Capítulo 25

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Escucho rugir las tripas de Kate.
Voy a la cocina y hago sándwiches de jamón y queso.
Le doy dos a ella y dos a, dos a Dylan y un par de rodajas de jamón a mi peludo.

Admito que no soy buena anfitriona pero, ¿Cómo esperan que les ofresca algo de comer cuando llegan?
Si no me acuerdo que mis amigos comen, sus tripas me avisan.

-Gracias Lilith, me has leído la mente.

En realidad hace mucho ruido cuando está habrienta y no podría concentrarme estudiando.

Terminamos de estudiar y despido a mi amiga en la puerta.
Esta noche hemos quedado para ir a una discoteca de moda, o eso dice ella.
Abro el grifo de la ducha para que comience a calentarse.
Me meto en la ducha y dejo que el agua me relaje.
Termino y me pongo los vaqueros rosas ajustados y un chaleco ancho de rayas blanco y negro que deja ver uno de mis hombros.

Ohh!! Se me han olvidado mis zapatos blancos.
Abro la puerta del baño corriendo, salgo y choco contra el pecho desnudo de Dylan, colocando mis manos en él como reflejo para no darme en la cara.
Siento el agradable latir de su corazón bajo la piel, levanto la mirada.

-Yo...es que iba a... Me pierdo en su mirada.

-Me los he encontrado arriba, pensé que los necesitabas...saca de detrás de su espalda mis zapatos y le sonrío.

-Gracias.

Sinceramente nuestra relación ahora es más extraña, estábamos como antes pero en ciertos momento me quedo mirandole, fijamente, como si no le hubiera visto nunca.
No sé que siento, desde que Daimon me dejó no estoy segura de casi nada.

Me pongo los zapatos y me maquillo un poco, como siempre, no me gusta ir muy maquillada. La mejor belleza es la natural.

Cojo mis llaves y me despido del gato y del lobo.
Ya son las diez de la noche y Dylan se ha transformado.

-Volveré pronto, tened cuidado.
Les digo a los dos.

Llamo a la puerta.
¡¡Toc!! ¡¡Toc!!

-Buenas noches señor Foster. ¿Está lista Kate? Le digo sonriente.

Escucho los pasos y sonidos de las llaves de Kate y la veo que empuja suavemente a su padre a un lado.

-Adios papá.

-Kate, tened cuidado y no llegueis muy tarde.

-Descuida, te quiero. Le responde ella.

-¡Qué bien lo vamos a pasar! Me asegura.

Eso espero, es mi primera fiesta y he estado aprendiendo a bailar todo tipo de música.

Llegamos y entramos hasta la barra.
Kate quiere emborracharme pero eso es imposible, me haria vomitarlo enseguida.
Le digo que no me gusta y no pone pegas.
Vamos a la pista y empezamos a bailar, empieza a sonar Prince Royce, "yo solo quiero darte un beso". Se me acerca un chico alto y guapo y me invita a bailar.
Como mi amiga da su aprobación para dejarla sola una canción, le doy la mano y él me pega a su cuerpo y coloca su otra mano en la cadera.
Yo le corrijo y le subo la mano a la cintura.
Baila muy bien, pero Dylan lo hace mejor cuando ensayamos en casa.
Termina la canción y vuelvo con Kate.

-¿Qué te ha dicho? Me interroga.

-Que le diera mi número de teléfono.

-¿Y...?

-Le he dado "un" número de teléfono y le dije que me llamaba Marie. Nos reímos a carcajadas.

Pasamos bailando toda la noche, canción tras canción. Kate la pasó copa tras copa. Nos hemos encontrado con Sami, una chica estúpida y desagradable de mi clase que se cree superior y a la que le vuelve loca mi "primo lejano".

Cuando miro la hora se me abren los ojos como platos.
Son las siete de la mañana. Menos mal que mañana es domingo.

-Kate, tenemos que irnos, nos van a matar. Le grito.

Aquí hay muchísimo ruido. Es imposible activar mi radar para encontrar nada, entre la música y los gritos me volvería loca.

-Esssperra, aquel chico. Me señala una zona de la barra con el dedo pero como se tambalea tanto no sé a quién apunta. Me debe una última trr-trr-trrrago. Está fatal. No le volveré a dejar beber en la vida.

La cojo del hombro y tiro de ella para salir de la muchedumbre.
Siento que una mano fuerte me agarra del brazo que tengo libre y tira de mí hasta conseguir salir del local. Es Dylan.

-Me encantaría darte una paliza, sabes como me preocupo. Me dice.

Kate reacciona a la palabra "paliza", levanta el puño y le pega al aire, o a mi doble inventado por su vista, no sé si verá a dos o a cuatro Lilith ahora mismo.
Como es lógico, cae al suelo. Me agacho a recoger a la borracha de mi amiga.

-Lo siento, no me dí cuenta de la hora que era. Le respondo, odio que se enfade conmigo.

De repente se acerca Sami, o como yo la llamo "la zorra", y sin darle opción a Dylan, se lanza a su cuello con los brazos y le besa.
¡La puta de mi tía!
Quiero rebanarle el cuello, haré puré con ella y se lo daré a Salem para que se la meriende.
Dylan la aparta de él.

-¿Qué haces? Le reprocha él. ¿Tú también estás borracha?

-No, solo es idiota. Le digo antes de que ella responda.

-Perdón Lilith, no te había visto, eres tan...insignificante.

-El apellido de mi primo es "lobo". Él no quiere a "zorras" como tú. Le digo con superioridad.

Ella se acerca a mí y a Kate con mucha rabia.

-¿Cómo me has...? Y antes de que termine la pregunta mi amiga llega a su límite de absorción de alcohol y vomita encima de la estúpida.

Dylan y yo no podemos evitar soltar una risita.

-Os acordaréis de esto. Dice ella y se va llorando.

Soltamos a Kate en su casa, menos mal que sus padres no se han despertado todavía.

Lo peor es que la mirada de Dylan deja ver una gran bronca que me va a caer cuando llegue...

Bienvenida Al InfiernoWhere stories live. Discover now