Capitulo 4

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-¡Buenos días, Salem! Grité cuando ví que mi hermoso gato abría sus grandes ojitos como consecuencia de los rayos del sol que entraban por mi ventana.

Lunes...
Normalmente los lunes son odiosos, la simple repetición de otros 7 días haciendo lo mismo, pero para mí esa repetición había acabado.
Cada día "vivo" con la ilusión de hacer o ver algo distinto.

Damián tiene entre quinientos y seiscientos años y admite que sigue sorprendiéndose hoy día de la "vida", si es que se le puede llamar así.
Es un hombre tranquilo y pensativo.
Me ha enseñado su forma de ver el mundo.

Esta misma mañana horas antes...

{Estaba hechada en mi cama viendo a Salem dormir. No le envidio.
Yo solía soñar todas las noches con que llegaba alguien que me sacaba de mí repugnante vida. Damián hizo realidad mis sueños y ya no deseo nada más.

-¡Lilith! Susurró, sabe que no me gusta que moleste a Salem mientras duerme plácidamente.

Dirigí mi mirada hacia mi puerta entreabierta donde se encontraba él.

Me miraba dulcemente, como un padre miraría a su hija. Aunque solo él me ha mirado de esa forma.
Mi madre me llevaba al colegio y me decía "puedes hacer lo que quieras pero que no me llamen tus profesores, a los dieciocho irás a la calle, deberías prepararte un futuro", y se iba sin mirar atrás.

Los demás padres besaban y abrazaban a sus hijos con ternura y yo no comprendí ese cariño hasta ahora.

-¿Te apetece ver el amanecer hoy? Me sonrió.

Obviamente asentí como una loca y me fui tras él cuidadosamente para no despertar a mi gato.

Nos adentramos en el bosque y trepamos por un árbol que sobresalía de entre los demás, más ancho, fuerte y alto. Subimos a la parte más alta y nos sentamos juntos en una de las ramas.

Damián suele llamarme "pequeña" cada vez que pregunto algo que no alcanzo a comprender. Supongo que, en comparación con él, soy un bebé.
Hasta más o menos trescientos años somos neófitos, muy difíciles de controlar y vorázmente sedientos.

Él dice que yo soy diferente, que tengo autocontrol gracias a mi mala vida como humana, que la falta de miedo y mi repugnamcia por los humanos que me rodeaban hace que no desée su sangre, o eso dice.

-Damián ¿por qué a mí?

-Has tardado en hacerme esa pregunta, pequeña Lilith.

-Es que he estado felizmente ocupada en mi nueva "vida". Le sonreí, no puedo evitar hacer el gesto de las comillas con las manos cada vez que digo "vida".

-Lilith, yo soy tu padre.

Eso hizo que dejara de concentrarme en él y le soltara lo siguiente:

-Reirte de mí no debes Dark Beither. Y le dí un codazo que hizo que soltara una carcajada.

El otro día vimos una película de tantas que, por lo visto, hay de la "Guerra de las galaxias".
No tenemos mucho en medio del Amazonas, pero sí una televisión a pilas y con antena vía satélite.
Hay que estar informados de ciertas cosas, o eso dice él.

No vimos toda la película porque era algo ilógico.
¿Humanos en el espacio viviendo con monstruos y alenígenas con espadas que proceden de su energía?
¡Por favor, un poco de realismo!
He decidido no ver más películas de esa saga.

-Ahora en serio, estoy muy agradecida por todo pero quiero saberlo, por favor. Supliqué.

-Conocí a tu padre. Hubo un tiempo en el que vivía por tu barrio y siempre iba al mismo bar a saber lo que pasaba día a día. Tu padre se llamaba Peter y se puede decir que vivía en ese bar. Siempre decía que no quería ir a su casa a ver a la gorda de su mujer, que estaba embarazada.

¡Genial! Otro triste capítulo para añadir a mi triste pasado humano.
Una madre que no me quería, una tía que no me quería y ahora mi padre, bueno sé que nos abandonó pero pensaba que había sido porque mi madre estaba loca.

-El día que tu naciste llegó al bar y dijo "Sírveme una última cerveza antes de irme, me voy a México a alejarme de esa loca y su feo bebé". Él, como persona no valía nada, pero cuando hablaba con el camarero dijo tu nombre "Lilith, por mí como si le llama Lazy".

¡Maldito borracho!
Puede que no conserve ninguna foto pero yo fui un bebé hermoso.

-Tenía pensado volver aquí, pero pasé a verte y te observé durante toda tu vida, sabía que estabas destinada a algo mejor, un destino oscuro, pero feliz y esperé el momento oportuno para traerte conmigo.

Aunque sea triste me tranquiliza saber que estoy donde debo, con la única persona que ha visto algo bueno en mí.

-Tu padre murió la noche que se fue, se metió en una calle que pertenecía a una banda mafiosa y lo mataron. Pensé que debías saberlo.

-Me alegra saber que fue castigado. Pero no me importa. Damián, tú eres lo más cercano a una familia que he tenido.

Damián puso cara de...no sé si lástima o cariño, pero me transmitió una sonrisa cálida que me reconfortó.

-Ya es hora. Me dijo.

Los primeros rayos de luz empezaron a alumbrar el bosque, primero por las copas de los árboles.
Desde los ojos de un vampiro todo se ve más despacio, más diminuto, más hermoso.

Mi fina vista captaba desde donde yo estaba distintas cosas: las gotas de los árboles del rocío de la noche empezaban a caer; las plantas empezaban a abrir su flores y a dirigir sus hojas hacia el sol por acto reflejo; los haces de luces atravesaban uno a uno el lago hasta llegar al fondo rocoso, etc.
Sentía como el sol comenzaba a calentar poco a poco mi cuerpo.
Hasta que me dí cuenta que Salem estaría a punto de despertar.

-Voy a ver a mi gato. Gracias por esto, Damián. }

Bienvenida Al InfiernoWhere stories live. Discover now