Enamorado de mi Mejor Amiga ©

49. Aniversario

CHASE

— ¡¿Cómo diablos quieres que me calme?! —me gritó Maya.

—No lo sé... ¿Calmándote? —Pero que imbécil.

Ambos seguíamos en estado de shock gracias a lo de nuestro padre. Mi madre se había ido a la casa gracias a que mi padre la había echado. Quiero decir, había vivido dieciocho años llenos de mentiras.

—Maya, respira —pedí, mientras trataba de calmarla —. Hermanita, somos fuertes, podremos superar esto.

— ¡Ese hombre es nuestro padre, Chase! ¿Sabes cuál es nuestro maldito apellido? —Negué con la cabeza y ella me mostró la fotografía —. King. Nuestros malditos nombres deberían ser Chase y Maya King, no Efron.

Desde aquella semana nosotros no habíamos salido para nada. Los chicos trataban de comunicarse con nosotros pero no les hablaba. La vergüenza me carcomía, al igual que la decepción.

Diego fue a visitarme, y a él si no le pude mentir, debido a que era mi mejor amigo y me descubriría si tratase. No lo pudo creer al comienzo, pero después me dio todo su apoyo.

—En unos días es tu aniversario con Jade. —Aquello me hizo mirarlo a los ojos.

Era verdad, cumplía un año de relación con ella. El tiempo se había pasado muy rápido a decir verdad. Simplemente sonreí sin ganas, ya que no la tenía conmigo para que me apoyara en persona. Le había contado mis problemas, y ella quiso regresarse de Tennessee, pero se lo prohibí.

—No tengo cabeza para eso, Diego —admití, a lo que él asintió.

— ¿No has pensado que ella podría ser eso que te ayude a olvidarte de tus problemas? Es tu novia, ella siempre te hará olvidarte de tus problemas. —Suspiré, dandole la razón.

Era mi aniversario y no tenía ganas de celebrarlo, ¿irónico no? Decidí hacerle caso a Diego y comenzar a prepararle algo especial a Jade por nuestro aniversario con la ayuda de mi padre.

—Eso le encantará —me dijo, haciéndome sonreír.

Ya no le veía de la misma manera. La sola idea de que él no era mi padre biológico me dañaba, y él parecía notarlo. Me rodeó con sus brazos a lo que yo lo abracé fuertemente.

Podía no tener su sangre, pero tenía algo mucho más valioso que ello: su amor. Podía no ser mi padre biológico, pero era mi padre. El hombre que siempre me ayudaba con todos mis problemas sin dudarlo. Quién movía mar, cielo y tierra para salvarme.

Ese era mi verdadero padre.

Jade regresaba de la casa de sus abuelos aquel día, y todos estábamos en el aeropuerto esperándola. Mi sorpresa estaba lista y todos estábamos emocionados por entregarla.

Un cártel gigantesco estaba atrás mío, colgado en el segundo piso del aeropuerto. Decía «feliz primer año», mientras que todos estaban ahí, con globos en forma de corazón en sus manos. Yo tenía un pequeño cártel el cual decía «te amo».

Hey, quería demostrarle que de verdad la amaba. Ella siempre lo hacía con miles de pequeños detalles y se merecía mucho más de lo que le estaba haciendo.

Cuando la vi salir con su familia, mi corazón comenzó a latir con mucha más fuerza. Ella al verme abrió la boca, sorprendida ante mi sorpresa. Todos en el aeropuerto nos estaban mirando, pero no me importaba. En aquel momento solo estábamos Jade y yo.

Ella corrió hacia mí mientras que todos aplaudían. Cuando sentí sus brazos alrededor de mi cuello fue en el que me volví a sentir seguro, sin miedo. Todos mis problemas se habían esfumado de mi mente, dejando solamente la felicidad de poder tenerla a ella conmigo.