Drev: El Cazador de Fuego.

Capítulo 31:"Cazador contra sombra"

"Mi nombre es Drev Awlic. Siempre luché solo con el objetivo de encontrar al asesino de mi maestro, pero la ambición y el egoísmo me hicieron perder el verdadero rumbo. A medida que mi búsqueda avanzaba, las sombras de este reino maldito crecían en silencio. Una sombra con nombre y apellido: Lival Awlic. Engañado por mi propio hermano, viajé hasta mi isla para encontrar una cura a mi dolencia. La locura me consumió y caí en las llamas del odio. Pero mi padre, el profesor y antiguo adepto Martins Awlic me encargó la misión de encontrar y destruir los cinco elementos, conocido como "Origen". Lival se aprovechó de mi estado febril para arrebatarme los elementos y matarme... . Pero Áin me hizo regresar sacrificando su alma y pude volver de entre los muertos, sin embargo... Habían pasado diez años cuando desperté. Lival había utilizado el poder que yo había reunido para crear un poderoso artefacto con el poder de los cinco elementos, con el fin de formar un ejército. Lival se apoderó del reino en poco tiempo y se estableció como dueño y emperador único y absoluto. Ahora, diez años después, he regresado para recuperar lo que me pertenece, y darle a este reino  un rey que sepa gobernarlo. Soy Drev Awlic, y soy el cazador de fuego"

Las sombras crecían en la habitación de Kaedra. Estaba redactando unos informes cuando una brisa fría abrió la puerta. Las llamas de las velas hondearon por el aire y se apagaron. Una atmósfera cargada se hizo patente en el aire. Kaedra levantó la vista de los folios y la vio. Una enorme sombra amorfa junto a la puerta. La grotesca sombra cambió de posición, adoptando la forma de un hombre alto y delgado. La sombra creció aún más y la puerta se cerró, dejando la habitación en completa oscuridad.

Kaedra se tensó en el asiento:

-Qué buscas -.

Una risa fúnebre se arrastró por el suelo y llegó a los oídos de Kaedra:

-Más... Más almas... -.

La terrible sombra se llevó la mano hacia atrás y cogió lo que parecía un pequeño saco. Al abrirlo se pudieron escuchar los llantos en pena de cientos de personas. La sombra formó una sonrisa macabra:

-Tengo sitio para tu alma -.

Inmediatamente Kaedra formó un pájaro de agua en la palma de la mano:

-Da la voz de alerta -.

El pájaro abrió las alas y cogió impulso. Pero antes de que pudiera salir por la ventana, una mano surgió de las sombras y exprimió al pájaro. La sombra se llevó el dedo índice a la boca:

-Shhh... No queremos que se entere nadie más... -.

Su voz era retorcida y mezquina como una serpiente. La sombra se arrastró hasta colocarse a unos pocos metros de Kaedra. Unos ojos rojos y vacíos de sentimientos la miraron no solo físicamente, si  no también por dentro:

-Tienes un alma deliciosa -.

Kaedra se echó hacia atrás y convocó dos torrentes de agua que salieron de dos floreros que había en el escritorio. Las columnas de agua tomaron la forma de dos dragones que se lanzaron contra el enemigo. Pero el agua se volvió oscura y maloliente al contacto con la piel de la sombra, y perdió su fuerza. No podía tocarlo, o sería su fin. Kaedra pensó en reventar la puerta con un potente disparo de agua, pero una sombra salió desde el suelo y la tomó por el cuello. Su piel ardió al contacto con la fría garra del enemigo y sintió como se desvanecían sus fuerzas. El hombre se acercó a Kaedra y abrió la bolsa de almas poco a poco. Kaedra sintió como la arrancaban de su propio cuerpo y empezó a perder el sentido. Sus visión se tornó borrosa y su respiración se cortó:

-No temas... Pronto se unirá ese querido cazador tuyo -.

Pero Kaedra no oyó esa frase. Había caído presa de las tinieblas. Una risa atronadora se apoderó de la oscura habitación, una risa que se vio cortada cuando la vieja Lorenz entró en ella. La sombra se giró para contemplar el enjuto rostro de la anciana, que permanecía calmada: