Capitulo 3

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#2- Hay que seguir las normas del clan.

He aprendido algo de cultura general inprescindible sobre mi nueva existencia.

No somos los únicos vampiros, obviamente.
Por lo que Damián me ha contado esta semana, hay muchísimos y están divididos en cinco clanes, cada clan en un continente, contando solo los continentes poblados: América, Europa, Asia, África y Oceanía.

Nosotros pertenecemos a América por lo que si salimos de nuestra zona debemos avisar de nuestra llegada y nuestro objetivo o nos tomarán por intrusos y nos matarán.

Se puede decir que los cinco vampiros que mandan son los más viejos y sabios que intentan mantener nuestro secreto a salvo de los humanos y evitar que nos exterminemos entre nosotros.
Y no son pobres diablos, para nada, tienen altos puestos entre los mortales para estar al tanto de todo.

Damián y yo vivimos ocultos en el bosque Amazonas, con más de veinte mil habitantes y no sé cuantas tribus indígenas.
No suponen un problema, estamos lo suficientemente alejados, y el hecho de que los jefes de las tribus hayan conocido a Damián durante casi 500 años sin envejecer le proporciona el respeto y miedo para que nadie investigue.

En realidad los humanos no pueden distinguirnos entre ellos.
A diferencia de la idea que tienen del Drácula ficticio, nosotros si tenemos reflejo y sombra porque a pesar que nuestro alma es oscuro, lo tenemos. También podemos salir de día y no nos brilla la piel ni necesitamos crema solar para no achicharrarnos.

Últimamente me he estado mirando mucho al espejo que tengo en mi alcoba. Físicamente me siento indestructible pero por dentro sigo siendo la misma.
Mi mirada se ve más intensa y mis dientes más blancos y afilados.
Odio admitirlo pero hay veces en las que hecho de menos el palpitar de mi corazón, que, aunque me cueste creerlo nunca más volveré a escuchar.

He intentado llorar, pero es imposible.
Siento cariño y ternura por mi gato pero todo se queda ahí.
Mi creador dice que, al estar entre la vida y la muerte, tenemos sentimientos pero no son como los humanos, no los podemos expresar de la misma forma.
Afirma que un vampiro solo siente ganas de pasar la eternidad junto a una persona una vez, y suele ser correspondido. "El destino" lo llama él.
Para mí que se lo inventa todo, eso tiene que ser amor y seguro que eso es una de las pocas cosas que conservamos de nuestro pasado humano.

Ahora que recuerdo, una vez tuve un novio al que realmente llegué a amar...

{Se llamaba Darren y vivía en mi pueblo. Teníamos 17 años e íbamos juntos al instituto. Mi tía me obligó a sacarme el bachillerato, de lo contrario dormiría en el desván. Cucarachas, ratones, pulgas...no molaba la idea.

Darren y yo fuimos novios durante un año y le regalé mi valiosa virginidad.
Valiosa para mí, porque la semana siguiente se estaba revolcando con Julia en los baños del instituto.

No derrameé ni una lágrima, decidí que no valía la pena.

Al día siguiente quedé con él en una pequeña colina en las afueras del pueblo y tuvo un "desafortunado accidente".
Recuerdo su hermosa silueta rodando colina abajo y chocando contra las piedras y las hierbas, la caída no duró tanto como hubiese querido. Llegó pronto al río que, por desgracia, era muy profundo y no tenía rocas.

El médico dijo que se había roto dos costillas izquierdas, un brazo y había sufrido grandes magulladuras.
Aunque siempre pensé que no había sido suficiente castigo, me sentí satisfecha.

Como era de esperar no me delató, pero cada vez que me veía, salía corriendo en dirección contraria.
Puede que esa fuera la razón por la que no lo maté, que me tuviera miedo toda su miserable vida.}

#3- Alimentación.

Debíamos alimentarnos únicamente de animales. Más o menos debíamos beber nuestro peso en sangre para sobrevivir una semana y mantenernos fuertes.

Si nos alimentamos de humanos sería solo el último recurso y por supuesto no se les puede matar. La sangre de humano, por así decirlo, es de mayor calidad, solo con un poco es como si hubieramos bebido, no sé...dos o tres ciervos.
Se debe aprovechar cuando duermen y hacerle un pequeño corte con la uña para chupar un poco de sangre, no estaría bien ir dejando marcas de dientes por todos lados.
Al día siguiente piensan que fue un arañazo o algo así.

#4- Debo entrenar para aumentar mi fortaleza.

Y aquí estoy.
Llevo solo una semana y este muerto viviente no me ha dejado apenas descanso. Mentalmente hablando, claro.

He aumentado mi velocidad y aprendido a hacer eso tan chulo de desaparecer en un lado y aparecer en otro. Es simplemente correr tan rápido como un rayo, de manera que no se ve tu trayecto, solo el inicio y el fin.

La verdad es que me gusta mi nueva forma de vida, es decir, mi vida humana era despreciable y creo que mi futuro hubiese sido ser asesina en serie y morir en la silla eléctrica.
Damián me salvó de todo aquello y por eso le estoy agradecida.

A menudo retumba en mi cabeza aquella frase que me dijo "te daré la vida que te mereces".
Puede que a esto se refiriera mi loca madre con lo de mi "oscuro destino"...

Estoy acariciando a Salem, en mi cama blandita y limpia (por primera vez) pero está muy inquieto.

-¡Dios, que tonta! Casi olvido que mi gato está vivo y come a diario.

Me acerco a una jaula donde guardo ratones vivos, saco uno y lo suelto en el suelo. Salem lo mira con deseo, se agazapa para acecharlo y empieza a perseguirlo hasta que se lo come entero.

Me divierte verle cazar, nos parecemos mucho ahora que lo pienso desde este punto de vista. Además, no me gusta dárselo todo hecho, ¿Qué hará si me pasara algo? Debe aprender a cuidarse solo.

Cuando llega Damián nos vamos los tres a una gran colina entre la cabaña y el lago, desde allí se ve hermosa la luna llena de hoy, y refleja un resplandor plateado inigualable en el lago.
De repente algo ronda mi cabeza y le transmito mi duda a Damián.

-Oye, ¿existe Dios o el cielo?

-Pequeña Lilith, lamento decirte que estoy en tu misma situación y en la de los humanos. Me informa y echa un gran suspiro.

-¿Por qué como los humanos? Nunca le gusta que nos comparemos con ellos, no termino de entenderlo.

-Los humanos no conocen a su creador y nosotros al nuestro tampoco. Ni siquiera los antiguos.

-¿Tú qué crees?

Por un momento pensé que me solitaría algún rollo satánico o alguna esperaza de salvar su alma, claro que nosotros somos como demonios de la noche. ¿Acaso la Tierra es lo mismo que el infierno?

-Lilith... Interrumpió mis divagaciones mentales. ¡Bienvenida al infierno!

Bienvenida Al Infiernoحيث تعيش القصص. اكتشف الآن