Drev: El Cazador de Fuego.

Capítulo 11:"El Caballero de la Llama"

Dicen que solo el fuego controlado puede apagar un incendio devastador. Pero... En este caso el incendio devastador es quien tiene dominio sobre el fuego controlado. Combatir el fuego con fuego... ¿Eso es lo que dice el dicho, no?

El maestro Flam estaba enfrente de Lival. Lival parecía tranquilo, su pelo largo no dejaba ver que tramaban sus ojos. Con tranquilidad, se lo retiró lentamente:

-¿Quieres destruir tu preciada isla, viejo? -.

-Has herido el orgullo de mi familia, mocoso, te voy a dar una lección de humildad -.

Sin previo aviso, el maestro Flam agarró por el cuello a Lival y salió despedido en un salto brutal que los hizo desaparecer entre las nubes oscuras. Ese día, la tormenta fué testigo de lo que el fuego es capaz de llevarse. Suena el primer trueno.

En la isla se respiraba una calma incómoda, como el preludio antes de la tormenta. Drev aguardaba con su madre en una pequeña posada cerca de la ciudad. Áin ya estaba allí, y Kaedra no tardaría en llegar. El combate entre el maestro Flam y Lival ya había comenzado, pero no se sentía nada:

-Flam se ha llevado a Lival lejos de la isla -.

Áin estaba recostado en el marco de la puerta. Se avecinaba tormenta:

-Tengo el informe de mi padre -.

Áin extendió la mano y Drev se lo dió. Leyó en voz baja durante largo y tendido:

-Interesante... -.

-¿Interesante?¿Eso es todo lo que tienes que decir? -.

Áin tiró los papeles a la hoguera que ardía en la habitación. Su manga hueca colgaba sin vida de su muñón sin brazo:

-No puedo permitir que nadie mas lo lea -.

Seguidamente, miró a Drev con gesto adusto:

-Chico, no quiero asustarte, pero es grave -.

Aguardaron a que llegara Kaedra para que Áin pudiera dar comienzo su explicación. Kaedra no tardó en volver a la posada y unirse a la conversación:

-En primer lugar he de decir que se avecinan tiempos oscuros. El profesor Martins llegó a la conclusión de que cada elemento desarrolla características únicas en cada portador. Estas características varían en función de la habilidad del portador que la posee... El maestro Flam está en problemas -.

Anliane se adelantó un paso:

-Eso es imposible, él ha protegido nuestra isla durante más de mil años y... -.

Áin cortó de seco a Anliane:

-El maestro Flam es fuerte, y es conocido por su dominio de las llamas oscuras. Pero esto escapa de su control... -.

Áin desenfundó veloz la espada de su funda y cortó la manga de un tajo limpio, dejando al descubierto un muñón del que se ramificaban unas venas negras que se extendían por todo su pectoral. Continuó:

-Lival no solo quema... Lival infecta, pudre a su presa... Y luego la asimila -.

El silencio pesó como un martillo:

-Es lo que él llama "La condena". Lival posee las habilidades de cientos de adeptos distintos. Esta es una habilidad terrible, parece que no tiene punto débil, pero justo acabamos de descubrir uno -.

Áin señaló a Drev:

-La misma debilidad que te está consumiendo es el remedio para matar a Lival -.

Drev no dijo nada:

-No estoy seguro, pero tu padre parecía querer que fueras tú quien matara a Lival. Él fue quien te provocó lo que hoy te pasa. Drev, no eres un simple adepto. Ha todo ha sido una treta, la Estrella de Ítria no se encuentra en esta isla. La llevas contigo -.