Capítulo 38

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Un pitido intermitente me despierta, la alarma del móvil, y la apago rápidamente para que Dylan no se despierte.
Le suelto la mano y me doy la vuelta para poder observarle.
Durmiendo juntos nos aseguramos de que ambos seguíamos a salvo.

Tengo que averiguar qué es esa voz que me habla cuando cambio mi apariencia, y quién es la niña de mis sueños. Tengo ua gran imaginación, pero no tanta como para crear personas o seres nuevos.

Sonrió como una tonta cuando mi bestia abre sus dulces ojos.

-Llegarás tarde. Me advierte.

-¿Te he despertado?

-Desde que soltaste mi mano.

-Tú también trabajas, idiota. Le doy un casto beso en los labios y salto de la cama.

Me estiraso para desperezarme y busco en mi armario mi uniforme escolar.
Me visto y me recojo el cabello en una cola alta.
Dylan ya está listo y preparando cereales para desayunar.
Me lo zampo todo en cinco minutos, beso a mi bestia y a Salem y me voy, no sin antes escuchar el:
"Intenta portarte bien." de mi lobo, que hace que ponga los ojos en blanco.

Vuelo hasta el instituto y entro junto con Kate en clase, que me esperaba en la entrada.

-Señorita Hall, ¡que alegría tenerla de nuevo en clase! Ya, "seguro que se alegra". Últimamente la gripe está vaciando mi clase de alumnos. Suelta un suspiro.

La gripe...el día que yo enferme de una estupidez así los cerdos volarán con sus propias alas de plumas, pero Dylan tuvo que escusarme de alguna manera por haber faltado estos tres últimos días.

En la hora del recreo saco el libro de filosofía para repasar y encuentro un bocadillo de pechuga de pavo y queso junto con una nota:
"Come bien que está tarde entrenamos."
Huelo el bocadillo y la verdad no me entran ganas de probarlo.

-Deja de intentar esnifar el bocadillo y quita esa cara de asco. Ríe Yannick.

-Si tía, eso se come a bocados. Continúa con la gracia Yoel.

Yo pongo los ojos en blanco.
-Todavía recuerdo como comer, solo me parecía que olía raro... Me escuso y le doy un bocado.

Comienzo a masticarlo, saboreando poco a poco para que mi paladar y papilas gustativas se acostumbren al nuevo alimento.
Realmente esto sí me gusta.

Antes de acabarme el desayuno llega una patrulla de policía, se bajan dos agentes y entran en el centro.

-¿Me he perdido algo? Pregunto a mis amigos que ponen cara de algo parecido a la tristeza.

-Por lo visto el padre de Jason le maltrataba, cuando llevaron a Jason al hospital por la paliza que le dieron aquí encontraron moratones antiguos. Cuando la policía comenzó a investigar y... Dice Yoel.

-Se suicidó. Concluye Yannick.

Kate agacha la cabeza cada vez que se nombra a Jason.
La paliza que recibió de juan parece que puso a la policía alerta sobre palizas anteriores y constantes en su entorno.
El suicidio es el acto más cobarde, es tan simple como rendirse ante los problemas que te plantea la vida. Dejando dolor y culpabilidad por su perdida a sus seres queridos y a los que le han tratado mal.
Jason no me causa culpabilidad, su vida no era de mi incunvecia, simplemente era como un coágulo de sangre atascado y molesto en mis venas. Solo le dí un buen castigo por lo que hizo mal.
Mirándolo de forma positiva, he librado al mundo de un futuro maltratador de mujeres y su padre recibirá el castigo por pegarle.
Ni siquiera merece la compasión porque fuera como era por su padre, siempre hay opción de no seguir un mal ejemplo, él prefirió el camino fácil.

Llego a casa.
Dylan todavía no ha llegado.
Preparo ensalada de arroz. La verdad es que hay mucha variedad de platos en internet.
Le doy de comer a Salem y me siento en la mesa a esperar a Dylan.
Un escalofrío recorre mi cuerpo y por experiencias anteriores sé que algo malo se acerca, puedo sentir su edor a... ¿Azufre?

En una pared de la cocina aparece un agujero negro como dibujado. Me aparto de la silla y comienzo a rodear lentamente la mesa. Antes de poder cojer un cuchillo del segundo cajón, un ser demoníaco sale del vórtice.

-Vaya, y yo que pensaba tener unos días de tranquilidad... Murmuro sarcásticamente.

El ser de piel roja con dientes afilados y enormes cuernos me observa divertido.
Si yo fuera alguien normal estaría asustada por su asquerosa apariencia horripilante y tenebrosa, pero en vez de eso estoy aburrida de que me molesten.

-Pensé que serías basura inmortal toda tu vida, pero veo que los últimos acomtecimientos han despertado tus verdaderos genes.
Debes de tener ya unos veinticinco años, ¿no es así? Me mira curioso.

-Es de mala educación preguntar la edad a una mujer. ¿Quién eres y por qué entras en mi casa de esta forma? Le digo impasiva, sin importarme mucho su presencia, solo porque comienza a arderme la marca.

-Veo que te pica, pero también noto en tu bello rostro que no sabes mucho de mí...ni de ti.

-¿A qué te refieres descarado? ¿Cómo puede hablarme como si me conociera? Me está empezando a cabrear que se crea más listo que yo.

-Supongo que no me corresponde informarte de ello, pero te diré que yo soy Satanás en persona, aunque me llaman "El Demonio". Genial, se cree muy importante, yo me llamo Lilith y no me flipo tanto. Tranquila, no tardaremos en vernos de nuevo, niña. Se adentra de nuevo en el vórtice y desaparece.

Ni que yo quisiera volver a verlo.
Me siento en la mesa y comienzo a pensar en todo.
Mi pequeña marca de nacimiento nunca había reaccionado así, solo se vuelve más oscura cuando cambio de apariencia.
¿Despertar mis verdaderos genes?
¡Demonios! El mundo inmortal es todavía más incomprensible que el de los humanos.

Espero que el entrenamiento nuevo logre arrojar algo de luz a estas nuevas preguntas.

Bienvenida Al InfiernoWhere stories live. Discover now