47. Siempre tuya

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DIEGO

—Es oficial —susurré, mirando la gran casa. Miré a Jade y ella tenía sus ojos clavados en los míos —. ¡Estamos de vuelta en San Mateo!

Ella soltó una risita para luego alzarse de hombros. La rodeé con un brazo para luego ambos caminar hacia la casa de mis tíos, quienes estaban esperando por nosotros.

Cuando Jade y yo entramos, todo estaba oscuro. Prendí la luz y fue en donde todos salieron de sus escondites gritando «¡sorpresa!». Empecé a reír con la castaña y lo primero que hice fue abalanzarme sobre mi madre, quien no paraba de sonreírme con lágrimas en los ojos.

— ¡Pero mira que guapo estás! —exclamó, mientras que tomaba mi rostro entre sus manos —. ¡Estás mucho más guapo de lo que te recuerdo!

Sonreí con lágrimas en mis ojos y le besé el dorso de ambas manos. Había visto a mi madre hacia cuatro meses, y volverla a ver me hacía muy feliz. Era un hijo de mamá en algunos sentidos, y no me daba miedo admitirlo. Amaba con todo mi ser a mi madre.

—Estás más alto, hijo. —Mi padre me sonrió para luego darme un abrazo —. Te extrañé, prometo que ya nadie te va a alejar de nosotros hasta que vayas a la universidad y te cases.

Reí con él y volteé a ver a la castaña con su familia. Tobias la abrazaba mientras que las lágrimas corrían por sus mejillas. Los seis estaban abrazados —los abuelos de Jade se encontraban con nosotros —, mostrando lo muy feliz que era su familia.

—Estoy tan feliz que estén de regreso —comentó mi tía Sara, para luego darme un beso en la mejilla —. Están más guapos y más altos.

Jade y yo sonreímos, ambos estábamos nerviosos por ir al campamento de verano. Queríamos ver a todos nuestros amigos, darles una sorpresa sobre nuestro regreso.

Chase y Maya se habían ido el día siguiente después del baile. La rubia estuvo tratando de sacarme celos con el tal Lucas, pero al ver que no conseguía nada, se cansó. Habían pasado más de cuatro meses desde aquel encuentro con los mellizos y no habíamos vuelto a saber de ellos.

— ¿Cómo dicen que se llama este campamento? —pregunté, a lo que Tobias comenzó a reír.

—Se llama Camp Star —dijo, moviendo ambas cejas —. Un campamento de música.

— ¡Estamos regresando a nuestra infancia! —exclamé, sacudiendo a Jade con frenesí —. ¡Camp Rock!

—Los niñas de ahora, se preocupan por maquillaje y por todo aquello. En mi caso yo estaba preocupada por qué Shane y Mitchie no estaban juntos —comentó Jade, haciéndome reír.

— ¿Y cómo así hemos sido admitidos?

—Admiten a cualquier persona que quiere tener un verano lleno de música —se alzó de hombros Tobias —. ¿Quién sabe? De seguro nos encontraremos a los Jonas Brothers —bromeó, a lo que yo asentí alzando una ceja.

Definitivamente aquel verano iba a estar lleno de locuras.

JADE

—Diego, lo único que escucho es la música que viene de esa cafetería —le dije a mi amigo.

Ambos habíamos llegado tarde al campamento. Nos tuvimos que inscribir rápidamente y corrimos hacia dónde la chica de recepción nos había dicho. Lo único que le faltaba a este campamento era que tuviera un gran estampado de Camp Rock por todos lados.

Entramos a la cafetería y efectivamente, todos estaban cantando al ritmo de una canción de uno de mis grupos favoritos. La verdad era que todos los que estaban cantando estaban entonados. Diego y yo comenzamos a aplaudir mientras que nos uníamos a la canción.

Cuando ésta terminó, todos comenzamos a aplaudir y algunas personas comenzaron a silbar. Diego me cargó debido a que no podía ver muy bien a la señorita que estaba hablando.

— ¡Bienvenidos todos a Camp Star! —dijo, sonriendo —. Me llamo Raquel y soy una de las instructoras. Queremos que este verano sea inolvidable para todos ustedes.

Salimos de la cafetería una vez que tuvimos permiso. Diego y yo nos pusimos al lado de la puerta y mi corazón comenzó a acelerarse cuando vi el cabello marrón de Daniela.

— ¡Eso estuvo asombroso! —le escuché decir a Brandon —. A Jade le hubiera encantado.

—Me pregunto qué estarán haciendo ahora.

—Estar en el mismo campamento que ustedes —dije, a lo que todos se voltearon a vernos.

Comenzaron a gritar y sin dudarlo corrimos a abrazarlos. Reí de la emisión mientras que me abrazaba con Adam. Todavía no podía creer que estaba de vuelta con todos ellos. Le sonreí a mi hermano y él depositó un beso en mi mejilla.

— ¡No puedo creer que estén aquí! —exclamó Daniela.

Después de estar poniéndonos al día con los chicos, decidimos ir al gran lago que estaba en el campamento. Vi las canoas y no dudé en subirme con Diego en una, mientras que todos hacían lo mismo.

Una canción comenzó a sonar por los parlantes del campamento y Leo comenzó a bailar al darse cuenta que era una de sus canciones favoritas. ¿A quién no le gusta Steal my Girl?

Empecé a reír cuando los chicos se tiraron al agua, todo gracias a Leo. Cuando salieron, siguieron bailando al ritmo de la canción de One Direction. No había rastro de los gemelos, pero no me atreví a preguntar si vendrían.

Lo único que quería era poder ver a Chase.

CHASE

— ¿Esos son Diego y Jade? —Asentí varias veces con una sonrisa y corrí hacia ellos siendo seguido por mi hermana.

Me sentía muy feliz desde que había terminado con Leslie. No me parecía correcto seguir jugando con sus sentimientos y ella lo entendió, aunque quedó muy dolida. Maya y Lucas dejaron de intentarlo, ya que el rubio se dio cuenta que mi hermana tenía sentimientos por otra persona.

Ellos estaban nadando en el lago con los demás. Cuando su mirada se posó en nosotros, rápidamente comenzaron a saludarnos mientras gritaban nuestros nombres. Me quité mi camiseta y me metí al lago, a lo que Maya se quitó su camiseta.

— ¡¿Qué hacen aquí?! —pregunté, una vez que estábamos los cuatro juntos.

Maya estaba a mi lado y no dejaba de verlos. Jade y Diego tenían una sonrisa en su rostro, demostrando lo felices que estaban.

Me sorprendí cuando Diego tomó a mi hermana y estampó sus labios sobre los de ella. Abrí mis ojos a lo que Jade comenzó a reír alzándose de hombros.

— ¿Qué demonios fue eso? —pregunté, mirándola pero señalándonos a ella con mi dedo índice.

—Se quieren, ¿por qué demonios necesita una explicación? —Reí y acomodé mis manos en su cintura —. ¿Qué es esto?

—Nos queremos, ¿por qué demonios necesita una explicación? —dije usando sus palabras.

Jade rió para luego juntar sus labios con los míos. Sonreí entre el beso al igual que ella. Se sentía muy bien volver a estar con mi castaña de aquella manera.

— ¿Siempre mía? —pregunté, apoyando mi frente sobre la de ella.

—Siempre tuya.

Enamorado de mi Mejor Amiga ©Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum