13. Mejores Amigas

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J A D E

Mi corazón latía con fuerza dentro de mi pecho mientras terminaba de escribir el último párrafo en mi tarjeta de cumpleaños, apurándome en las palabras tratando de tenerlo todo a tiempo antes de medianoche. No me perdería en lo absoluto el ser la primera en saludarlo, no cuando lo había sido durante todo el tiempo en que éramos mejores amigos.

Miraba mi reloj de mano a cada cinco segundos tratando de no perderme la oportunidad de ser la primera persona la que sus bellos ojos mieles vieran una vez que fuese las doce de la noche. Una sonrisa se posó en mis labios al pensar que estaba por cumplir diecisiete años, siendo mayor que yo por meses.

Aprecié que quedaban cinco minutos para la medianoche, mis ojos saliéndose de mis órbitas al realizar que probablemente me tomaría un largo tiempo en llegar al edificio en el que vivía. Maldije en mis pensamientos, no creyendo que lo había olvidado.

Rápidamente me levanté de la cama y tomé la tarjeta que tenía preparada. Me puse mis zapatos y comencé a correr escaleras abajo para luego tomar uno de los carritos de golf para manejar hacia el edificio. Cuando llegué a la habitación, quedaba solamente un minuto para la medianoche, una sonrisa posándose en mis labios llena de emoción. Toqué rápidamente la puerta ya que tenía miedo a que Diego me ganara, debido a que siempre trataba de hacer aquello y por eso se había quedado a dormir con Chase.

Era la medianoche cuando abrieron la puerta de su habitación, no pudiendo evitar sentir miles de emociones por todo mi cuerpo. Emocionada, le mostré la tarjeta diciéndole «feliz cumpleaños» llena de adrenalina.

—¡Y es la medianoche en punto! —agregué, haciéndolo reír —. ¡Feliz cumpleaños y que todos, todos tus sueños se hagan realidad! ¡Sabes que te adoro y que jamás te cambiaría por nada del mundo! —Chase me abrazó nuevamente, mi rostro escondiéndose por acto reflejo en el hueco de su cuello.

Tenerlo así, tan cerca de mí, provocaba que miles de mariposas llenasen mi estómago, revoloteando libremente importándoles demasiado poco el que me hacían sonrojar de manera incontrolable. Mordí mi labio inferior, recordándome que debía de ser menos inmadura en lo que correspondía con mis sentimientos.

Pero, ¿cómo podía hacerlo cuando sus bellos ojos avellanas me estaban mirando como si fuese lo más preciado? El rubor subió a mis mejillas provocando que sonriese llena de timidez. Chase acarició mi mejilla derecha con sus nudillos, el mismo gesto causando que cada bello de mi piel se erizase, haciéndome sentir más que vulnerable ante su toque.

Lo quería, quería demasiado al rubio de ojos avellanas desde la primera vez en que sus brazos me rodearon diciéndome que era lo mejor que le había pasado en el año escolar. O como aquella vez en la que me regaló un gran ramo de rosas rojas por mi cumpleaños número dieciséis. Realicé que me encontraba enamorada de él en menos de lo pensado, dándome con la sorpresa que todos mis amigos estaban al tanto de mis sentimientos por el mellizo. Era un libro abierto, todos parecían conocer mis más íntimos secretos antes que yo misma.

Miró la tarjeta y sonrió con ternura —. Está lindo, gracias —comentó —. Sabes que yo también te adoro y que jamás me voy a separar de ti, aunque me paguen por ello, ¿entendido? —Asentí entre risas —. Ven aquí. —Me volvió a abrazar, embriagándome con su perfecto aroma varonil.

Me acurruqué más contra su pecho tratando de sentir más de esa seguridad que me provocaba el encontrarme entre sus brazos. Se alejó un poco de mí sin soltarme, sus manos firmes en mi cintura, sus dedos trazando círculos de manera inconsciente. Una gran sonrisa se encontraba en su rostro, una la cual era dedicada solamente para mí, haciendo que mi corazón brincase de alegría.

Enamorado de mi Mejor Amiga ©Where stories live. Discover now