su falda de hojas tan característica durante esos días. Más que una persona, parecía un eslabón perdido en la evolución entre el mono y el  hombre que vagaba por los senderos de los bosques semidesnudo:

-¿Qué? -.

Lianne por su parte se había remendado el vestido con hebras de palmera. Ambos daban cuanto menos... Pena. Sin embargo, solo se trataba de mera ropa:

-Él, Lival, sabía que estaba vivo -.

Una barba incipiente arraigaba en la cara de Drev. Su melena morena y rebelde caía sobre sus hombros. Andar descalzos no era lo más cómodo del mundo, pero como digo, se trataba de mera ropa:

-¿Otro traidor entre nosotros? -. 

Caminaban por un sendero que discurría cerca de un camino principal atravesando un bosque. El sol estaba en lo más alto y el calor reconfortaba sus cuerpos:

-No lo creo. Han caído en la trampa de Kramos, Lival no es tan estúpido como para hacer morir a la mitad de su ejército. La cuestión es que ahora será más cauto -. 

-¿Cómo un león agazapado? -.

Drev se mesó la barba sopesando las palabras:

-Más bien como un león al acecho esperando abalanzarse sobre el cuello del triste ciervo que tiene como presa -.

-Pobre ciervo... -.

-Ahora piensa que ese ciervo soy yo. Tenemos que tener cuidado a partir de ahora -. 

Un ruido metálico llegó desde el sendero. Unos hombres con armadura de hierro llegaban a la carrera con picas en mano en dirección a Drev:

-¡Alto por la voluntad del emperador! -. 

Una patrulla de tres hombres armados que vigilaba el camino había visto la extraña silueta de un hombre vestido con piel de jabalí y falda de hojas que caminaba descalzo por los bosques... Una imagen pintoresca donde las haya. Sea como fuere, Drev se maldijo a si mismo, pero al ver a aquellos hombres se le vino una idea a la cabeza. Una sonrisa macabra asomaba en la cara de Drev:

-Lianne, quédate aquí un momento -. 

Soltó a Lianne en unos arbustos cercanos y se dirigió a los soldados:

-Buen día, soldados... Creo que lleváis algo muy interesante encima -.

El primer soldado se lanzó hacia delante con la pica en dirección al pecho de Drev. Este la detuvo con una mano sin mayor esfuerzo y la partió por la mitad. Cogió impulso e impactó su puño contra el estómago del soldado, partiendo la coraza de hierro que lo protegía. El soldado cayó fulminado mientras los otros dos miraban atónitos. Drev se frotó los nudillos:

-Hay para todos, no os apresuréis -.


El atardecer caía sobre el reino de nombre desconocido mientras Lianne intentaba dar algunos pasos por su cuenta. La pequeña bruja aún seguía débil a causa del ritual, pero ya podía mantenerse en pié sin desplomarse al instante. A pesar de ello, no podía correr, y se cansaba al poco de andar. Por otra parte, Drev lucía una bonita camisa de seda morada con pantalones de tela a juego, rematado en unas botas de cuero con una inscripción donde podía leerse: 

"Bob"

-Te has pasado... -.

Drev tocaba con mano experta el tejido del que estaba hecha su camisa de seda:

Drev: El Cazador de Fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora