Bienvenida Al Infierno

Capítulo 27

Se acerca un camión y se detiene a nuestro lado.
El olor no hace que me duerma, pero no puedo mover el cuerpo y los párpados se me cierran sin que pueda controlarlos.
¡Demonios! Estoy consciente pero todo está oscuro.
Noto como me meten en el camión.

Sinceramente no me preocupa lo que piensen hacerme, de alguna forma saldré de aquí, pero cuando Dylan vea que no llego se va a poner furioso.
El camión para y me sacan de allí.
Siento que me meten en otro lado, el suelo está frío y me atan las manos, con unas cadenas creo.

Llevo ya un buen rato en el mismo sitio. Solo escucho murmullos, algún que otro llanto y el latir de bastantes corazones con el pulso acelerado.

Poco a poco comienzo a recuperar movilidad en mi cuerpo.
Abro mis ojos con dificultad y me estiro un poco como puedo. Tengo el cuerpo algo entumecido.
Observo que estamos en un camión grande, hay unas quince mujeres, ocho hombres y nueve niños, más o menos, también encadenados como yo.

-¡Vamos! Tienen que llegar esta misma noche a la frontera Matt. Escucho desde fuera.

-Espero que merezca la pena y nos paguen bien. Contesta otra voz masculina.

Si solo pudiera hecharles una mirada les convencería de que nos soltaran.
Se oye un portazo y el camión se eleva por el sistema aéreo y comienza a moverse.
Llevamos una media hora en coche y disminuye la velocidad.
Noto como algo golpea el lateral izquierdo del camión que se tambalea.
Todos los pasajeros chocamos contra las paredes y contra los demás por los movimientos bruscos.
Los niños comienzan a gritar de miedo.
Seguro otro camión lo va a hechar de la carretera.
Las energías renovables no pueden evitar que los estúpidos tengan accidentes.
El camión frena en seco y el conductor se baja.

-¿Qué os pasa imbéciles?¿estáis locos? Les grita nuestro secuestrador.

-¡policía! Colóquese contra el vehículo. Grita otra persona.

Me alegro de ver a la policía.
Abren la puerta. Todos están cegados por el cambio de la oscuridad a la luz pero yo no.
Sube un policía y detrás hay alguien más, es...Dylan.
Los policías desatan a las personas mientras Dylan viene hacia mí y me coge la cara obligándome a mirarle a los ojos.

-¿Estás bien?

-Si. Le respondo.

Rompo las cadenas fácilmente.
-¿Por qué no te soltaste antes?

-¿Y qué les digo a los demás? "No os asusteis, solo soy una chica vampiro". Le digo con ironía.

Me ayuda a levantarme y nos vamos a liberar al resto de personas junto con los policías.

Los policías nos toman declaración a todos y se llevan a todos al cuartel, donde ya han avisado a sus familiares.
Dylan ha traído su aeropatín. Pulsa un botón y el aparato se alarga. Él se coloca delante y yo detrás.
Paso mis manos por su cintura, le rodeo con ellos agarrándome fuerte a él y comenzamos a deslizarnos sin tocar el suelo hasta casa.
Se siente tan bien junto a él. Tengo mi cabeza apoyada en su espalda y escucho el palpitar de su corazón, que está algo más acelerado de lo normal.

-Ya hemos llegado princesa. Me dice sonriendo.

No me he dado cuenta, estaba tan concentrada en mis pensamientos,...en él. Me separo y bajamos del aeropatín.

-Lo siento Dylan. Dalea la cabeza intentando entenderme. Lamento preocuparte tanto y reprocharte lo de la zo...Sami.

-No seas tonta, vamos anda. Salem no ha comido.

Entramos en casa y le doy de comer al peludito.

¡¡Riiinng!!¡¡Riiinng!!
Suena el teléfono de Dylan.

-Hola Marie ¿quieres salir esta noche? Tengo la casa sola hoy...

Dylan abre los ojos como platos.
-Si buscas a mi hija ya puedes borrar este número o iré a por ti. Le dice y cuelga. ¿Sabes algo de esto? Me mira.

-Bueno...puede que quisiera librarme de un pesado.

-Por favor, deja de tener tantos pretendientes. Frunce un poco el ceño.

-¿Por qué te molesta tanto? Me enfado.

-Simplemente no me gusta que estén todo el día molestándote y llamándote "princesa" y "te quiero" y esas tonterías. Y de seguro que alguno se intentará propasar contigo.

-Dylan...eso son ¿celos? Me quedo boquiabierta.

-¿Qué? No, para nada. Solo quiero que no te hagan daño esos estúpidos. Dice y se va al salón a ver la tele.

Ya es de noche y he acabado mis deberes. Voy al salón y pongo una película, hoy me apetece ver..."la mujer mosquetero".
La meto en el reproductor y le subo un poco el volumen. Me acerco al lobo que esta hechado observándome y me recuesto apoyando la cabeza en su cuerpo.

Esta película siempre me deja con un mal sabor de boca. Vale que consigue ser del grupo y todo eso pero ella y el otro mosquetero se quieren, se les nota.
¿Por qué demonios no acaban juntos?
El que hizo el guión se estará riendo en su tumba de mi descontento.

Yo no acabaré así, tengo que encontrar la manera de decirle a Dylan que siento algo extraño por él, aunque no sepa que.

Me ducho, cojo la mochila y me voy a por Kate.

-Buenos días Lilith.

-Veo que ya estás mejor.

-Ya era hora tía.

Suena el timbre del recreo.

-Lilith, ¿qué has hecho? Me pregunta sorprendido Yoel.

-¿Que he hecho de que?

-Ha pasado Stuart detrás tuya y ni te ha mirado. Continúa Yannick.

-Ahh, eso. Bueno ayer seguí vuestro consejo y ha funcionado, gracias chicos. Les guiño un ojo.

-Já, te lo dijimos. Dice Yannick.

-Nunca nos equivocamos. Termina Yoel.

Aparece Kate que acaba de terminar el examen al que faltó el lunes.
-¡Hombre Kate! ¿Qué te paso ayer? Se ríe Yoel.

-Bueno, digamos que he decidido poner distancia entre el alcohol y yo. Suelta ella con un suspiro de culpabilidad.

-Tranquilos que ya me encargaré yo de que no vuelva a beber. Les aseguro. Aunque no estuvo nada mal lo de Sami.

Todos nos reímos a carcajadas. La amnésica de mi amiga no se acordaba de casi nada de lo que sucedió pero yo los puse a tosos al corriente en clase de lengua.
Suena el timbre y entramos en clase de matemáticas.

-Chicos, os quiero presentar a un nuevo alumno, Jason Thomson. Dice la profesora.

Entra un chico rubio, guapísimo, que me suena muchísimo pero no logro recordar de qué...
El chico me mira y me sonríe.
Ohh, demonios!! Que mala suerte tengo.
Resbalo mi culo hacia el filo de mi silla y consigo agacharme un poco. ¡Que vergüenza!

-Pero, ¿qué haces lilith? Me pregunta Kate.

-No te lo vas a creer pero...ese es el chico al que besé ayer.