Capítulo 24

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Es lunes. Hace mucho que no tenía motivo para odiar los lunes pero se ve que vuelvo a tenerlo.

Voy de camino al instituto, el pueblo es muy tranquilo, hay muchos chicos como yo que se dirigen al mismo sitio, bueno no como yo.
Son las nueve menos cuarto y todavía quedan quince minutos para comenzar las clases. Estoy algo nerviosa, todos parecen muy normales pero no sé como piensan realmente.

-Hola. Me detiene una voz a mis espaldas.

-...Hola. Le respondo, creo que es a mí.

-¿A qué curso vas? Pareces mayor. Me dice la chica.

-A primero de bachillerato, es que repetí un curso. Miento.

-yo también, iremos juntas. Me dice.

¡Qué bien!
¿Adivina quién no se va a perder en este edificio tan grande? Me río interiormente.

Llegamos a clase y escuchamos en silencio los discursos de los profesores explicándonos lo típico, las normas, las aulas, protocolos de emergencias,...me pierdo en mis pensamientos.
La chica simpática se llama Kate Foster. Es rubia con unos ojos claros y grandes y parece modelo.
Creo que nos llevaremos bien, me ha explicado más o menos como van las cosas por aquí.

Cuando termina la mañana nos volvemos a casa. Kate vive dos calles antes que yo.
Llego y Salem me recibe en la puerta.

-Hola peludito mío. ¿Dónde está la bestia?

Subo arriba y toco al cuarto de Dylan, que tiene la puerta abierta.
Nos ha quedado una casa muy acogedora.
Me acerco al escritorio, donde está sentado escribiendo algo.
-Ya está. Me dice.

Me enseña las diez hojas donde le mande a escribir la "a".
Parece que se aburre cuando no estoy.

-¡vaya! ¿No has hecho nada mas? Le pregunto.

-¿Me harías el almuerzo? Me ruega y me pone pucheros a la vez.

Le sonrío y dejo la mochila en mi cuarto. Bajo las escaleras corriendo y busco en la nevera.
Hago una ensalada y unos filetes de pollo.

No tarda nada en comérselo, realmente cualquiera sabría que no es humano porque lo debora todo.
Recogo todo lo que he utilizado y nos vamos los dos a ver la segunda película de mi nueva saga.

Me encanta la protagonista, por fin una película en la que la chica es la que salva a los chicos. No siempre los hombres rescatan a las princesas, lo que pasa que suena más romántico.
De pequeña vi "Srek" y siempre he pensado que la princesa podría haberse escapado sola sin ningún problema, pero que un hombre se sacrifique por ti...enamora.
A no ser que muera en el intento.

El cielo está despejado.

-Vamos dylan, juguemos a algo. Le animo.

Estamos tirando flechas con dos arcos que hemos comprado, es muy divertido. Tengo mejor puntería que Dylan.
Coloco la flecha, la hecho hacia atrás con fuerza y apunto.

-Voy a buscar trabajo. Me asombro tanto que me despisto del blanco y fallo.
-¡¡MIAUUUUU!!
¡La puta de ni tía!, menos mal que no muere porque este pobre tiene el cielo ganado conmigo.

-Perdóname peludito mío. Le suplico.

-No me parece justo estar viviendo del dinero de Damián. Hay un restaurante a dos calles de aquí que necesitan camarero. Me dice.

-Dylan no sabes escribir. ¿Cómo apuntarás las comandas? Le advierto mientras saco la flecha del cuerpo del gato.

-Tengo buena memoria. Me sonríe valiente.

******

Han pasado ya unos meses y todo va como la sangre, con muy buen ritmo.
Para mi sorpresa, Dylan consiguió el trabajo justo en frente de la casa de Kate, y es muy bueno recordando pedidos.
Ya sabe leer y escribir casi perfectamente. Estoy orgullosa de tenerle a mi lado, se esfuerza mucho diariamente por superarse a sí mismo.

Yo voy muy bien en las notas, me acuerdo de todo de la última vez que estuve en el colegio, por desgracia no llegué a terminar cuarto de la ESO por mi tía, pero tengo muy buenas bases.

Estoy con Kate en mi casa,el lunes tenemos examen de biología.
Salem se pasea por la casa a su aire.

-Todavía no me creo que no le haya pasado nada, fue un gran golpe. Me dice mi amiga.

-Bueno, ya te lo dije "todavía le quedan seis vidas". En realidad el número de vidas de este animal es ilimitado.

Hace unas semanas...
{Voy de camino a casa con Kate.
Veo de lejos a mi peludito venir por mí, otra vez nos hemos dejado la ventana del cuarto abierta...me jugaría el cuello.

-Olle, allí viene tu gato. Dice Kate.

De repente un coche del gobierno a toda velocidad y sin darme tiempo a hacer nada (no me dio tiempo porque no puedo ir super rápido y que me descubra mi amiga) impacta su parte delantera con fuerza en el cuerpo de mi gatito.

-¡¡MIAUUUUU!!
Ai!! demonios, menudo momento escoge este gato para morirse.

Y ahora me toca fingir.
-Salem!! Nooo. ¿Por qué a ti?

Corremos hacia él y lo cojo en brazos.
Mientras el conductor no sale y mi amiga está pendiente al gato le doy un codazo al guardabarros del coche y lo abollo.
Se lo tiene merecido. Nadie hace daño a mi gato, excepto yo sin querer.

El gato se pone en pié, se sacude y como nuevo.
-Pero...¿Cómo...? Si estaba muy... Se ha quedado algo tocada por el suceso.

-¿Quién es un gatito con suerte? Le digo mientras maldigo por dentro mi mala suerte.

Entro en casa y cierro la maldita ventana, no permitiré que vuelva a pasar.}

Entra Dylan en casa, ya ha terminado la jornada y se sienta a leer, últimamente no solo debora la comida, también los libros.

-Tía, tu primo está como un quesito. Me susurra Kate en el oído.

También escucho que Dylan se ríe, como no va a escucharlo, yo he visto sus orejas de lobo...

-Primo lejano. Le añado.

-El lunes tenemos que hacer gimnasia, en el recreo hemos quedado para comer con los chicos. Me recuerda, tengo mala memoria para las cosas de quedadas y eso.

Sinceramente el lunes será un día movidito, pero el gato no puede morir más veces, no me quedan escusas.
A veces creo que tendré que matar yo misma al peludo para que no me descubran.

Bienvenida Al InfiernoWhere stories live. Discover now