Capítulo 7: "Luna de Fuego"

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Y la sangre corrió. Ríos de sangre desembocarían al mar en pocas horas... Ilusa de mi al creer que esto saldría bien. 

Tanto Coral como yo nos habíamos interrogado profundamente la una a la otra. Lo único que no quedaba del todo claro era lo que había venido a buscar. Cada segundo que tenía me escapaba, pero no volvía a aquel sitio. Ya no subía más a aquel balcón. Ahora iba a la playa, iba a esa caverna natural y pasaba horas enteras hablando con Coral. Me contó que su especie se encontraba casi extinta porque se estaban sucediendo fatales tragedias debido a la desaparición de algo valioso, algo que equilibra el agua.

-Es algo así como un prisma de color azul -.

Me explicaba Coral gestualizando con las manos:

-Más o menos del tamaño de una mano... -.

Resulta increíble pensar que algo tan pequeño represente tanto para una raza entera. Coral advirtió algo:

-No puedes seguir faltando a las clases solo para verme -.

-Jamás sabrán que vengo a este sitio -.

-Es cuestión de tiempo que mande a alguien a buscarte -.

-¿Y qué van a hacer esos criados despistados? -.

-No me refiero a... -.

Se hizo el silencio cuando unos pasos sonaron cerca de la entrada de la cueva. El eco rebotó con una voz familiar:

-No está bien que te escabullas de esta manera, Kaedra -.

¡La voz de Áin! Ese hombre me resulta agradable, pero hay algo en el que no me gusta:

-¡Escóndete Coral! -.

Coral apenas tuvo tiempo de ocultarse detrás de una roca cuando Áin apareció en la entrada de la cueva:

-¿No te han dicho que no está bien jugar por aquí? -.

Aún con el corazón en un puño asentí:

-S... Si señor -.

Pude ver en su cara que se dió cuenta de algo. Este Áin es más astuto que un zorro.

De nuevo la misma charla de siempre por parte de padre. No estropees la cena que tendrá lugar pronto. Deshonra, vergüenza... Bla, bla, bla... . 

Con el paso de los días se fueron dejando ver varias familias prestigiosas del continente, que llegaban en sus expléndidos carruajes para felicitar a padre por su gran negocio. Pero esto ahora sonaba extraño, ¿Qué negocio?. Como sea, logré colarme en una de esas aburridas charlas de padre con los demás familiares. Pegué el oído a la puerta y traté de hacer el menor ruido posible, sonaba la voz de padre:

-... En la playa ...  Estaba en la orilla-.

Otra voz distinta respondió:

-¿Oh?, ¿Puedo verlo? -.

-Como guste -.

Ruidos de pasos por la sala. Algo que se rebusca y un golpe sordo y pesado contra el suelo:

-¡Magnífico! -.

-No lo toque señor, es peligroso -.

La voz de padre sonaba llena de lujuria:

-El color azul marino desde luego le da un toque de lo más... -.

Una mano me agarró por la camisa y me levantó, Áin me había descubierto. Allí estaba esa pose despeinada y esos ojos rasgados pero penetrantes, casi como un gato. Se llevó el dedo índice a la boca:

Drev: El Cazador de Fuego.Where stories live. Discover now